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Orgullo - entre la saludable autoestima y la equivocada soberbia

Conversaciones conmigo


Posted: 05 Jun 2016 02:09 PM PDT
“El orgullo contrapesa todas las miserias. O bien las oculta o, si las descubre, se ufana a si mismo por haberlas conocido.”
Blaise Pascal – polímata, matemático, físico, escritor y filosofo francés (1623-1662)

Según indica el diccionario orgullo es un exceso de estimación hacia uno mismo y los propios méritos por lo cual la persona se siente superior a los demás o el sentimiento de satisfacción hacia algo propio o cercano que se considera meritorio.

Si nos detenemos a considerarlo, es cierto que valorar nuestros logros, reconocer nuestras cualidades o las habilidades que sabemos tener y ‘estar’ satisfechos por eso es algo natural, casi está en el sustento de la autoestima, siendo el mejor estímulo para seguir adelante lo que sin duda no es igual a ‘ser’ orgulloso sintiéndonos superiores, creyendo no necesitar nada de nadie y por ello menospreciar a quienes nos rodean, poniendo un muro entre nosotros y los demás, aislándonos.

Un sentimiento complejo, para una palabra cuyo origen viene del término hebreo ‘gaon’ cuyo significado es orgullo, altivez, arrogancia, una emoción que nos puede hacer  perder de vista nuestra posición en la sociedad y el mundo cuando sin darnos cuenta permitimos que se desmadre, cuando unido al afán de poder, riqueza, alimentamos una suerte de avasallamiento de los derechos de otros, permitiendo que termine en conductas destructivas.

Los límites del orgullo positivo, el que nos beneficia, produce felicidad y nos alienta, como en toda otra situación son delgados y difícil es no sobrepasarlos, cayendo en actitudes que llegan a la soberbia, cuando equivocarnos y asumirlo no es una opción, sentimos que somos perfectos, no aceptamos sugerencias y nos creemos superiores e imprescindibles.

Aceptemos el orgullo positivo, el que nos convierte en mejores personas, el que valora nuestros esfuerzos, el que nos permite construir,  liberándonos del negativo que hace oídos sordos y menosprecia la opinión o el apoyo de los demás, el que nos hace vivir pendiente de las apariencias, el que no nos permite ver, convirtiéndose en un tirano que enferma nuestra vida.

imagen: Caras Ionut

“Pido pues a mi orgullo que siempre vaya del brazo de mi cordura. Y cuando me abandone mi cordura, pues le gusta alzar el vuelo, que mi orgullo vuele siquiera del brazo de mi locura.”
Friedrich Nietzsche – filósofo, poeta, músico y filólogo alemán (1844-1900)

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