Estos días me he vuelto a hacer más consciente de algo muy obvio, pero que se me olvida: no sé cuánto tiempo más voy a estar en este planeta.
Y me he dado cuenta de que quiero MÁS, y también quiero MENOS.
MENOS cosas, menos logros, menos metas, menos información, menos obligaciones…MENOS VELOCIDAD.
Quiero MÁS…MÁS MOMENTOS VIVIDOS REALMENTE, más instantes SINTIÉNDOME como amo sentirme: libre, serena, enamorada, creativa… quiero vivir con MÁS SUAVIDAD, con MÁS LENTITUD.
Hemos crecido bajo un condicionamiento social que nos hace vivir como lo que NO SOMOS. No somos máquinas, no somos robots incansables, no somos meras cabezas abarrotadas de pensamientos, de objetivos, de prisas. No somos meras perseguidoras de “ese algo más”.
Como diría Sergi Torres esta forma de vivir, de ser y estar en el mundo a la que parecemos tan acostumbradas es en realidad una ANOMALÍA, porque no es lo NATURAL en nosotras.
Lo natural es lo que, de manera totalmente espontánea ya eres de niña: un ser totalmente abierto a este momento, a cada experiencia, a cada sensación. Libre, expansiva, entregada a cada instante, explorándolo, saboreándolo. Apartándote de lo que no te hace vibrar, lanzándote con pasión a lo que te fascina.
Quiero regalarte una frase. Una frase que surgió hace unos días en mi sesión con Elisa, una de mis clientas, y que le inspiró tanto que ahora se la dice a sí misma cada día, ante el espejo. Ojalá también te impulse a ti hacia UNA VIDA MÁS REAL, AUTÉNTICA, PLENA:
Tu corazón quiere hacer cosas hermosas y emocionantes.
El momento es ahora y siempre ha sido ahora, pero cuanto más lo pospones menos momentos quedan por SABOREAR. No te los pierdas, no volverán. Y en cambio, ahora mismo, ESTE MOMENTO te está esperando con los brazos abiertos.
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