El pasado fin de semana, los viandantes de la Plaza de la Independencia de Madrid miraban con asombro a la terraza del Capuccino Gran Café. En primera fila hacia la calle se encontraba sentado el expresidente Felipe González acompañado de su esposa Mar García Vaquero y una pareja de amigos. Los cuatro charlaban animadamente ante la atenta mirada de dos escoltas que aguardaban a unos metros de separación. El expresidente portaba una parka deportiva, mientras su esposa, que destaca por su belleza, vestía más formal con un abrigo oscuro que resaltaba su rubia melena.
El matrimonio, en una imagen de archivo en Ibiza (Gtres)
Desde 2008 el matrimonio vive de alquiler en pleno corazón del barrio de Salamanca, en un señorial inmueble propiedad de su cuñado, el empresario Pedro Trapote. Situado en los primeros números de la calle Velázquez y cercano a los 400 metros cuadrados de extensión, está actualmente valorado en alrededor de 3’5 millones de euros. En otro piso del mismo edificio, el expresidente tiene también su despacho, donde trabaja junto a su hija, María González Romero, secretaria de su fundación y quien gestiona las conferencias que da su padre.
Es frecuente ver al matrimonio González-García Vaquero en los locales situados cerca de su casa. Felipe González es comensal habitual del restaurante Goizeko Wellington, que destaca por su comida sencilla y casera. También se dejan ver paseando o tomando café con José Bono, quien vive en un ático situado a pocos metros de su domicilio junto a su hija pequeña, Sofía.
Una nueva finca en Cáceres
Por su parte, la discreta Mar García Vaquero se relaja acudiendo a clases de Pilates con algunas amigas del barrio en un centro ubicado a corta distancia de su domicilio. También es habitual verla comprando frutas, verduras, fiambre o pescados en el mercado de La Paz. “Ella es muy guapa, llama la atención, pero es muy discreta. Hace cola como el resto de las señoras del barrio y le gusta elegir personalmente el género”, explica una vendedora de dicho mercado. En alguna ocasión ha sido fotografiada también en el barrio junto a una de sus íntimas amigas, Mar Flores, acompañada de sus hijos pequeños, o de compras junto a su hermana y confidente Begoña García Vaquero.
El matrimonio, en una imagen de archivo en Ibiza (Gtres)
La mujer del expresidente suele lucir alguna de las grandes joyas diseñadas por su marido en piedra, especialmente anillos y collares. Donde también ha empleado su creatividad como diseñador y escultor Felipe González ha sido en la propiedad que el matrimonio adquirió a principios de este año en Guadalupe (Cáceres). El Penitencial, segunda residencia de Felipe y Mar,es una finca de 49 hectáreas en la que juntos reformaron con entusiasmo una nave que se conservaba a duras penas, convirtiéndola en una impresionante casa de 600 metros cuadrados divididos en dos plantas, donde realizan escapadas de fin de semana siempre que el trabajo y los viajes del expresidente se lo permiten.
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