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Dime qué sofá tienes y te diré quién eres

RINCON DE LA PSICOLOGIA


>> 21 DE MAYO DE 2014

El sofá es ese sitio donde nos tumbamos para relajarnos después de un largo día de trabajo, donde disfrutamos de una película inolvidable, conversamos con los amigos o incluso puede transformarse en el escenario de una encarnizada discusión de pareja. Desde esta perspectiva, se convierte en uno de los muebles más importantes del hogar por lo que no es vano preguntarnos si su elección podría revelar aspectos de nuestra personalidad.

De hecho, cada detalle de la decoración del hogar habla mucho de quiénes somos y el sofá no es una excepción. Todo cuenta, desde el estilo por el que apostemos hasta el color. 


¿Qué nos dice el tipo de sofá?


Un sofá pequeño, de dos o tres plazas, suele ser la alternativa preferida de las personas románticas, que buscan intimidad y disfrutan de ella. Las dimensiones reducidas de este tipo de sofás nos hacen sentir más seguros, es como si nos abrazase, por lo que también es la alternativa perfecta para crear un salón acogedor.

Los chaise longue, estos híbridos entre una silla y un sofá, son ideales para transmitir la ilusión de espacio pero, a la misma vez, generan una profunda sensación de intimidad. Las personas que se decantan por este modelo suelen tener muy buen gusto, tienen un gran sentido estético y son sofisticadas. 

Los sofás reclinables, que se han puesto de moda en los últimos años, suelen ser la apuesta de aquellas personas que priorizan la comodidad frente a la estética. También se pueden ver en los hogares de personas que tienen un trabajo muy estresante y desean hacer de su casa un remanso de tranquilidad.

Otra opción son los sofás cama, que hablan a favor de una persona práctica y previsora, a la que le gusta estar preparada para cualquier tipo de eventualidad. No obstante, también tienen su lado espontáneo y son fieles defensores de la multitarea.


¿Y el color?


Para gustos se han hecho los colores y lo cierto es que cuando vamos a comprar un sofá, esta es una de las decisiones más difíciles porque comenzamos a valorar diferentes factores: ¿qué sucederá si se mancha? ¿Se verá demasiado el polvo? ¿Lucirá bien con el resto de la decoración? Por eso, en muchos casos el color también es una expresión de nuestra personalidad

Marrón: la mayoría de la gente tachan a quienes eligen un sofá marrón de “aburridos” pero en realidad se trata de personas con un elevado sentido práctico, que saben priorizar sus objetivos y tienen claras sus metas.

Rojo: impulsividad, originalidad y ambición son algunas de las cualidades de quienes eligen este color. También se trata de personas que no tienen miedo a arriesgarse y que tienen una personalidad muy extrovertida.

Azul: conocido como el color del éxito, suele ser el preferido de personas que tienen una personalidad extravagante, que se entusiasman con facilidad y que son muy creativas. De hecho, un sofá azul transmite la sensación de tranquilidad pero también de grandeza y excentricidad.

Amarillo: se trata de una elección poco común cuando de sofás se trata pero las personas que apuestan por ella generalmente tienen una faceta muy idealista, les encanta embarcarse en nuevas aventuras y son divertidas. Este color desvela a alguien muy dinámico, con tendencia a involucrarse en varios proyectos a la vez.

Blanco: a muchos les fascina pero muy pocos se atreven. De hecho, las personas que eligen los sofás blancos suelen tener una mente muy abierta y no temen enfrentarse a los retos. También son equilibradas emocionalmente y mantienen una actitud positiva aunque, en el fondo, pueden tener un lado muy perfeccionista.

Negro: suele ser la elección de aquellos que tienen un carácter fuerte y son muy disciplinados. Se trata de personas dominantes que son muy independientes y saben perfectamente cuáles son sus objetivos en la vida.

Verde: muy pocas personas eligen este color para su sofá pero aquellas que lo hacen casi siempre son alegres, muy intuitivas y sociables. Sin embargo, también pueden tener una personalidad compleja que en ocasiones les conduce a conflictos o problemas emocionales.

Naranja: es el emblema del lujo por lo que suele indicar a una persona que tiene un fuerte lado dramático y a la que le gusta llamar la atención. Por lo general estas personas son muy optimistas y están llenas de energía, a veces demasiada.


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Recuerda que la casa no solo es un reflejo de nuestra personalidad, debe convertirse en un lugar donde nos sintamos completamente a gusto. 

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