UN MONJE BUDISTA NOS DICE CUÁLES SON LAS 5 CLAVES PARA AMAR
El amor es y seguirá siendo un misterio que jamás descifraremos del todo. Sin embargo, es posible comprender algunas de sus aristas. Los budistas, por ejemplo, nos ofrecen algunas claves para amar y disfrutar de este sentimiento.
Las claves para amar, según los budistas, no son algo del otro mundo, sino una sencilla aplicación del sentido común. Un enfoque que hace énfasis en la capacidad de amar y no tanto en la posibilidad de despertar amor en otros.
La realidad nos enseña que todo aquello que se siembre es también lo que se recoge. Por eso, si elevamos nuestra capacidad para amar, la consecuencia de esto será que seamos amados también. Que deje de ser importante lo que nos dan y se vuelva relevante lo que podemos dar. Ten en cuenta estas cinco claves para lograrlo.
“No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo”.
-Buda-
1. Comprender, una de las claves para amar
La palabra “comprensión” en el amor va más allá de un simple hecho intelectual. Abarca, cómo no, aspectos racionales, pero se extiende mucho más allá. Significa entender con la cabeza, pero principalmente con el corazón. Desarrollar la sensibilidad suficiente para percibir las necesidades físicas y emocionales del otro. También para respetarlas e intentar satisfacerlas.
Comprender es una de las claves para amar porque implica ser capaz de ver al otro en sus propios términos y no en los nuestros. Percibir e intuir sus vulnerabilidades y sus carencias. Verlo como alguien que no es perfecto y que tampoco debe ser juzgado por ello.
2. Hacer que el corazón evolucione
Una de las claves para amar es cumplir primero con los compromisos que tenemos con nosotros mismos. El primero de ellos es aprender a ser felices y a estar bien, sin necesidad de tener una pareja al lado.
No podemos responsabilizar al otro la tarea de hacernos felices, de llenar nuestros vacíos o colmar nuestras necesidades. Quien no es capaz de encontrar la felicidad por sí mismo, no la encontrará a través de otra persona. Quizás se cree esa ilusión, pero tarde o temprano descubrirá que nada puede llenar el vacío de la ausencia que deja el no ser.
3. Ser noble
La nobleza y la bondad conforman una fuerza arrolladora. A veces se piensa que es bueno quien tiene un corazón débil o un carácter frágil. Esto no es cierto. Ser bueno con los demás es una decisión que nace de la convicción y la fortaleza. Sin embargo, también es una de las más decisivas claves para amar a otros.
La nobleza se caracteriza por buscar el bien de los demás, tanto como se busca el propio. No hacer daño deliberada ni innecesariamente. Ser capaz de condolerse con el sufrimiento del otro y tener la voluntad de brindar apoyo siempre que sea posible. Una persona buena atrae la bondad de los demás.
4. No tener amores pasajeros
La expresión “amores pasajeros” es contradictoria en sí misma. El amor nunca es pasajero. Siempre deja huellas. Lo que sí existe a veces es el deseo de tener aventuras y romances fugaces, que brinden placer sexual o alimenten el narcisismo, sin que impliquen compromisos o sufrimientos.
Cuando alguien quiere llevar su vida de ese modo, lo que desea en realidad es que la vida no lo toque. Es como querer nadar, mirando el agua desde la orilla. Es posible que logre su objetivo de tocar el agua sin mojarse, pero finalmente solo abrirá más y más el vacío que se lleva dentro. Hay un punto en el que esto no solamente no satisface, sino que lleva a sentir una suerte de hastío por uno mismo y por los demás.
5. Reconocer los cuatro elementos del amor
Según los budistas, el amor tiene cuatro componentes esenciales. Estos son: amabilidad, compasión, diversión y serenidad. Incorporar estos aspectos a una relación es una de las claves para amar que nunca fallan. Cada uno de ellos es indispensable.
La amabilidad propicia relaciones respetuosas y consideradas. La compasión permite construir lealtad mutua y un sentido profundo del compromiso. El sufrimiento se comparte y con ello se crea un lazo indestructible. La diversión, por su parte, significa principalmente buscar la variedad y amplitud de vivencias compartidas. La serenidad es la base de la tolerancia y de la buena comunicación.
Como se ve, las claves para amar son accesibles para todos. Requieren, eso sí, contar con suficiente interés y voluntad para cultivarlas. No nacen espontáneamente, sino que se deben desarrollar pacientemente. Sus frutos son muy dulces y por ello, bien merecen el esfuerzo.
Edith Sánchez
El amor es y seguirá siendo un misterio que jamás descifraremos del todo. Sin embargo, es posible comprender algunas de sus aristas. Los budistas, por ejemplo, nos ofrecen algunas claves para amar y disfrutar de este sentimiento.
Las claves para amar, según los budistas, no son algo del otro mundo, sino una sencilla aplicación del sentido común. Un enfoque que hace énfasis en la capacidad de amar y no tanto en la posibilidad de despertar amor en otros.
La realidad nos enseña que todo aquello que se siembre es también lo que se recoge. Por eso, si elevamos nuestra capacidad para amar, la consecuencia de esto será que seamos amados también. Que deje de ser importante lo que nos dan y se vuelva relevante lo que podemos dar. Ten en cuenta estas cinco claves para lograrlo.
“No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo”.
-Buda-
1. Comprender, una de las claves para amar
La palabra “comprensión” en el amor va más allá de un simple hecho intelectual. Abarca, cómo no, aspectos racionales, pero se extiende mucho más allá. Significa entender con la cabeza, pero principalmente con el corazón. Desarrollar la sensibilidad suficiente para percibir las necesidades físicas y emocionales del otro. También para respetarlas e intentar satisfacerlas.
Comprender es una de las claves para amar porque implica ser capaz de ver al otro en sus propios términos y no en los nuestros. Percibir e intuir sus vulnerabilidades y sus carencias. Verlo como alguien que no es perfecto y que tampoco debe ser juzgado por ello.
2. Hacer que el corazón evolucione
Una de las claves para amar es cumplir primero con los compromisos que tenemos con nosotros mismos. El primero de ellos es aprender a ser felices y a estar bien, sin necesidad de tener una pareja al lado.
No podemos responsabilizar al otro la tarea de hacernos felices, de llenar nuestros vacíos o colmar nuestras necesidades. Quien no es capaz de encontrar la felicidad por sí mismo, no la encontrará a través de otra persona. Quizás se cree esa ilusión, pero tarde o temprano descubrirá que nada puede llenar el vacío de la ausencia que deja el no ser.
3. Ser noble
La nobleza y la bondad conforman una fuerza arrolladora. A veces se piensa que es bueno quien tiene un corazón débil o un carácter frágil. Esto no es cierto. Ser bueno con los demás es una decisión que nace de la convicción y la fortaleza. Sin embargo, también es una de las más decisivas claves para amar a otros.
La nobleza se caracteriza por buscar el bien de los demás, tanto como se busca el propio. No hacer daño deliberada ni innecesariamente. Ser capaz de condolerse con el sufrimiento del otro y tener la voluntad de brindar apoyo siempre que sea posible. Una persona buena atrae la bondad de los demás.
4. No tener amores pasajeros
La expresión “amores pasajeros” es contradictoria en sí misma. El amor nunca es pasajero. Siempre deja huellas. Lo que sí existe a veces es el deseo de tener aventuras y romances fugaces, que brinden placer sexual o alimenten el narcisismo, sin que impliquen compromisos o sufrimientos.
Cuando alguien quiere llevar su vida de ese modo, lo que desea en realidad es que la vida no lo toque. Es como querer nadar, mirando el agua desde la orilla. Es posible que logre su objetivo de tocar el agua sin mojarse, pero finalmente solo abrirá más y más el vacío que se lleva dentro. Hay un punto en el que esto no solamente no satisface, sino que lleva a sentir una suerte de hastío por uno mismo y por los demás.
5. Reconocer los cuatro elementos del amor
Según los budistas, el amor tiene cuatro componentes esenciales. Estos son: amabilidad, compasión, diversión y serenidad. Incorporar estos aspectos a una relación es una de las claves para amar que nunca fallan. Cada uno de ellos es indispensable.
La amabilidad propicia relaciones respetuosas y consideradas. La compasión permite construir lealtad mutua y un sentido profundo del compromiso. El sufrimiento se comparte y con ello se crea un lazo indestructible. La diversión, por su parte, significa principalmente buscar la variedad y amplitud de vivencias compartidas. La serenidad es la base de la tolerancia y de la buena comunicación.
Como se ve, las claves para amar son accesibles para todos. Requieren, eso sí, contar con suficiente interés y voluntad para cultivarlas. No nacen espontáneamente, sino que se deben desarrollar pacientemente. Sus frutos son muy dulces y por ello, bien merecen el esfuerzo.
Edith Sánchez
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