Hablamos de sexo, separándolo de hacer el amor. Sentimos las necesidades primarias huyendo de las complejas emociones. Pensamos en uno como delicadeza mientras que el otro no es mas que la expresión más animal de nosotros mismos, pero todo tiene puntos medios y ni lo blanco es blanco ni lo negro es negro. Profundicemos en ello.
Amor y sexo
Cuando hablamos del amor de pareja, nos referimos a los sentimientos que se generan en una persona al juntarse de una manera recíproca (o no) con otra persona. Estas emociones desembocan en un crecimiento mutuo, en una complicidad, en unos proyectos conjuntos, etc.
Si nos referimos al sexo, sin ir acompañado de amor, hablamos de una expresión “egoísta” de nuestra genitalidad. El acto biológico y primario, por el cual el ser humano puede cubrir algunas de sus necesidades primarias.
Para ello es suficiente con la unión de dos voluntades, no ha de haber de por medio ni sentimientos, ni tan siquiera el conocimiento de la otra persona. Tiene un pequeño matiz de egoísmo, pues cada una de las “voluntades” se centra en cubrir sus necesidades, pues ante la ausencia de apego en principio no hay razón para cuidar de las necesidades de la otra persona.
Amor con sexo, sexo con amor
Si buscamos ese punto medio, nos encontramos con una realidad en la que tanto los que creen que tienen solo amor como los que creen que tienen solo sexo, en algún momento se mueven.
Es muy fácil tener sexo sin emociones de por medio con una persona, pero no lo es tanto cuando esa persona empieza a cruzarse mas de una vez por tu vida y por tus sentidos. De repente donde antes había un beso frío, hay una mirada, un roce de labios y una caricia. El sexo cobra otro sentido, la pasión comienza a crecer y a cambiar su forma, porque ahora el sexo no es solo sexo, es sexo con esta persona.
El amor de pareja, sin sexualidad, le falta esa parte que lo completa, que hace que esos dos seres humanos toque el pico de intimidad, en el que la confianza atraviesa caminos a los cuales no podría ni acercarse sin esto. Dos mentes que ya se han unido en otros muchos ámbitos pueden ahora unirse físicamente y llevar esa atracción a otro punto, a otro plano, a otro nivel.
Mejor juntos que separados
Con todo esto donde quiero llegar, es al tipo de sexualidad en la que los sentidos son el tercero en la cama y hacen de la conexión entre dos cuerpos, una colisión de emociones. El tacto de la otra persona en tu espalda es como un pincel que dibuja tus curvas y los besos el remate final de tus recovecos.
El climax es más climax y es solo porque dejas a un lado el concepto de descargar el deseo y trabajas la pasión fusionada con ternura, la complicidad unida al placer compartido. El entendimiento es la herramienta por la cual los engranajes encajan de tal forma que la pareja es una maquina perfecta en la que ambos son la mejor virtud del otro.
“En la cama.Lucía: ¿Alguna vez con una chica te ha gustado más que conmigo?
Lorenzo: No.
Lucía: Dime la verdad.
Lorenzo: Puede que alguna vez, aislada, pero es distinto.
Lucía: Te refieres a aquella de la isla, ¿verdad?
Lorenzo: Sí.
Lucía: Es casi cualquiera, no es conocida, luna llena; tenemos que ir a tu isla, por separado, y luego nos encontramos allí, como si no nos conociéramos, echaríamos el polvo del siglo, ¿no?
(silencio).
Lucía: ¿Qué prefieres?, ¿un polvo con alguien desconocido muy salvaje o un polvo con alguien conocido del que estás enamorado, pero también salvaje?
Lorenzo: ¿Cómo?
Lucía: Tienes que elegir. O polvo salvaje con desconocida o polvo de amor con salvaje conocida, loca por tí, y tú por ella, claro. Venga, sé directo.
Lorenzo: Contigo”-Lucia y el sexo (2011)-
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