RECLAMA EXTENDER EL IVA SUPERREDUCIDO
RECLAMA EXTENDER EL IVA SUPERREDUCIDO
Más claro no se puede decir. Sobre todo viniendo de una organización multilateral que reúne a los países más desarrollados del planeta. Y lo queasegura la OCDE es que España debe mejorar de forma “urgente” la atención que presta a los más desfavorecidos por la crisis: los nuevos pobres y los parados que han dejado de cobrar la cobertura de desempleo. O expresado en palabras de los economistas de la OCDE: “Las prestaciones asistenciales para los desempleados de larga duración y para las familias de trabajadores pobres deben ser fortalecidas urgentemente”.
La organización, con sede en París, parte de un escenario futuropreocupante. “Resulta altamente improbable”, sostiene, “que la recuperación económica, aunque sea sólida, pueda, por sí sola, poner fin a la crisis del mercado del trabajo y a la crisis social que el país atraviesa actualmente”. Su conclusión es que “aún queda mucho por hacer para ayudar a que las familias mejoren rápidamente su situación cuando la economía consolide su recuperación”.
La situación de partida es dramática. La OCDE ha acumulado los efectos de la crisis y dibuja un panorama desolador. Entre 2008 y 2012, los ingresos de los hogares han caído en 2.600 euros por persona, lo que representa uno de los descensos más pronunciados de la eurozona y refleja “el deterioro del mercado del trabajo para amplios sectores de la población”. De hecho, únicamente un 54% de los adultos en edad de trabajar tiene empleo, lo que supone la tasa más baja entre los 34 países de la OCDE (la media de 65%). España explica nada menos que el 55% del alza en el desempleo de toda la Eurozona y entre el 2007 y 2013, el paro se incrementó a un ritmo de más de 13.000 desempleados por semana. De los 5,8 millones de desempleados, 45% son de larga duración (más de un año).
Aumento del gasto público
¿Y qué es lo que propone la OCDE para resolver esta dramática situación? Pues, básicamente, reorientar las transferencias públicas “hacia los más necesitados”. Y es que, en su opinión, “la parte del gasto social destinada a familias relativamente acomodadas es superior a la de la mayoría de los otros países de la Unión Europea”. De ahí que pida al Gobierno que “la prioridad absoluta” sea “ayudar a los grupos más desfavorecidos”. Incluso aunque ello suponga aumentar el gasto público. Y en concreto, propone que no sólo se hagan cambios legislativos, sino también se pongan “los recursos presupuestarios adecuados y la capacidad administrativa que garantice que todos los demandantes recibirán ayuda en el momento oportuno”.
Fuente: OCDELa OCDE reconoce las dificultades presupuestarias de España para aumentar el gasto, pero plantea una solución: extender el IVA superreducidoque se aplica a los productos básicos: alimentación, transporte o la energía. La luz o el gas, por ejemplo, pagan impuestos al 21% y en opinión de la organización deberían tributar por debajo para los sectores con mayores dificultades.
Igualmente, se propone que las prestaciones asistenciales puedan ser orientadas de manera “más precisa y eficiente”, de tal manera que el gasto social vaya en ayuda de las personas más necesitadas. En general, los grupos de bajos ingresos consumen menos que los grupos de altos ingresos y, en consecuencia, las exenciones y rebajas del IVA los benefician menos. Además, estas reglas especiales, sumadas a la evasión fiscal (en el pago del IVA) cuestan a España un 65% de la recaudación una de las tasas más altas de la OCDE, cuya media es de 45%.
La OCDE propone, además, más ayudas para acceder al empleo, mejorar la formación profesional y extender las subvenciones a las guarderías. Esto se podría articular mediante programas asistenciales que den prioridad en el acceso a las guarderías a aquellos trabajadores que habiendo encontrado un empleo dejan de recibir sus correspondientes prestaciones de paro.
No todo es zanahoria, también palo. Y la OCDE recomienda que a medida que el mercado del trabajo se recupere y la capacidad para proporcionar apoyo al empleo mejore, las prestaciones de desempleo “podrían ir haciéndose cada vez más condicionadas a la búsqueda activa de empleo y a la participación en programas de reempleo, como por ejemplo la formación profesional”.
Más claro no se puede decir. Sobre todo viniendo de una organización multilateral que reúne a los países más desarrollados del planeta. Y lo queasegura la OCDE es que España debe mejorar de forma “urgente” la atención que presta a los más desfavorecidos por la crisis: los nuevos pobres y los parados que han dejado de cobrar la cobertura de desempleo. O expresado en palabras de los economistas de la OCDE: “Las prestaciones asistenciales para los desempleados de larga duración y para las familias de trabajadores pobres deben ser fortalecidas urgentemente”.
La organización, con sede en París, parte de un escenario futuropreocupante. “Resulta altamente improbable”, sostiene, “que la recuperación económica, aunque sea sólida, pueda, por sí sola, poner fin a la crisis del mercado del trabajo y a la crisis social que el país atraviesa actualmente”. Su conclusión es que “aún queda mucho por hacer para ayudar a que las familias mejoren rápidamente su situación cuando la economía consolide su recuperación”.
La situación de partida es dramática. La OCDE ha acumulado los efectos de la crisis y dibuja un panorama desolador. Entre 2008 y 2012, los ingresos de los hogares han caído en 2.600 euros por persona, lo que representa uno de los descensos más pronunciados de la eurozona y refleja “el deterioro del mercado del trabajo para amplios sectores de la población”. De hecho, únicamente un 54% de los adultos en edad de trabajar tiene empleo, lo que supone la tasa más baja entre los 34 países de la OCDE (la media de 65%). España explica nada menos que el 55% del alza en el desempleo de toda la Eurozona y entre el 2007 y 2013, el paro se incrementó a un ritmo de más de 13.000 desempleados por semana. De los 5,8 millones de desempleados, 45% son de larga duración (más de un año).
Aumento del gasto público
¿Y qué es lo que propone la OCDE para resolver esta dramática situación? Pues, básicamente, reorientar las transferencias públicas “hacia los más necesitados”. Y es que, en su opinión, “la parte del gasto social destinada a familias relativamente acomodadas es superior a la de la mayoría de los otros países de la Unión Europea”. De ahí que pida al Gobierno que “la prioridad absoluta” sea “ayudar a los grupos más desfavorecidos”. Incluso aunque ello suponga aumentar el gasto público. Y en concreto, propone que no sólo se hagan cambios legislativos, sino también se pongan “los recursos presupuestarios adecuados y la capacidad administrativa que garantice que todos los demandantes recibirán ayuda en el momento oportuno”.
Fuente: OCDELa OCDE reconoce las dificultades presupuestarias de España para aumentar el gasto, pero plantea una solución: extender el IVA superreducidoque se aplica a los productos básicos: alimentación, transporte o la energía. La luz o el gas, por ejemplo, pagan impuestos al 21% y en opinión de la organización deberían tributar por debajo para los sectores con mayores dificultades.
Igualmente, se propone que las prestaciones asistenciales puedan ser orientadas de manera “más precisa y eficiente”, de tal manera que el gasto social vaya en ayuda de las personas más necesitadas. En general, los grupos de bajos ingresos consumen menos que los grupos de altos ingresos y, en consecuencia, las exenciones y rebajas del IVA los benefician menos. Además, estas reglas especiales, sumadas a la evasión fiscal (en el pago del IVA) cuestan a España un 65% de la recaudación una de las tasas más altas de la OCDE, cuya media es de 45%.
La OCDE propone, además, más ayudas para acceder al empleo, mejorar la formación profesional y extender las subvenciones a las guarderías. Esto se podría articular mediante programas asistenciales que den prioridad en el acceso a las guarderías a aquellos trabajadores que habiendo encontrado un empleo dejan de recibir sus correspondientes prestaciones de paro.
No todo es zanahoria, también palo. Y la OCDE recomienda que a medida que el mercado del trabajo se recupere y la capacidad para proporcionar apoyo al empleo mejore, las prestaciones de desempleo “podrían ir haciéndose cada vez más condicionadas a la búsqueda activa de empleo y a la participación en programas de reempleo, como por ejemplo la formación profesional”.
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