La historia de amor de Paco de Lucía con la hija de un general de Franco
Paco de Lucía y Casilda Varela, su primera mujer, protagonizaron en los setenta una versión libre del clásico Romeo y Julieta, aunque en este caso sólo había rechazo por parte de la familia de la novia. Ella era hija del general y ministro franquista José Enrique Varela y su madre, Casilda Ampuero, pertenecía a la oligarquía de Neguri, vinculada al Banco de Bilbao desde su fundación y a la industria naviera. La mezcla genética de la señora del guitarrista era suficiente para que la boda fuera impensable, dado que su entorno se cerró en banda a la posibilidad de desposar a la joven con un artista. Un grande del flamenco que este miércoles ha fallecido de un infarto a los 66 años de edad.
La oposición a su relación venía por la rama materna más que por la gaditana del general, que murió en 1951 cuando Casilda era tan sólo una niña que no tenía edad para pensar en enamoramientos. No estaba escrito, pero lo natural era que la hija del ministro de Franco entroncara con una familia de noble apellido, ya fuera de su Bilbao natal o de Madrid, donde residieron más tarde en un edificio señorial de la calle Almagro. Los Ampuero tenían un ingente patrimonio a sus espaldas como para organizar una boda por todo lo alto, pero este despliegue no se haría si la joven aceptaba al guitarrista como marido. En aquellos años, que las niñas bien flirtearan con toreros y artistas de diversa índole no era del todo extraño, pero tan sólo se consideraban propios de los caprichos juveniles. Esos romances no podían acabar frente al altar. Incluso la misma duquesa de Alba mantuvo uno con el torero Pepe Luis Vázquez, pero en este caso el padre de la aristócrata dijo ‘no’ y ella acató.
La madre de la joven no quería saber nada del guitarrista. Tampoco su hermano Enrique, que heredó el título de marqués, quiso conocer de cerca loscoqueteos de Casilda con el flamenco. Durante ocho años Paco y Casilda se mantuvieron firmes. La hija del general Varela confiaba en que su madre finalmente claudicaría ante el evidente amor que se profesaba la pareja. Esto no sucedió. De hecho, la joven enamorada se vio entre la espada y la pared con una frase muy habitual en aquellos años: "O lo dejas o te vas de casa". Así lo narran fuentes familiares a Vanitatis. No hubo vuelta atrás y Casilda huyó por amor para desposarse con el hombre que había elegido amar.
Para que no hubiera problemas se casaron por la iglesia en Ámsterdam, donde el artista tenía numerosos amigos fruto de sus diversas actuaciones en los Países Bajos. De la familia Varela Ampuero no fue nadie. Ese 27 de enero de 1977 fue la fecha en que la hija del general laureado en la época del franquismo se convirtió en la señora de Sánchez, que ese era el verdadero apellido del guitarrista. Lucía le venía por parte de madre y así lo explicaba él mismo: “En el barrio había muchos Pacos y Pepes y nos diferenciábamos por las madres. Yo era Paco el hijo de Lucía, la Portuguesa”, narraba este referente del flamenco que acaba de decirnos adiós. Una vez convertidos en marido y mujer se instalaron en un chalet de la colonia Mirasierra, en las afueras de Madrid. Se trataba de una de las zonas más exclusivas de la capital en los años setenta. Aquí esta pareja que luchó contra viento y marea por su amor formó una familia. La primera en llegar y un año después de casarse fue Sisi, luego, en 1979, nació Lucía, y cuatro años más tarde el varón, Curro.
Un artista consagrado y finalmente aceptado por su suegra
El guitarrista en los 70 (I.C.)Paco de Lucía era ya una figura mundialmente reconocida cuando las rencillas personales con su suegra llegaron a su fin. Del rechazo inicial se pasó a una relación respetuosa y relativamente cordial, aunque“nunca llegaron a quererse del todo", como así aseguran desde su entorno. Asistía como un miembro más a las reuniones y festejos familiares, sobre todo en Semana Santa, cuando la Virgen de la Soledad paraba frente a la casa de los Varela en Cádiz mientras los costaleros hacían ‘bailar’ el trono.
Veinte años después de la promesa de amor eterno Paco de Lucía y Casilda ponían punto y final a su matrimonio. Su historia no funcionó. La hija del general franquista no volvió a contraer nupcias, aunque no le faltaron caballeros andantes en su vida. Mantuvo siempre una buena relación con su exmarido e incluso no mostraron inconvenientes en compartir la casa que la pareja adquirió en Cancún durante su época dorada. El guitarrista, que pasaba largas temporadas de gira pisando dispares puntos en la geografía mundial, tenía cierta predilección también por Cuba a la hora de confiar sus días de asueto. Allí conoció aGabriela Carrasco, con la que volvió a casarse y tuvo dos hijos: Antonia, que ahora tiene 14 años, y Diego, de siete. Estaba con ellos en la playa del Carmen, en la península del Yucatán, cuando comenzó a encontrarse indispuesto. Acudió a un centro médico por su propio pie, donde poco después se certificó su muerte. Al guitarrista le falló el corazón mirando el mar.
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