Suele ser más frágil quien menos lo aparenta. Quien viste gruesas corazas y regala sonrisas de admirable coraje y valentía, esconde a menudo un corazón de cristal que refleja y llora secretas amarguras. Abismos de profunda tristeza que no ha logrado resolver.
La persona secretamente frágil también es, a menudo, increíblemente susceptible. A veces, un pequeño acto de gratitud o bondad las llena de felicidad. Sin embargo, el más mínimo error o decepción vivida los lleva a una desesperación límite. Hablamos de esa “hipersensibilidad” con la que la persona frágil choca tan a menudo con su entorno.
Todos conocemos a esas personas que en apariencia pueden con cada carga que la vida ha colocado sobre sus espaldas, pero no nos equivoquemos: porque llevan máscaras del color de la falsa entereza. E incluso visten armaduras de héroes de otros tiempos. Sin embargo, basta con tocar un poco sus corazas para ver que están llenas de óxido por esos sufrimientos internos. Por esas lágrimasderramadas a escondidas.
Toda persona frágil esconde la sensibilidad de esas criaturas que aunque sabias, tienen una alta necesidad de estima. Su piel es muy fina y reaccionarán al instante con cualquier alteración. Con cualquier reproche o errónea interpretación de un contexto que a veces sienten como una amenaza.
Te proponemos ahondar en el complejo tema de la fragilidad humana.
La persona frágil y la vulnerabilidad emocional
Definamos en primer lugar qué entendemos por fragilidad emocional. Ser frágil no significa en absoluto ser débil. Es por encima de todo, ver y entender la realidad desde una perspectiva más íntima, desde el propio corazón. Sin embargo, ello trae a su vez un complejo reverso: el de la vulnerabilidad emocional.
Para proteger este interior delicado suelen blindarse con distintas corazas. Hay quien demuestra un carácter fuerte y enérgico, marcando límites. Son personas que, en ocasiones, parecen estar en guerra con el mundo. Sin embargo, y esto hemos de tenerlo en cuenta, quien está siempre en guardia acaba agotado por tanto desgaste psicológico y emocional.
Porque quien entiende la vida como una autodefensa continua lo único que acumula sonsufrimientos.
El corazón frágil que ha sido muy dañado se vuelve desconfiado. Poco a poco desarrolla un carácter susceptible que interpreta cualquier acto como una ofensa. Una conversación intrascendente se convierte en una batalla. Una frase dicha con un tono determinado se siente como un agravio. Tal y como nos decía Leonardo Da Vinci “donde hay más sensibilidad hay más martirio”.
Sin embargo, todo podemos canalizar esa fragilidad de un modo creativo, saludable y poderoso para delimitar dicho sufrimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario