Rincón de la Psicología |
Posted: 19 Apr 2018 04:05 AM PDT
Existen muchos tipos de pensamientos negativos que pueden hacerte daño. Generalmente se trata de ideas automáticas, algunas de las cuales no son más que creencias introyectadas; es decir, creencias que te transmitieron tus padres u otros adultos significativos durante tus primeros años de vida y que sigues arrastrando contigo. Otros pensamientos negativos son el fruto de una visión distorsionada de los acontecimientos o simplemente de expectativas incumplidas.
Albert Ellis, creador de la terapia racional emotiva conductual, estaba firmemente convencido de que lo que nos afecta no son las cosas que nos suceden, sino la interpretación que les damos. Esas interpretaciones adoptan la forma de pensamientos negativos que nos generan malestar y, lo que es aún peor, nos impiden encontrar una solución satisfactoria para nuestros problemas ya que a menudo solo sirven para alimentar un círculo vicioso de negatividad. El primer paso para salir de ese bucle es conocer todos los tipos de pensamientos negativos que pueden rondar tu mente.
¿Eres víctima de estos tipos de pensamientos negativos?
Existen tantos tipos de pensamientos negativos como personas, pero se pueden resumir en 8 grandes categorías, fáciles de detectar por las actitudes que generan.
1. Estado de emergencia permanente
Cada vez que ocurre algo, lo asumes como una emergencia total. Esa reacción se debe a que tu amígdala se activa y solo puedes ver la señal de alarma. En tu cerebro se produce un secuestro emocional en toda regla, desatando una reacción de pánico. Al asumir la realidad como si fuera una crisis, reaccionas de manera desproporcionada. Este tipo de pensamiento catastrófico te lleva a exagerar los peligros y desestimar tus recursos para hacerle frente a los problemas, una actitud que puede llegar a ser muy peligrosa ya que desencadena un estado de indefensión aprendida.
2. El autosaboteador
Ante la más mínima dificultad, te saboteas automáticamente. Te tomas todo lo que ocurre como algo personal y te culpas por cosas sobre las cuales no tienes ningún control. Tus pensamientos negativos te impiden pensar con lógica, de manera que te castigas y criticas incesantemente. Como resultado, cada vez que se presenta un problema, pierdes autoestima y autoconfianza. Este tipo de pensamiento hace que te conviertas en tu peor enemigo ya que te pondrás la zancadilla constantemente.
3. El extremista
Cuando ocurre algo, solo puedes ver los extremos. Este tipo de pensamiento negativo, también llamado dicotómico, te hace ver el mundo en blanco y negro, todo o nada, sin términos medios. Al olvidarte de la gama de grises y colores intermedios, te resultará difícil encontrar una buena solución y sentirás mucha ansiedad ya que asumes que cualquier decisión es un camino sin retorno.
4. El etiquetador
Cualquier cosa que ocurra, la etiquetas en términos negativos porque solo puedes ver las consecuencias dramáticas de la situación. El problema es que al colocar esas etiquetas, no logras ver las posibilidades que puede encerrar una situación, de manera que cierras caminos hacia su solución. Además, este tipo de pensamiento negativo puede hacer que te autoetiquetes y termines desarrollando una imagen muy limitada de ti y de tus potencialidades.
5. Visión de túnel
Cuando tienes un problema, tu visión inmediatamente se reduce, como cuando entras en un túnel. Solo logras ver las cosas negativas, los problemas, errores y carencias. No logras apreciar ningún detalle positivo, posibilidad o fortaleza, de forma que caes en una espiral descendente de negatividad. Este tipo de pensamiento negativo tiene su base en el fenómeno que se conoce como atención selectiva. En práctica, es como si te pusieras unas anteojeras y unas gafas de sol, de manera que solo ves una parte muy limitada de la realidad, perdiéndote precisamente la parte más importante para hallar una solución.
6. El generalizador
Cuando tienes un problema, tu mente divaga y comienza a establecer conexiones sueltas entre el presente y los sucesos del pasado. Esas conexiones te llevan a realizar generalizaciones erróneas y negativas, generalmente reconocibles porque aparecen palabras como “nunca”, “siempre” o “todos”. Este tipo de generalización a menudo conduce a lo que se conoce como “error del adivino”, que consiste en sacar conclusiones apresuradas sobre algo que aún no ha pasado, pensando que los resultados o consecuencias serán desastrosos. Obviamente, con cada afirmación de ese tipo pierdes un poco de autoestima y fuerza, condenándote a un ciclo de negatividad.
7. El impostor
Debido a que tienes una tendencia a compararte, constantemente magnificas los aspectos positivos que notas en todos los demás, pero minimizas tus propias fortalezas y talentos. Este tipo de pensamiento negativo te hace sentir como si fueras un impostor y no merecieras lo que tienes. Tienes miedo a que los demás descubran que no eres tan listo, capaz, amable o brillante, cuando en realidad lo que sucede es que tienes un problema de autoestima. De hecho, es probable que a menudo seas víctima de lo que se conoce como “lectura de la mente”, un fenómeno según el cual presupones lo que están pensando los demás.
8. El superhéroe
Tu capa siempre está extendida, te esfuerzas para no defraudar a nadie. Te enorgulleces de hacer todo, cueste lo que cueste. Tu vida se rige por el “debo” y “debería” hasta el punto que te olvidas por completo de lo que tú quieres realmente. El problema es que cada vez que te das cuenta de que no puedes salvar el mundo, tu autoestima cae en picado y experimentas una desilusión extrema. De hecho, se trata de uno de los tipos de pensamientos negativos más dañinos porque piensas en términos de “deberes” y “obligaciones”, permitiendo que tu vida, decisiones y estado de ánimo dependan por completo de los demás.
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