Una alarma que salpicaba a un rostro muy querido. Las noticias sobre Carmen Sevilla que aparecían esta semana no eran nada halagüeñas. Al abandono de su piso en la calle Pintor Martín Rosales se unía la noticia de que podrían trasladarla a una residencia subvencionada. Moncho Ferrer, gran amigo de la artista desde hace más de 40 años, lo pone en duda y le cuesta creérselo, tal y como asegura a Vanitatis“No creo que su hijo Augusto lo haya pensado siquiera. Ella está muy bien en su casa como está”, dice su amigo.
También se daba buena cuenta en esas informaciones de la ruina de la estrella, que supuestamente iba a provocar que se trasladase a un geriátrico subvencionado. Los datos de su sueldo en época de vacas flacas convertían irrisoria la suposición de que podría acabar en otro sitio que no fuese su propio piso. ¿Cómo podría estar en la ruina tras haber amasado tanto dinero? Al parecer, Carmen llegó a cobrar 24.000 euros por presentar Cine de barrio y dijo que tenía un millón de euros ahorrados del banco. “Ha ganado muchísimo dinero como para estar arruinada. Sigue teniendo su casa en Marbella, su casa en Sevilla…no sé de dónde han salido esos rumores”, asegura Ferrer.
Esta semana, de hecho, la actriz, enferma de Alzheimer desde 2008, ha compartido con Moncho Ferrer el Día de San Isidro ya que, dentro del desgaste y el olvido que supone su enfermedad, la estrella se encuentra “razonablemente” bien. “A las siete y media de este jueves fui a verla y a llevarle rosquillas de San Isidro. Cuando voy a verla ella se pone muy contenta, incluso cuando se pone a recordar alguna de las canciones que ha cantado a lo largo de toda su vida”, añade. Además, Ferrer no ha notado ningún cambio en el mobiliario del piso de la actriz que indique que vaya a ser trasladada en fechas próximas. “Su casa está como siempre”, asegura.
Una enfermedad que la transformó
La actriz, durante el entierro de Augusto Algueró (Gtres)La actriz, durante el entierro de Augusto Algueró (Gtres)
carmen sevillaEl alzheimer supuso un trago amargo para  todos aquellos que la quieren. Un día, mientras grababa Cine de Barrio, Sevilla ya dio síntomas de su mal. En el plató estaban presentes personajes como la locutora y actriz Juana Ginzo. El diálogo con ella era difícil. “¿Te acuerdas de Luis Mariano?”, le decían. “¿Quién era?”, replicaba la presentadora del espacio. “Protagonizó contigo Violetas imperiales, Carmen”. La anécdota, confirmada a este portal por algunos de los que la presenciaron, fue uno de los detonantes que provocaron que la estrella tuviese que abandonar el espacio, que acabó presentando Concha Velasco desde 2009. Desde entonces, la información sobre ella ha ido menguando y sus apariciones en los medios, también.“Hace tiempo que no la veo. La llamé por teléfono y me atendió muy bien. Tiene momentos en los que te reconoce y otros en los que no”, aseguraba hace meses a este portal otro de sus buenos amigos, el periodista Javier de Montini.
Ferrer confirma que, la mayoría de las veces, tanto él como las personas que la atienden  hacen lo posible porque la actriz esté bien, al igual que su hijo Agusto, que en estos momentos se encuentra fuera de España. “Ella está sentada en un butacón arreglada y puedes hablar con ella aunque no se acuerde de algunas cosas. Dejando aparte la enfermedad que tiene, está feliz”. La actriz, que en octubre del año pasado cumplió 83 años, se ganó a pulso el respeto del público e hizo todo lo posible porque la prensa española también lo hiciera. Lo que nadie sabe es de dónde salieron los rumores de su posible ruina y de su posible marcha a una residencia. Por ahora, la reina de las ‘ovejitas’ y uno de los personajes más queridos por el público español, parece que vivirá su retiro y su enfermedad en casa, rodeada de aquellos que la quieren y en la intimidad y el silencio ganados a pulso durante décadas de carrera.