PASO 1
Limpiamos bien las sardinas y les quitamos la cabeza, las aletas dorsales y la cola. Salamos con bastante moderación.
PASO 2
En una cacerola antiadherente colocamos las sardinas, los ajos en láminas gruesas, los granos de pimienta, un poquito de vinagre o dos o tres rodajas finas de limón.
PASO 3
Cubrimos de aceite de oliva y las ponemos a cocer a temperatura media hasta que veamos que salen burbujas. En ese momento, bajamos la temperatura hasta casi al mínimo (en una vitrocerámica del 1 al 9, en el 3).
PASO 4
Nunca debe calentarse demasiado así que debemos jugar con la temperatura subiendo y bajando. Dejaremos así durante al menos tres cuartos de hora, dependiendo de lo grandes que sean las sardinas.
PASO 5
Retiramos y dejamos reposar hasta que se enfríen totalmente y entonces será cuando las coloquemos en un recipiente con tapa, preferiblemente de cristal. Meter en el frigorífico y usar a nuestro gusto.
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