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Ser pareja de hecho



 - Ser pareja de hecho
La voluntad de permanecer libres, el rechazo a comprometerse, el miedo al matrimonio o al divorcio, etc., lo cierto es que las parejas que viven juntas sin pasar por la vicaría son cada vez más numerosas. Millones de personas viven en concubinato en España mientras se hace cada vez más patente el descenso de los matrimonios (un 10,8 % menos se registraron el año pasado). Se prevé que en 2009 el número de divorcios superará con creces el número de enlaces. Repaso general.

Lo que dice el Código Civil
El Código Civil español define las parejas de hecho como la unión estable de convivencia de una pareja no unida por el matrimonio. Siguen siendo solteros ante la ley, pero pueden beneficiarse de unos derechos, y unas obligaciones que hasta hace un tiempo sólo beneficiaban a los matrimonios. A pesar de que el Código Civil recoge este «nuevo» concepto, el reglamento con respecto a las parejas de hecho depende de cada comunidad autónoma.
>La existencia de esta pareja puede demostrarse con documentos del tipo: capitulación paramatrimonial firmada ante notario, contratos privados, contratos bancarios, contratos de arrendamiento, el certificado de empadronamiento, el domicilio fiscal, el libro de familia expedido por el Registro Civil o la inscripción en el Registro de Uniones de Hecho.
>Para poder inscribirse como pareja de hecho en un Registro hay que cumplir las siguientes condiciones:
-Ser mayor de 18 años o un menor emancipado.
-No estar declarado incapaz.
-Que los miembros de la pareja no sean parientes.
-Que uno de los miembros de la pareja esté empadronado en el municipio donde se solicita la inscripción.

¿Por qué optar por ser una pareja de hecho?

Una de las razones más frecuentes es la voluntad de mantener una puerta abierta ante la posibilidad de no llegar a entenderse, de este modo la separación es mucho más fácil que el divorcio. Son muchos los estudiantes y las parejas jóvenes que eligen esta opción, pues les permite seguir con su vida normal y su relación afectiva estable sin tener que gastar las cantidades que implicaría celebrar una boda, religiosa o civil. Otros lo ven como un modo de iniciar una vida marital, construir una relación, plantearse si tendrán descendencia, etc. antes de oficializar su unión, probablemente cuando pasen unos años y coincidiendo con la compra de un bien inmobiliario.

¿Una relación más frágil?
Hay estadísticas que demuestran que una pareja de hecho sin hijos tiene un riesgo de separación 6 veces mayor que una pareja casada desde hace 10 años. Si la pareja de hecho sí tiene hijos, el riesgo de separación se reduce hasta ser 2 veces superior que en las parejas casadas. También afirman que las parejas que se casan tras un período de convivencia tienen el doble de posibilidades de divorciarse que aquellas parejas que primero se casan y luego conviven.
Y además, muestran que la relación entre una figura paterna ausente y sus hijos es mucho más frágil cuando esos hijos conviven como pareja de hecho que cuando son personas divorciadas. 

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