De nuevo, Rubén Cortada copa los titulares por desairar a la prensa. El actor de moda ha conquistado a la audiencia gracias a la serie de Telecinco El Príncipe, pero no a los profesionales de la información que parecen no estar dispuestos a pasar por el aro a la hora de complacer sus exigencias. Como es habitual en los actos públicos patrocinados por firmas publicitarias, el artista invitado no sólo debe posar en el photocall, sino que también se espera de él que se preste a hablar con los reporteros para hacer de la convocatoria más atractiva para los medios.
Cortada no está dispuesto a aceptar la ‘cara B’ de sus jugosos contratos publicitarios y se niega una y otra vez a contestar a las preguntas de los periodistas que buscan un titular con el que justificar su presencia en estos eventos publicitarios. Este jueves volvió a hacer de las suyas, como ya hiciese a finales del mes de mayo cuando cobró 35.000 euros por posar ante las cámaras durante tan sólo 95 segundos. En esta ocasión, el actor daba la bienvenida al verano con el respaldo de una conocida marca de champagne en una fiesta celebrada en Madrid.
Tras realizar el correspondiente posado, Cortada hizo su ya habitual ‘escapada’ escoltado en todo momento por su representante y ‘amiga especial’, Kalia Garzón. Dejó con la palabra en la boca a los periodistas, quienes no dudaron en mostrar su enfado a su mánager por su nuevo desplante. Comprendieron sus ganas de entrar a la fiesta que estaba amenizada por Pierre Sarkozy, el hijo Dj del expresidente galo. Por ello, no se pidieron entrevistas individuales sino una grupal en la que se realizarían tres o cuatro preguntas con las que justificar una tarde de trabajo ‘perdido’. No hubo suerte. No habló y plantó a los medios otra vez, quienes muestran su celo en caer en la trampa de nuevo prometiendo no cubrir más los eventos publicitarios que cuenten con la presencia esta nueva estrella de la televisión patria.