MAPA DE VISITAS

MI TESORO - ANA NOVO

MI TESORO

MI TESORO
Érase una vez un campesino que vivía feliz cultivando sus tierras. Un buen día le dijeron que alguien había sido visto en sus tierras y le había robado unas cuantas manzanas. Raudo y veloz se encargó de averiguar quién había sido y encontrando al ladronzuelo lo denunció y urgió a que se le juzgara. Solo tras la condena, se quedó tranquilo, lo celebró y volvió a sus tierras.
A los pocos días un vecino le reclamó un metro cuadrado de sus campos. Por supuesto, se opuso y denunció este asunto ante la justicia. Tuvo que dedicarse a hablar con abogados, ganarse el favor de otros agricultores y asistir a los juzgados. Y volvió a celebrar cuando también la justicia le dio la razón y ganó la disputa a su vecino.
Después de varios meses de lucha a fin de que se hiciera justicia con ladronzuelos y vecinos, volvió a su labor.
¡Que desagradable sorpresa ver sus campos secos y las cosechas podridas!
Maldiciendo y culpando a los malhechores de su gran pérdida lo encontró un sabio que pasaba por allí, y al que puso en conocimiento de toda su historia.
“No dirijas tu ira contra nadie, porque solo tú eres el responsable”, sentenció el anciano.
“Si el ladrón y el vecino no hubieran intentado quitarme lo que es mío, nada de esto hubiera ocurrido. ¿De quién es la culpa?”, se defendió el agricultor.
“El hombre inteligente, siguió diciendo el anciano, lo que no deja que le quiten es su tiempo. Si hubieras defendido tu tiempo con el mismo ahínco que tus tierras, nada de esto hubiera pasado y habrías obtenido más ganancias. Realmente has derrochado el único bien con el que tendrías que ser avaricioso: tu tiempo”.
La fábula me ayuda a tomar conciencia de cuan frecuentemente actúo como ese campesino y en vez de ocuparme de mis asuntos, potenciando mis virtudes y limando mis defectos, mejorando mis cualidades y desarrollando mis talentos y habilidades para mayor bien de todos y apreciando, disfrutando y agradeciendo todos mis bienes, comodidades y regalos de vida, desperdicio mi mayor tesoro, el momento presente, con pensamientos, conversaciones, actitudes y comportamientos que me roban la alegría y la paz interior: mi auténtica riqueza.
Matar pulgas a cañonazos es bastante estúpido y nada rentable. Y no siempre “hacer justicia” merece la pena, cuando lo que está en juego es un tiempo de vida feliz y en paz.
A decir del sabio, mejor no busco culpables afuera y me pongo a los mandos de mi vida.
Es una buena noticia: depende de mí, así que puedo cambiar y volver a elegir. Y como Gollum, el extraño personaje del Señor de los Anillos, cuido y disfruto de “Mi Tesoro”: mi precioso tiempo de vida pleno, alegre y en paz.
Ana Novo

No hay comentarios:

Publicar un comentario