Para algunas personas los pequeños problemas cotidianos se convierten en grandes obstáculos. Reaccionan de manera exagerada ante los contratiempos, se enfadan por pequeños percances y se deprimen por asuntos que los demás catalogarían como intrascendentes. A estas personas les resulta difícil asumir la vida desde una perspectiva más desapegada y objetiva, es como si tuvieran siempre las emociones a flor de piel. De la misma forma, son capaces de detectar las pequeñas señales emocionales que envían los demás, y pueden reconocer antes que nadie el sufrimiento, el dolor o la tristeza, como si tuvieran un sexto sentido muy aguzado. ¿Por qué?
La hipersensibilidad emocional puede tener una base genética
Investigadores de la Universidad de British Columbia y la Universidad de Toronto piensan que la raíz de la hipersensibilidad emocional puede encontrarse en una variante genética que, asombrosamente, poseen el 50% de las personas caucásicas, aunque también se encuentra en una proporción menor en otras etnias.
El gen en cuestión se denomina ADRA2b y su principal función es la de regular la norepinefrina, un neurotransmisor que está vinculado con el estrés y que afecta zonas del cerebro como la amígdala, vinculada a las respuestas emocionales. De hecho, la norepinefrina actúa como una droga aumentando la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea, de manera que prepara al organismo para la lucha o la huida.
En práctica, la variante de ese gen provoca una mayor activación de las regiones del cerebro vinculadas con elprocesamiento emocional. De hecho, estos investigadores comprobaron que estas personas, no solo reaccionan de manera diferente ante las situaciones sino que desde el primer momento las perciben de una forma diversa.
Una cuestión de percepción
En el experimento, las personas debían ver una serie de imágenes, algunas eran originales y otras copias a las que se les había añadido un poco de ruido, es decir, no eran perfectas al 100% ya que tenían algunas partes difuminadas o pixeladas.
El objetivo de los investigadores era comprobar si las personas eran capaces de notar esos pequeños defectos, por lo que entremezclaron todas las fotos. Así constataron que quienes tenían la variante del gen ADRA2b podían notar esos pequeños detalles ya que se focalizaban en los colores, las formas y los tamaños, más que en la imagen general, al contrario del resto de los participantes.
Los investigadores también apreciaron que en estas personas se produjo una mayor activación de la corteza frontal, lo cual indica que su atención y memoria estaban trabajando a máxima capacidad para captar y comparar detalles con mayor precisión. A su vez, se apreció un aumento de la actividad de la amígdala, la estructura vinculada con las respuestas emocionales.
La hipersensibilidad emocional: Un arma de doble filo
Sin duda, ver el mundo de manera diferente, también nos hará responder de manera distinta. Nuestra percepción matiza nuestras reacciones, sobre todo a nivel emocional. Por eso, las personas que son capaces de fijarse en los detalles suelen ser más sensibles y empáticas ya que captan rápidamente las pequeñas señales de sufrimiento o tensión que muestran los demás y son capaces de adaptar su comportamiento en base a estas, brindando el apoyo necesario.
Sin embargo, esta capacidad es un arma de doble filo ya que al centrarse demasiado en los detalles también corren el riesgo de perder la visión global. Estas personas corren el riesgo de ver los árboles pero no el bosque, lo cual puede llevarles a reaccionar de manera exagerada ante pequeños detalles que para los demás pueden pasar inadvertidos o a los que simplemente no les dan importancia. Por consiguiente, las personas hipersensibles emocionalmente también son más propensas a enfadarse, entristecerse o responder con rabia.
La hipersensibilidad emocional puede ser un don, pero también aumenta el riesgo de sufrir problemas como el trastorno de estrés postraumático, la depresión y la ansiedad. La clave radica en ser conscientes de esta manera de ver el mundo y aprender a controlar la primera reacción emocional, intentando analizar la situación en su conjunto.
Fuente:
Todd, R. M. et. Al. (2015) Neurogenetic Variations in Norepinephrine Availability Enhance Perceptual Vividness. The Journal of Neuroscience; 35(16): 6506-6516.
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