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LA ACEPTACION


convertir la aceptación en felicidad
 La aceptación es un ejercicio de soltar lastre, de evitar fugas de energía y sobre todo, de asumir nuestra responsabilidad.

Aquí a continuación mostramos una serie de comportamientos y actitudes que hay que dejar de hacer y cuyo cambio supone avanzar muchos pasos hacia la felicidad. Lo mejor de todo: todos ellos están en nuestra mano.
En esta lista no caben excusas, se trata de aquí y ahora. Da igual el pasado, y da igual que hayamos hecho bien o no. Hoy es un nuevo día, una nueva oportunidad para acumular energía y ganar en paz interior.

Convertir la aceptación en felicidad

1. Dejar de criticarlo todo y a todos

Deja de crear expectativas respecto a las personas.
Primero deja de criticarte a ti mismo en exceso, normalmente las personas mas críticas con los demás son las mas críticas con uno mismo.
Si a veces piensas que el resto del mundo te esta juzgando, es por que seguramente ya lo estas haciendo contigo mismo.
Es mas sencillo descubrir los errores en los demás que ver los aspectos positivos de esa persona. Cuando nos encontramos con alguien a quien no nos gusta demasiado, siempre es mas fácil encontrar todos sus “puntos débiles”.
Lo realmente difícil es encontrar en él sus puntos positivos, a pesar de estar en contra de nuestros propios ideales de persona.
Cada persona es única y tenemos que verla ni mejor ni peor, sino ella en su totalidad, con todo lo que vemos y también con cientos de circunstancias que rodean a esa persona y que no conocemos.

2. Dejar de creer que tenemos todas las respuestas

A medida que acumulamos años de experiencia en un campo determinado y tenemos más competencia y reconocimiento, acabamos creyendo saberlo todo.
El problema es que caeremos en la trampa del bloqueo mental hacia otras posibilidades y nuevas ideas.
Cuando la sorpresa y el aprendizaje desaparecen, la vida se convierte en una linea gris aburrida y rígida.
El problema no es encontrarnos a una persona que demuestra saber mas que nosotros y que daña nuestro orgullo, sino que empeñarnos en mantener nuestro bloqueo e ignorancia va a minar nuestra felicidad.
El ser flexibles a cambios y nuevas visiones de la vida es garantía segura de éxito y realización personal. Cuando alguien te demuestre que tu idea es incorrecta, agradece el input y adáptate al cambio.
Trágate tu orgullo y nunca dejes de estar abierto a aprender.

3. Dejar de intentar controlarlo todo

Tratar de controlar todos los factores externos, incluyendo personas, solo llevan al malestar e infelicidad.
El único aspecto en el que tendríamos que ser ‘control freaks’ es en el control de uno mismo. Si lo hiciéramos así, nuestra vida giraría en positivo 180 grados.
Hay dos situaciones en las que podemos decidir entre controlar o dejarlo ir:
Si está en nuestras manos y vamos a conseguir algo positivo, adelante.
Si por el contrario, la situación no esta en nuestras manos y no podemos cambiarla, es una insensatez agobiarnos y tratar de controlarlo.
Yo he estado muchas veces en ese tipo de situaciones en las que realmente no podía hacer nada. El único problema era yo! Cuanto mas lo intentaba, peor me sentía y mas estresado. En cuanto me relajé y dejé de controlar, todo avanzó.
Hay que dejar ir todas las situaciones que no están en nuestro control, dejar que se marchen junto con nuestro estrés y frustración.

4. Dejar de tratar de volver hacia atrás

Los posibles errores que cometemos pueden convertirse en lecciones que de otra forma no hubieran surgido.
No tiene sentido perder tiempo en mirar hacia atrás y torturarnos lamentando que podríamos haber evitado aquel error.
Muchas de las adversidades por las que pasamos están ahí por algo.
Son un empujón y a veces una bofetada para salir de nuestra zona de confort y avanzar, aprender, evolucionar y crecer.
Aceptar los cambios y la evolución es garantía de felicidad.
Es duro a veces, pero así es.
Aferrarnos al pasado nos impide crecer y darnos cuenta que cada día es una nueva oportunidad, cada nuevo sol naciente es otra posibilidad de reinventarnos hacia metas inimaginables.

5. Dejar de querer todo lo que no tenemos

Llegará un momento al cabo de muchos años en el que de repente comenzaremos apreciar lo que tenemos, exactamente como hemos visto a nuestros abuelos.
Pero ese NO es el camino.
En ese momento nos daremos cuenta de todo el tiempo que hemos desperdiciado, por no haberlo hecho antes.
AHORA es el momento de empezar a dar gracias por lo que tenemos y somos.
Las piezas del puzzle de la vida se conectan, no lo harán cuando queramos sino cuando tenga que ser.
Las situaciones que no encajaron dieron espacio a otras situaciones que lo harán.
Las personas que se alejaron de nosotros nos abrieron las puertas a nuevas experiencias y a otras personas que sí permanecieron.
Deberíamos levantarnos por la mañana dando gracias por lo que tenemos, por la vida, por lo que somos.
Millones de personas en otros lugares no tienen igual fortuna.
El cambio es sencillo: en lugar de pensar en lo que nos falta, pensemos en lo que a otras personas les falta.
Nos daremos cuenta que es un privilegio ser lo que somos y tener los medios que tenemos, respirar aire puro, tener opciones, y saber que mañana habrá otro día que puede que lo hagamos contar con más intensidad.

6. Dejar de quejarnos y no hacer nada para remediarlo

Quejarse es un ejercicio poco inteligente. No ayuda a nada, no hace cambiar la situación. Únicamente acrecienta el malestar y disminuye la energía para actuar.
En otras palabras, para cambiar cualquier situación tenemos que visualizar el cambio y vernos con el resultado como si ya lo hubiéramos conseguido. Esta es la energía que necesitamos para el cambio.
Las quejas son una potente visualización negativa, con la palabra nuestro subconsciente reafirma aquello que no va bien o hemos hecho incorrectamente. Es sembrar la semilla del fracaso.
En nuestra mano está el evitar fugas de energía en las quejas. Enfócate en cómo resolverlo, como cambiarlo o como aceptarlo. Este es el paso adelante.

7. Dejar de tener miedo y preocupaciones sin ningún motivo

Una de las mayores fuentes de estres es la preocupación. La preocupación es una forma de miedo causada por la indecisión. La preocupación deprime nuestro sistema inmunitario y nos hace más propensos a todo tipo de enfermedades.
Según Brian Tracy, preguntando a mucha gente se ha llegado a la siguiente conclusión sobre las preocupaciones:
40% de las veces son cosas que nunca ocurren, 30% son temas del pasado, 12% son temas menores de salud, 10% preocupaciones sobre temas con muy poca importancia, 4% son cosas sobre las que ya no se puede hacer nada… y nos queda un 4% de cosas sobre las que la gente tiene una preocupación y pueden hacer algo para cambiarlo.
Pregúntate, tus preocupaciones “razonables”, ¿qué tanto por ciento representan?
Aquí mostramos un simple y efectivo método para dejar las preocupaciones de lado:
    1. Define claramente el miedo por escrito. A veces durante el mismo proceso de escribir se encuentra la solución
    2. ¿Cuál es la peor consecuencia que podría ocurrir si se diera esa situación? Muchas veces nos daremos cuenta que la peor situación realmente no es tan dramática. El hecho de enfrentarnos a la peor situación nos libera de toneladas de estrés y malestar
    3. Una vez que has visualizado la peor situación, toma la decisión de enfrentarte a ella, en caso de que ocurriera. Si ya has aceptado mostrarte cara a cara con el miedo, ya no hay nada que deba preocuparte
    4. Comienza inmediatamente a actuar para minimizar los efectos negativos de la peor consecuencia que has definido. En otras palabras: ya sabes qué es lo peor que podría pasar, ponte a trabajar para minimizar los efectos en caso de que ocurriera
Gracias a la “Ley de Sustitución” en respuesta a una situación se pueden sustituir los pensamientos de miedo y preocupación por pensamientos de acción.
El único antídoto contra el miedo es la acción dirigida.

8. Dejar de pasar tiempo con las personas que devoran nuestra energía

Una vez escuché: “Tu mismo eres un promedio de las cinco personas con las que más te relacionas”.
La vida se hace plena gracias a las personas con las que nos rodeamos. Hay personas que nos llenan de energía y nos hacen crecer, otros simplemente nos crean negatividad y nos anulan nuestra energía.
No pongas en riesgo tu dignidad y autorespeto, tratando de acercarte y buscando que te quieran y acepten otros que ya han demostrado que no lo merecen o que son incapaces de hacerlo.
Liberarnos de la gente negativa que nos rodea supone un enorme incremento de energía. Pregúntate qué debes hacer para conseguirlo, y además busca por todos los medios acercarte a las personas que realmente necesitas.
¿Cómo sería tu vida si ya estuvieras con la gente que realmente quieres?
Estos ocho consejos nos acercan a la condición más importante para nuestra felicidad: la paz interior.

Ahora te toca a ti

¿Qué es lo que podrías dejar de hacer, dejar marchar o quitar de tu vida para sentirte a gusto contigo mismo y feliz? Déjanos debajo un comentario, queremos escucharte.

Photo Credit: modenadude via Compfight cc

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