La princesa Letizia ha accedido a convertirse en la Camarera de Honor de la Imagen de Nuestra Señora de la Amargura, como así ha confirmado aVanitatis el párroco de la Iglesia de San Francisco de Barbastro (Huesca), donde se custodia la imagen de la Virgen. La cofradía que le hizo el ofrecimiento, Nuestro Padre Jesús Nazareno, recibía hace unos días una carta de la Casa Real confirmando que Letizia ha accedido personalmente a cumplir con las obligaciones que se destilan de su nuevo cargo.
“Las Camareras de la Virgen son un grupo de mujeres que se encargan de custodiar la imagen durante el año. La imagen está expuesta en la Iglesia de San Francisco y cuando llegan los días de la Semana Santa son las que se encargan de vestirla y dejarla adecuada para el momento de la procesión. Luego siguen el paso de la Virgen vestidas de negro, con peinetas, y la Jefa de la Camareras, que este año será Doña Letizia, suele ir en el centro del grupo”, explica el Hermano Mayor de la cofradía, Ángel Gombau, en conversación con Vanitatis.
Letizia en la beatificación del Papa Juan Pablo ILetizia en la beatificación del Papa Juan Pablo ILa iniciativa surgió en el propio seno de la cofradía. El hecho de que el rey don Juan Carlos accediese a ser el Hermano Mayor Honorario de la Cofradía el año 2012 y “para el resto de su vida”, les abrió las puertas a solicitar la representación de la Princesa. “En Barbastro no tenemos Jefa de las Camareras y la Junta de Gobierno optó por proponérselo a S.A.R. la princesa Letizia”, la cual ha aceptado con gusto mediante una carta remitida al Hermano Mayor de la Cofradía, Ángel Gombau, como así ha confirmado el propio destinatario a este medio; también la Casa Real.
En la misiva se informa que “la Princesa de Asturias, accediendo a la petición que tan amablemente le ha sido formulada, ha tenido a bien aceptar el nombramiento de Camarera de Honor de la Imagen de Nuestra Señora de la Amargura, perteneciente a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Barbastro”.
Se acerca a la Iglesia
No es la primera vez que Letizia protagoniza un acto oficial de carácter religioso en calidad de Princesa. Un hecho que puede llegar a resultar cuanto menos curioso si se recuerda su ateísmo confesado durante los años en los que aún se la conocía como Letizia Ortiz y el Príncipe no era su marido. De hecho, para dar este paso y llegar al altar de la Catedral de Santa María la Real de la Almudena tuvo que pasar un “trámite especial” para garantizar ante la Iglesia su “seriedad ante el compromiso matrimonial”.
Un paso de obligado cumplimiento, conociendo que entre los antecedentes de la novia se encuentra el estar divorciada de Alfonso Guerrero, con el que se casó por lo civil. Este trámite consistía básicamente en mantener una reunión privada con el párroco cercano al cardenal Rouco Varela, quien fue el encargado de casarlos en santo matrimonio el 22 de mayo de 2004.
Los Príncipes tras convertirse en marido y mujer (I.C.)Los Príncipes tras convertirse en marido y mujer (I.C.)
A la nuera del Rey le han colgado ya el San Benito de “católica de eventos”. Una etiqueta que le colocó su propia tía, Henar Ortiz, que reconocía a la revista Vanity Fair que su sobrina “está bautizada y recibió una educación católica al uso. Que yo sepa iba a algunas bodas. Lo que se llama católica de eventos”. Unas polémicas declaraciones de la tía díscola en las que también la describía como “laica, roja y republicana”.
No obstante, llegó un día decisivo en la vida de la Princesa que la haría acercarse a la fe cristiana. Según narra el controvertido escritor Andrew Morton en Ladies of Spain, Letizia le confesó a Rouco Varela que había “visto la luz de la fe cristiana cuando conocí al príncipe Felipe, por eso acepté casarme por la Iglesia”. Desde entonces, son contadas las ocasiones en los que la consorte principesca se ha puesto la mantilla negra para asistir a actos oficiales de carácter religioso, pero lo ha hecho. Así fue en marzo del año pasado durante la ceremonia de inicio del pontificado del Papa Francisco I en el Vaticano, donde Letizia hizo gala de su perfil más beato. Ahora ha ido más allá aceptando el honor de ser Camarera de la Virgen.