|
Posted: 23 Nov 2013 05:01 AM PST
Aunque la vida pueda parecernos muy, muy larga, cuando echamos una mirada atrás, realmente no es sino una sucesión de pequeños momentos. Algunos inolvidables, que dejan una profunda huella y recuerdos imborrables en nuestra vida. Y otros menos trascendentales, pero que sino sabemos aprovechar... no viviremos plenamente, porque aunque formen parte de nuestra rutina, también son capaces de sacarnos de ella y hacernos felices por un instante.
Por eso hoy, voy a dedicar el post precisamente a esos breves momentos que llenan nuestra vida cada día. Pequeños instantes que muchas veces nos aportan grandes placeres y satisfacciones. Sobre ese tema trataba un artículo que leí el otro día, en el que diferentes personalidades compartían algunos de sus pequeños momentos de placer y felicidad. Así el diseñador de moda,Juanjo Oliva, hablaba de una buena siesta con pijama incluido; la actriz Ángela Cremonte describía unbaño en la playa y flotar en el agua el agua del mar boca arriba. O el director de cine, Nacho Vigalondo, que reproducía esas pequeñas y amables conversaciones que uno tiene en la caja de un supermercado, en el ascensor o en un taxi, y en las que le gustaba dejar de ser por unos minutos él mismo y simular otra personalidad reflejandose en la persona que tenía delante. Pequeños placeres...... Desde contemplar un paisaje y empaparnos de él, hasta comer una simple galleta o nuestro dulce favorito, pueden ser uno de nuestros momentos del día, sobre todo si como yo sois unos grandes golosos. Breves instantes que deberían escribirse con mayúsculas, muchos de ellos encierran un gran significado, por ejemplo, un abrazo, unas veces lo damos para recibir a alguien que llega a nuestras vidas pero también como despedida para el que no volverá.La risa, un instante de alegría y felicidad que es totalmente terapéutico y que deberíamos practicar más a menudo. Cuentan que el premio Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez, antes de conocer a su esposa Zenobria Camprubí, la escuchó reírse en una de las fiestas a las que ella acudía con el matrimonio estadounidense Boyne, en la residencia dónde él trabajaba. Y dijo a los que allí estaban presentes, que se casaría con ella. Unos breves segundos que cambiaron sus vidas para siempre.
Y, ¿a quién no le gusta ver llover desde la ventana?, desde la calidez de nuestra casa. O porque no, empaparnos bajo ella, seguro que se os ha venido a la cabeza la mítica escena de Gene Kelly en"Cantando bajo la lluvia", que describe un estado de animo como ninguna otra película lo ha hecho, dan ganas de salir corriendo a la calle y saltar y bailar bajo la lluvia (más de uno lo habrá hecho). Os dejo la secuencia al final de la entrada para la reviváis y disfrutéis de nuevo.
O contemplar el fuego chisporroteante en una chimenea en una tarde fría de invierno. Hay algo hipnótico que nos impide apartar la mirada de él y nos hace olvidarnos de todo.
Mis pequeños momentos escritos con mayúsculas...
Pero si hay dos momentos que siempre me hacen sonreír cada día son: El primero, cuando salgo a pasear por la playa, subo por un paseo en el que hay un tramo de pendiente del 18%, cuando llegó arriba y giro para regresar a casa me encuentro de lleno con la visión del mar, de toda la linea de costa, y con la brisa en mi rostro y no sé porque sonrío al bajar. Y el segundo, cuando veo cada mañana, dos caritas muertas de sueño que muchos días se levantan antes de tiempo para poder darme un beso antes de irme a trabajar; os aseguro que la energía y alegría que me trasmiten me recarga para el día entero.Estos son dos de mis pequeños momentos escritos con mayúsculas, ¿cuáles son los vuestros?
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario