Pero hoy no os voy a hablar de alquileres, sino de una casa flotante que es realmente especial. Se llama Poezenboot, y ahí no vive gente, sino gatos. Sí, gatos, mininos. Estos adorables animales tienen un refugio en esta especie de casa de acogida que cuida y recoge gatos callejeros y abandonados, y que ayuda a buscarles un hogar.
La historia de Poezenboot es la historia de una mujer amante de estos animales: Mevrouw van Weelde. Esta señora de Amsterdam comenzó a acoger gatos abandonados , y su fama creció tanto que pronto no podía dar cabida a todos los que le llegaban. Por eso, no le quedó más remedio que buscar un segundo hogar para estos animales, y he aquí que la solución más rápida y asequible fue comprar una casa flotante .
La actual casa flotante no es la original, ya que pronto esta también se quedó pequeña, pero lo que sí mantiene es su misma ubicación. La podéis encontrar en el número 38 del canal Singel, prácticamente al final, o principio según se mire, de dicho canal. Unos metros más adelante tenéis la Estación Central, así que tiene poca pérdida el sitio.
Se puede entrar a ver los gatos, ya que también se pueden adoptar. La entrada es libre, pero también se pueden dejar donativos o comprar algún artículo de los que venden en la tienda. Y no estaría de más que así lo hicieseis, porque así ayudáis y contribuís un poco a que este peculiar rincón de Amsterdam siga a flote.
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