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EL DIA QUE LETICIA ENTRO EN LA ZARAUELA

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El día que Letizia entró en la Zarzuela

Hace diez años, el 1 de noviembre del 2003, se anunció la boda del príncipe de Asturias con una periodista plebeya y divorciada | Don Felipe cumplió su propósito de casarse a los 36 años, la edad en la que lo hizo su abuelo Pablo

Gente | 01/11/2013 - 00:00h | Última actualización: 01/11/2013 - 07:19h
El día que Letizia entró en la Zarzuela
El príncipe Felipe y Doña Letizia, con sus familias en el palacio de El Pardo tras la pedida de mano Pedro Madueño
El viernes 31 de octubre del 2003, el príncipe Felipecenaba con los duques de Palma en un restaurante japonés de la calle Urgell, mientras Letizia Ortizpresentaba su último Telediario. Aquel día, don Felipe había asistido a un seminario de la Organización Mundial de Comercio en Barcelona mientras en Madrid se desataban los rumores de un inminente compromiso matrimonial y empezaba a deslizarse el nombre de la periodista Letizia Ortiz como la gran tapada. Mientras don Felipe degustaba los platos del Shibui y, seguramente, adelantaba a su hermana y cuñado que el compromiso se haría público al día siguiente, los guardias de seguridad de los estudios de TVE en Madrid, en el célebre Pirulí, custodiaban la salida de Letizia Ortiz, que abandonó las instalaciones oculta en un coche.

Nunca más volvió a su puesto de trabajo, aunque era su intención seguir vinculada a la profesión, al menos unos meses. No sabía la que le esperaba. No sólo en los días que pasaron hasta el 22 de mayo del 2004, fecha en la que se celebró la gran boda real, sino en todos los que han pasado hasta hoy, 1 de noviembre del 2013, cuando se cumple una década del anuncio de un compromiso que cambió para siempre la imagen de la Corona española.

El 1 de noviembre del 2003 el Príncipe y su novia volaron a Praga para aislarse de lo que iba a pasar. Conforme pasaban las horas de aquel sábado festivo, se abría paso la evidencia de que los rumores que se habían disparado el día anterior no eran una broma. Que el Príncipe se casaba estaba claro, pero no tanto que Letizia Ortiz fuera la elegida. Algunas personas les habían visto juntos, pero la teórica incompatibilidad entre un heredero y una plebeya periodista y divorciada hacía difícil imaginar que el asunto iba a acabar en boda. El 1 de noviembre por la mañana se tomó la decisión de hacer público el compromiso ante la certeza de que de un momento a otro algún medio iba a adelantar la noticia. El Rey, que se encontraba en una cacería en Extremadura, dio el visto bueno y a las 19.30 h la nota se hizo pública y Letizia Ortiz entró para siempre en el olimpo de las princesas.

El Príncipe, por entonces el único soltero entre los herederos de su generación, por fin se casaba tras un par de amores frustrados y algunos amoríos que no subieron de categoría. Cumplía, además, su propósito de hacerlo a los 36 años, la misma edad en la que se casó su abuelo Pablo de Grecia, aunque este lo hizo con Federica de Hannover, una joven de 20 años, pariente suya y de toda la realeza europea.

El impacto por el anuncio de boda del Príncipe fue mayúsculo, pero no tanto como la sorpresa por la persona elegida. Desde ese mismo día, Letizia Ortiz no ha dejado de ser objeto de atención y no siempre con buenas intenciones. La llegada de una periodista a la Zarzuela no gustó a todo el mundo, aunque entonces las críticas fueron veladas y, además, estuvieron opacadas por un estado de euforia generalizada. Los que lamentaban que Letizia Ortiz no formara parte de la realeza o de las grandes familias se vieron frenados por quienes apoyaban la elección de una persona por sus méritos y no por su origen.

Fueron los de hace diez años, unos días de vértigo. El príncipe de Asturias había dado el gran paso y Letizia Ortiz, para rabia de algunos y alegría de muchos, se iba a convertir en la esposa del heredero y futura reina. El 3 de noviembre, la pareja se presentó ante un grupo reducido de periodistas lanzando una proclama de amor y vocación de servicio y el día 6 tuvo lugar la petición de boda. Lo recordarán: aquel día, doña Letizia lanzó su divisa cuando tras ser interrumpida por su prometido, se hizo valer con su célebre frase: "Déjame terminar". Aquel día empezó su reinado.


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