Desde que somos pequeños la sociedad nos va inculcando que cometer errores es algo negativo, algo que debemos evitar a toda costa pues el verdadero camino al éxito está exento de equivocaciones y transcurre de un logro a otro. Sin embargo, se trata de una creencia errónea que se convierte en un obstáculo en nuestro camino. De hecho, no hay nadie que haya podido escapar de los errores porque estos también forman parte del aprendizaje.
Los errores nos hacen ser quiénes somos y, en última instancia, nos convierten en personas más resilientes. Los errores nos permiten aumentar nuestra tolerancia a la frustración, nos obligan a madurar y, sobre todo, nos enseñan cuáles son las estrategias que no debemos seguir y qué camino es el más indicado.
Sin embargo, cuando no sabemos asumir los errores, estos se convierten en obstáculos en nuestro camino porque laceran nuestra autoestima y nos hacen mantenernos en nuestra zona de confort, donde nos sentimos seguros y a salvo pero también nos anquilosamos.
5 consejos para aprender de nuestros errores
1. Asume tus errores. El temor a cometer errores es tan grande que muchas personas intentan negarlos a toda costa poniendo la responsabilidad en el otro o en causas externas. Sin duda, se trata de una estrategia muy cómoda y fácil pero no nos permitirá crecer. Cuando asumimos nuestros errores estamos dando un paso de gigante en el camino del Crecimiento Personal porque aceptamos que podemos equivocarnos y asumimos nuestra cuota de responsabilidad.
2. Identifica dónde te equivocaste. No es suficiente con aceptar que hemos cometido un error, si queremos aprender de este, debemos reflexionar sobre los hechos que nos llevaron a equivocarnos. Solo entonces podremos aprovechar la oportunidad que nos brinda el error para crecer. Pregúntate qué ha sucedido y descubre en qué punto has fallado. Descubrir las razones te permitirá no volver a cometer el mismo error en el futuro.
3. Libérate de la sensación de culpa. A menudo, después que analizamos un error y asumimos nuestra cuota de responsabilidad, comenzamos a sentir culpabilidad. Sin embargo, la culpa es una de las sensaciones más limitantes y dañinas que podemos experimentar. Reflexionar sobre un error no implica comenzar una cacería de brujas sino emprender un camino de crítica constructiva. El hecho de que nos hayamos equivocado no implica que seamos peores personas o que nuestra valía haya disminuido, nos tendremos que esforzar más la próxima vez, ahora teniendo a nuestras espaldas la ayuda de una experiencia más enriquecedora. Recuerda que un error puede marcar tu vida por completo, haciéndote una persona más infeliz consumida por la culpa o, al contrario, puede ayudarte a crecer.
4. Apóyate en los que te rodean. A veces estamos tan inmersos en una situación que no logramos valorarla con objetividad, en estos casos la opinión de quienes nos rodean es inestimable. No sientas vergüenza de reconocer que te equivocaste e incluso de pedir disculpas o ayuda para identificar qué hiciste mal. De hecho, te asombraría descubrir que reconocer tus errores te puede sumar puntos en vez de restarlos, es lo que se conoce como el Efecto Pratfall, según el cual, las personas que se equivocan nos resultan más simpáticas ya que las percibimos como más cercanas.
5. Diversifica tus intereses. En ocasiones estamos tan obsesionados con la perfección y con lograr nuestras metas en un área en particular (como el trabajo o la relación de pareja) que olvidamos por completo el resto de los aspectos de nuestra vida. Por eso, cuando nos equivocamos en una de esas áreas “sagradas”, el mundo se nos viene encima. Sin embargo, cuando aprendemos a darle a cada cosa su justa medida y nos involucramos en diferentes actividades, comenzamos a comprender que un error no es el fin del mundo ni mucho menos.
Copiado del blog Rincón de la Psicología
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