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LO QUE DICE TU CASA DE TI


Mira a tu alrededor. En tu hogar, todo lo que te rodea tiene un por qué, cada cosa encierra una historia, es algo que has elegido. Ya se trate de una foto, una lámpara o un sofá, todos esos pequeños detalles desvelan quién habita en ese lugar. Básicamente, cada casa trazuma una larga historia de sentimientos, comportamientos y decisiones. Por eso, el espacio que habitamos desvela nuestra personalidad, es un fiel reflejo de nuestras vidas.

Tres secretos que desvela todo hogar sin que nos demos cuenta


1. Afianzar nuestra identidad

Utilizamos nuestro hogar para hacer declaraciones intencionadas y deliberadas sobre nosotros mismos. Toda casa es una especie de “declaración de identidad” ya que la decoramos para reflejar nuestras actitudes, metas, valores, roles sociales y prioridades en la vida. Aunque no siempre somos conscientes de ello. 

De hecho, los libros que tenemos dicen mucho sobre quiénes somos, así como las fotos que decidimos colocar a la vista o incluso el tamaño de los espejos, que hablan de nuestro nivel de vanidad. Esos detalles que colocamos en las zonas más visibles de la casa son un mensaje muy claro a las personas que nos visitan, les dicen “soy esto, esto es lo que me importa”.

2. Influir en nuestros pensamientos y sentimientos

El diseño y la disposición de los objetos, así como el color y la iluminación en los diferentes espacios de la casa, tienen el objetivo de despertar determinados pensamientos y emociones. Por ejemplo, en la sala de estar deseamos transmitir la sensación de calidez y bienvenida, mientras que en el dormitorio queremos crear un espacio más íntimo y relajante. Como nuestras prioridades y dinámicas familiares cambian, también queremos que nuestros espacios sean diferentes. 

Además, nos cercioramos de incluir detalles que despierten ciertas sensaciones y emociones, como las fotos de ese viaje inolvidable, la imagen de nuestra mascota o un regalo especial. Todas las cosas que hemos elegido, de cierta forma, despiertan emociones que nos resultan agradables y, por tanto, hablan de nuestra historia y de quiénes somos. Por ejemplo, un espacio muy iluminado desvela a una persona muy activa mientras que los espacios con luces bajas, cortinas y persianas indican que en esa casa vive una persona que prefiere la calma y la serenidad.

3. Rastrear nuestra conducta

Las razones por las cuales elegimos un sofá o una mesa no siempre son conscientes. En la mayoría de los casos no nos basamos simplemente en el color, el modelo o el precio, a veces hay algo más profundo que brota directamente desde el inconsciente. De hecho, en todas las casas se pueden encontrar pruebas de los comportamientos habituales de las personas que allí viven, rastros que desvelan quiénes somos y a los que se les denomina “comportamientos residuales”.

Puede tratarse de la forma en que organizamos los libros, una postal que se ha quedado encima de la mesa, una entrada para una obra de teatro o incluso la forma en que colocamos los rollos de papel higiénico en el armario. De hecho, un baño limpio y pulcro es sinónimo de una persona orientada al trabajo duro y amante del orden. Todos los pequeños detalles revelan qué hemos hecho en los últimos días y cuáles son nuestros hábitos.

Cinco trucos para imprimirle personalidad a tu hogar


1. Decora con tus propios detalles. Las casas de revista son muy bonitas pero les falta alma. Por eso, es importante que elijas las cosas que te hacen sentir bien, los detalles que son importantes para ti y que generan emociones agradables. Decora las estancias con cosas que aman y que te reflejen, de manera que puedas crear vibraciones positivas en cada rincón. Recuerda que no hay nada mejor que decorar con objetos que cuenten tu historia. 

2. Haz que los materiales generen emociones. Un secreto para no caer en una decoración aburrida consiste en combinar adecuadamente los materiales. Atrévete a jugar con las texturas y prueba todo lo que te haga sentir bien, desde la madera para dar sensación de calidez hasta el lino y el algodón para los textiles o la piedra para dar la sensación de limpieza en el baño y la cocina. Recuerda que el tacto es uno de los sentidos más descuidados pero puede transmitir un gran confort a nivel físico.

3. Jamás descuides la iluminación. Uno de los aspectos olvidados en la decoración suelen ser las luces. Sin embargo, la iluminación es clave para aportar sensación de calor y de hogar. Si tu casa es tu refugio después de un día de trabajo, lo ideal es que te deshagas de las luces blancas en el techo que dan la sensación de frialdad y que apuestes por lámparas indirectas de tonos cálidos. No temas a las velas, si te gustan, son perfectas para crear intimidad y propiciar la relajación.

4. Elige un aroma. En los últimos años los aromas se han rescatado del baúl de los recuerdos. De hecho, incluso se están utilizando como una herramienta de neuromarketing. La razón es muy sencilla: los aromas llegan directamente a nuestro cerebro emocional y despiertan fuertes sensaciones, sobre todo cuando se asocian con recuerdos del pasado. Por eso, es importante que elijas un aroma para tu casa, que te represente y te gusta. Compra aromatizantes, aceites, velas y aerosoles con el mismo aroma. Será una seña de identidad que todos los visitantes notarán inmediatamente. Y es que no hay nada más agradable que entrar a una casa y que te acoja un aroma fresco.

5. Crea un rincón privado. Puede ser una habitación, una terraza o un pequeño rincón en el salón. El tamaño no importa, lo que realmente cuenta es que sea un espacio completamente tuyo, que te haga sentir a gusto. Coloca objetos con los que te identifiques y que te resulten inspiradores. Ese espacio debe transmitir la sensación de comodidad, relax y seguridad. Es el espacio en el que piensas cuando el estrés te asalta, ese espacio en el que escuchas la canción que más te gusta, lees un libro o tomas el té.

¿Una casa que te refleje o te complemente?


A la hora de decorar nuestro hogar, solemos dejarnos llevar por nuestros gustos, de manera que nuestra casa termina siendo un reflejo de nuestra personalidad. Sin embargo, un hogar no solo debe reflejarnos, también debe complementarnos. Es decir, no basta con que te identifiques con el espacio que has creado, también debes sentirte a gusto. Hay casas que roban energía, solo porque no nos sentimos cómodos y tenemos objetos que despiertan de alguna forma emociones negativas.

Por eso, se recomienda que a la hora de elegir los colores, muebles y adornos, no te dejes llevar únicamente por lo que te gusta sino que también tengas en cuenta lo que necesitas. Por ejemplo, una persona eficiente y ordenada optará por un estilo minimalista en el que prevalecerán los colores fríos, mientras que una persona con una actitud vivaz y alegre hará todo lo posible por llenar cualquier espacio y pintará las paredes con colores vibrantes. 

El secreto está en lograr un equilibrio, de manera que tu casa no solo te refleje sino que también te complemente, aportándote el equilibrio emocional que necesitas. De esta forma, si eres una persona impulsiva y ansiosa, deberías elegir colores como el azul y el verde, que transmiten paz y serenidad. Si te cuesta concentrarte, no deberías sobrecargar demasiado los espacios y si tienes una tendencia a la introversión, deberías apostar por toques de colores como el naranja, el rojo y el amarillo para que obtengas una dosis extra de energía.

Se trata de contar tu historia a través de tu hogar pero, al mismo tiempo, cerciorarte de que esa historia no te impida seguir adelante.

15 Maneras De Mantenerse Positivo Ante Situaciones Difíciles

Antes de ver estas 15 maneras de mantenerse positivo ante situaciones difíciles, me gustaría que vieras los consejos que nos da el gran David Cantone acerca de cómo ser más positivo.

Si eres una persona negativa o magnificas problemas, te recomiendo que veas los consejos que David Cantone nos da al respecto:

1) No tomarse las cosas personales.

Al no entender el comportamiento de alguien, es mejor no pensar que lo que hizo tiene totalmente que ver con nosotros, podemos ver la situación de otras maneras, por ejemplo en vez de pensar que un amigo no volvió a llamarnos porque nos esta ignorando, podemos considerar la posibilidad de que ha estado muy ocupado.
Cuando evitamos la personalización de los comportamientos de otras personas, podemos percibir sus expresiones de manera más objetiva, es decir, las personas hacen lo que hacen por más que por nosotros.

2) Evitar las noticias demasiado amarillistas.

Rodearse constantemente de la negatividad de los medios de comunicación, puede ser muy nocivo,podemos estar al tanto de las noticias, pero no tenemos que darle acceso a la información negativa a nuestro cerebro.

3) Reducir el miedo al rechazo.

Una manera efectiva de manejar el miedo al rechazo es proporcionarte a ti mismo múltiples opciones en situaciones importantes, por lo que no importa lo que pase, tienes alternativas en el futuro. Para esto podemos siempre tener un plan B y C viables por si el plan A no funciona como esperamos y así no ponemos todo nuestro esfuerzo emocional en una sola opción, por ejemplo al buscar empleo, es importante tener mas de una opción y aprender a darnos cuenta que todas pueden ser atractivas aunque haya una que nos interese mas.

4) Enfocarse en un tema positivo.

En los momentos en los que nos sintamos desanimados o faltos de motivación, podemos pensar en algo tema que nos haga sentir bien, en vez de gastar nuestra energía en enfocarnos en situaciones que nos bajan el ánimo.

5) Aprender a mantener la calma y manejar el estrés.

Cuando estamos bajo presión, tenemos que aprender a desarrollar estrategias para mantener la calma y no saturarnos con el estrés. Un consejo al sentirnos nerviosos o ansiosos, es ponernos agua fría en la cara y conseguir un poco de aire fresco, enfriar la temperatura puede ayudar a reducir nuestro nivel de ansiedad.

6) Buscar lo bueno en los demás.

Siempre habrá personas con las que te cueste trabajo convivir, pero a veces tendrás que hacerlo, pues por circunstancias de la vida no siempre se puede escoger a quien tendrás cerca, por eso, es recomendable, enfocarte en las cualidades de las personas en vez de en sus defectos.

7) Aprender a ser asertivos.

Esto es importante por que nos ayuda expresar emociones difíciles cuando sea necesario, es importante saber establecer nuestros límites a los demás y nuestras prioridades, también hay que ejercer nuestro derecho a estar en desacuerdo, pero todo esto hay que hacerlo mientras estemos calmados, con respeto, honestidad y claridad. Un consejo es empezar explicándole a la otra persona como nos sentimos en determinada situación, sin culparla o reprocharle nada, simplemente hablarle de nuestros sentimientos.

8) Notar nuestra ira.

La ira puede ser un impulso positivo si se enfoca correctamente, es un impulso para luchar y cambiar de una posición a otra, podemos aprender a usar estos impulsos de manera constructiva, así con estos impulsos de ira y creatividad, podemos motivarnos para cambiar las situaciones con las que no estemos por otras mejores.

9) Aprender sobre los químicos naturales del cerebro.

Hay substancias químicas que generamos de manera natural, que nos ayudan a sentirnos bien, lo cual muchas veces interpretamos como felicidad, estas substancias son la dopamina, la serotonina, la oxitocina y las endorfinas entro otras, es importante aprender también sobre como estimularlas de manera natural.

10) No rendirse.

Intenta entender por que te sientes de la manera como te sientes y después haz algo al respecto, piensa que siempre hay una solución que es mejor que rendirse y tirar la toalla, busca siempre alguna alternativa antes de renunciar a luchar por la meta a alcanzar.

11) Aprender a pedir ayuda.

En caso de darte cuenta que no puedes pasar solo por determinada situación, apóyate de las personas a las que tienes cerca que se preocupan por ti, acepta que no tienen nada de malo pedir ayuda y que a veces con un pequeño empujón de alguien mas todo puede salir mejor, pero para esto hay que saber hablar con los demás y pedirles la ayuda, pues estos no lo adivinaran.

12) Hacer ejercicio con regularidad, comer y dormir bien.

Esto puede resultar muy obvio, pero a veces nos olvidamos de estos hábitos sanos, el impacto de llevarlos a cabo es muy notorio, estos nos ayudan a pensar con mayor claridad, tener mas energía y pensar con mayor optimismo.

13) Gratitud.

Recuerda estar agradecido por los logros que has tenido y aprende a expresar ese agradecimiento, Incluso en las peores situaciones, la mayoría de nosotros nos damos cuenta de que todavía tenemos cosas en nuestras vidas por las que estar agradecidos. Expresarlo con nuestros amigos más cercanos o familiares es de gran importancia, otra opción puede ser mantener un diario en donde externemos nuestros sentimientos de gratitud.

14) Aprender a tomar las críticas de un modo sano.

No te sientas agredido si alguien te da su opinión sobre algo que tenga que ver con tu personalidad o con alguna conducta tuya.

15) Celebrar las metas.

Una vez que tengamos claros nuestros objetivos, es importante reconocernos cada paso satisfactorio que nos acerque a estos y disfrutar todos estos pequeños logros que nos motivan a seguir caminando hacia nuestras metas.

UN INVESTIGADOR ESPAÑOL "CREO HABER ENCONTRADO LA ATLANTIDA"


Publicado: 9 sep 2015 18:26 GMT | Última actualización: 9 sep 2015 18:54 GMT

El investigador Manuel Cuevas, oriundo de la ciudad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, ha comunicado a la Junta de Andalucía lo que considera el hallazgo de una gran ciudad antigua que se encontraría sepultada en la zona del pinar de La Algaida, junto a la desembocadura del Guadalquivir y en las inmediaciones de Doñana, informa la agencia EFE.
"Creo en un 99% que he encontrado la Atlántida", ha declarado Cuevas, informa La Voz Digital. El descubrimiento ha sido realizado a partir de fotografías tomadas por satélite a 700 kilómetros de altitud, posteriormente aumentadas y tratadas. Según el investigador, las imágenes evidencian "la existencia de diversas estructuras realizadas por el hombre y que formarían parte de una gran ciudad antigua". 
Concretamente, Cuevas ha aportado a la Junta las coordenadas de lo que ha interpretado como cuatro grandes edificios (uno de ellos llegaría a medir 360 por 180 metros) y una gran ciudad que tendría una extensión de 8 kilómetros cuadrados, todo ello de no menos de 2.500 años de antigüedad.

El investigador, "empresario y autodidacta de 52 años", según Cádiz Directo, afirma que la conservación de la mítica ciudad tartésica perdida se debería a haber sido sepultada repentinamente tras haber sufrido una gran inundación de agua y sedimentos. "Curiosamente en ese mismo punto es donde el arqueólogo alemán Adolf Schulten situó la perdida ciudad de Tartessos, distante seis kilómetros de La Algaida, la otra orilla del río Guadalquivir", señala el medio.
Cuevas ha pedido a la Consejería de Cultura efectuar un estudio de tomografía eléctrica con el fin de determinar a qué profundidad se hallan los muros que están más próximos a la superficie y poder realizar posteriormente una excavación. Ahora, se encuentra trabajando en un proyecto de investigación más amplio que debe ser avalado por una universidad andaluza. Ramón Corzo, catedrático de Arqueología de la Universidad de Sevilla, opina que la información proporcionada por Cuevas tendría que comprobarse.

Música A fight


Aceptar y soltar


Aceptar y soltar
Pueden presentarse situaciones en nuestra vida que no nos gustan nada y que no podemos cambiar. Estas situaciones pueden convertirse en inmensos obstáculos, pueden inmovilizarnos y convertirse en nuestra razón de “no ser“.
Pero las mismas situaciones difíciles también nos pueden enseñar cosas muy valiosas. Para eso hay que aprender a mirar los problemas con otra percepción, más abierta y sin juzgar tanto y enfocándose sobre todo en el momento presente.
A veces no se puede cambiar nada, pero la nueva mirada nos permitirá aceptar la situación tal como es. Y con eso la situación ha dejado de ser un problema. La aceptación nos permitirá soltar el problema y seguir con nuestra vida… tal como ocurre en el cuento sobre “El camello atado”.
 

El camello atado – cuento Sufi

Una larga caravana de camellos avanzaba por el desierto hasta que llegó a un oasis y los hombres decidieron pasar allí la noche.
Conductores y camellos estaban cansados y con ganas de dormir, pero cuando llegó el momento de atar a los animales, se dieron cuenta de que faltaba un poste. Todos los camellos estaban debidamente estacados excepto uno. Nadie quería pasar la noche en vela vigilando al animal pero, a la vez, tampoco querían perder el camello. Después de mucho pensar, uno de los hombres tuvo una buena idea.
Fue hasta el camello, cogió las riendas y realizó todos los movimientos como si atara el animal a un poste imaginario. Después, el camello se sentó, convencido de que estaba fuertemente sujeto y todos se fueron a descansar.
A la mañana siguiente, desataron a los camellos y los prepararon para continuar el viaje. Había un camello, sin embargo, que no quería ponerse en pie. Los conductores tiraron de el, pero el animal no quería moverse.
Finalmente, uno de los hombres entendió el porqué de la obstinación del camello. Se puso de pie delante del poste de amarre imaginario y realizó todos los movimientos con que normalmente desataba la cuerda para soltar al animal. Inmediatamente después, el camello se puso en pie sin la menor vacilación, creyendo que ya estaba libre.

John Lennon's Greatest Hits


El primer paso no te lleva a donde quieres ir, pero te saca de donde estás

Por Jennifer Delgado

Dar el primer paso es complicado. A veces incluso aterrador. Porque implica tomar una decisión, implica dejar algunas cosas sepultadas en el pasado para movernos hacia el futuro. Y esa sensación puede generar tanto miedo que da vértigo. Por eso muchas personas permanecen atascadas durante años en una situación que las está matando poco a poco, causándoles un sufrimiento indecible, solo porque no se atreven a dar ese paso.

Hay de todo: parejas que no se atreven a romper aunque la magia desapareció hace mucho tiempo, hijos que no se atreven a volar y perseguir sus sueños porque sus padres les manipulan, personas que serán eternos empleados porque no tienen el coraje de emprender sus propios proyectos a pesar de que son brillantes, gente que no se atreve a cambiar vida por miedo al qué dirán aunque se sienten profundamente insatisfechas…

¿Por qué nos da tanto miedo dar el primer paso?


En nuestra mente, asociamos el primer paso a una ruptura definitiva. Es como si emprendiéramos un camino que no tiene marcha atrás. Y eso asusta, sobre todo porque en nuestro pasado es donde se encuentran las certezas y las fuentes de seguridad mientras que el futuro representa lo incierto y desconocido.

Dado que nuestro cerebro suele pensar en términos de “todo o nada”, "blanco o negro", asocia ese primer paso con lanzarse al vacío sin paracaídas. Sin embargo, lo cierto es que ese paso no nos llevará a donde queremos ir, tan solo nos permite salir de una situación que nos está causando daño y es fuente de insatisfacción. 

De hecho, cuando estamos inmersos en una situación que nos hace sufrir y afecta nuestro equilibrio emocional, lo más importante no es la dirección que tomemos, eso lo podemos decidir más tarde, sino tan solo apartarnos de ese lugar o persona que nos hace tan infelices.

Cuando te mueres un poco cada día en un lugar, cuando una persona te roba la energía y las ganas de vivir, simplemente debes alejarte. El rumbo lo descubrirás después, sobre todo si conectas con tu “yo” y escuchas lo que desea decirte.

¿Cómo dar el primer paso con pie firme?


1. Asume que es solo un paso, no un camino andado. Es cierto que el primer paso implica que ya hemos tomado una decisión, la decisión de alejarnos de donde estamos, pero eso no significa que no podamos cambiar el rumbo si creemos que es necesario. Cada paso que damos nos abre nuevos senderos por explorar, pero no es un camino en un solo sentido, podemos volver sobre nuestros pasos si así aprendemos o podemos detenernos a descansar cuando necesitemos reponer fuerzas. El camino lo haces tú.

2. Reconoce lo que sucede a tu alrededor. Es importante que seas consciente de tus circunstancias. Aprende a mirar a tu alrededor desde una postura desapegada, solo así podrás comprender qué es lo que está sucediendo realmente. Así te darás cuenta de que la forma de ser de algunas personas a las que estás atado no es compatible con la tuya y que las circunstancias que habéis creado son dañinas. En ese momento en que eres plenamente consciente del dolor o daño que te estás causando, dentro de ti se activa un resorte que te impulsa a reaccionar y sacudirte de la inercia.

3. Practica la escucha interna. Conecta con tu “yo” interior, ese que te está diciendo que donde estás ahora mismo, no es el sitio más indicado para ti. Escucha tus necesidades más íntimas para que descubras lo que está sucediendo realmente dentro de ti. De hecho, muchas personas que están atrapadas en una situación difícil, se han desconectado de su “yo”, han roto esa conexión como un mecanismo de defensa para sufrir menos, pero es precisamente ese “yo” la fuente de la fuerza que necesitas para dar el primer paso. Un principio taoísta indica: “Aprende a confiar en lo que está ocurriendo. Si hay silencio, deja que aumente, algo surgirá. Si hay tormenta, deja que ruja, se calmará”.

5. Asume la responsabilidad, libérate de las culpas. Cuando somos plenamente conscientes de lo que nos ocurre y comprendemos cuáles son nuestras verdaderas necesidades, es normal que comencemos a experimentar un sentimiento de rabia y resentimiento. Nos preguntamos cómo pudimos caer en esa situación y ser rehenes de ella tanto tiempo. Sin embargo, culpar a los demás no sirve de nada porque quedarás cautivo de las emociones negativas. Lo importante es que asumas tu responsabilidad a partir de ese momento y comprendas que ha llegado el momento de dar ese paso, de transformar conscientemente tu realidad.

6. Avanza dejando atrás las actitudes defensivas. Imagina que estás en medio de una tormenta, tu primer impulso será aferrarte a algo y mantenerte firme. Sin embargo, recuerda que es la rama más flexible la que soporta mejor los fuertes vientos, mientras que las ramas más firmes son arrancadas de cuajo. Las actitudes defensivas implican estar anclados, te impedirán seguir el camino que realmente te haga crecer como persona. Si decides dar el primer paso, para alejarte de una situación que no te satisface o que incluso te daña, cerciórate de no llevar contigo resentimientos porque, de lo contrario, es probable que vuelvas a caer en una situación similar.

Por último, ten siempre en mente la enseñanza de Confuccio: “no importa cuán despacio vas, si nunca te detienes”. El primer paso es solo el comienzo, pero si no lo das, te quedarás atrapado.

Me gusta la gente que sin motivos te busca y sin ataduras se queda

Me gusta la gente que sin motivos se queda


En nuestro ciclo vital acumulamos numerosos tipos de relaciones socialesAmistadesde infancia que nunca caducan, efímeros compañeros de trabajo, encuentros casuales que adquieren más valor que la propia familia…
Podríamos decir que nuestro día a día se teje de un complejo caleidoscopio socialdonde las emociones , y los sentimientos, pueden ser muy diversos y hasta contradictorios.
No obstante, lo que más valoramos en la gente, es la autenticidad. Porque las personas humildes huelen a sencillez, y brillan en esa integridad que no sabe de chantajes, cargas o dobles sentidos.
Reflexiona con nosotros ahora sobre una pregunta muy simple: ¿Cuántas personas “auténticas” hay en tu vida? Piensa no sólo en tus amistades, fija tu valoración también a nivel de familia.
Así es, posiblemente el recuento de esas personas no llegue a los dedos de una mano.Son pilares en tu día a día, ejes de rotación en tu alma, en tu corazón, referentes que nunca te fallan y en los que puedes ser tú mismo, sin miedo a que te juzguen o busquen en ti intereses egoístas.
Hablemos hoy en nuestro espacio sobre la gente que nos busca cada día sin que exista una razón, sólo porque sí, porque existes, porque eres tú.
Amigos, amores y familia… Gente significativa que está en tu vida sin ataduras, sin pesos y sin asfixiar. Solo compartiendo vida. Enriqueciéndote.

El tipo de gente que incluimos en nuestras vidas

Suele decirse que las personas, llegamos al mundo como caídos de una chimenea.Nadie tiene opción a elegir el tipo de familia ni el estilo educativomás o menos acertado, que le van a inculcar. No puedes cambiar a tu familia, pero llegado el momento, sí puedes elegir el modo en que vas a seguir relacionándote con ellos.
La sangre hace familia, pero en ocasiones, las personas que la integran nos hacen cautivos de sus ataduras, de esos grilletes que vetan nuestro crecimiento personal.
Ahora bien, no ocurre lo mismo cuando salimos ya de esa primera esfera familiar, para adentrarnos en en el complejo campo de las relaciones sociales y afectivas. ¿Qué tipo de gente sueles incluir en tu vida?
felicidad (1)
Pueden llegarte a ti muchos tipos de personalidades, algunos encajarán en el puzzle de tus preferencias, en el atlas de tus afectos y en la noria de tus emociones, pero…
¿Cómo saber qué tipo de personas son las más adecuadas para darnos una felicidad auténtica?

El valor de la reciprocidad

No se trata de un “yo te doy esto y ahora tú me debes aquello”. No hay nada material,se trata de una reciprocidad emocional y de una compatibilidad, donde no existen loschantajes ni aún menos la necesidad de que la otra persona cubra vacíos o problemas propios.
  • La reciprocidad es saber que lo que yo invierto, me es correspondido. Si yo te ofrezco mi apoyo, mi apertura emocional, y mi confianza, espero lo mismo de ti.
  • En el momento hay un desequilibrio, en cuanto una de las partes asume todo el esfuerzo obteniendo solo carencias, esa relación deja de “ser consciente“, porque uno de los dos actúa de modo inmaduro.
  • La reciprocidad se basa también en el reconocimiento. “Yo te reconozco como alguien importante en mi vida”, por lo tanto espero lo mismo de ti.

La autenticidad

Hay quien dice que las personas auténticas no abundan, que todas andan enfundadas en aparentar lo que no son o lo que necesitarían ser.
La gente auténtica sí existe, y sabe mostrarse ante ti tal y como son. Aceptan sus virtudes y reconocen sus defectos, no tienen necesidad de escudarse en nada, ni siquiera en las excusas.
Quien es auténtico practica la sinceridad, pero a su vez, sabemos que es un tipo desinceridad que ayuda y reconforta, y que en ningún momento, busca atacarte o juzgarte por tus actos o palabras.
– A menudo, y en especial a nivel de familia suele aparecer mucho la técnica del enjuiciamiento y la sanción, el “ya sabía yo que no llegarías a nada”, “y te lo digo por tu bien, pero tú no estás hecho para emprender ese camino”.
– La gente que es auténtica, humilde y sincera,  no juzga a la ligera ni sanciona. Porque quien es auténtico dispone de un buen autoconocimiento y una adecuada empatía.

Sé primero la persona que merece ser buscada

No debemos caer en el error de depender de la gente en general para ser felices, para complementar la otra mitad de tu sofá o para ser solo el oído de tus preocupaciones cotidianas.
Al igual que nosotros buscamos la autenticidad en nuestras relaciones sociales, y que estén con nosotros por lo que somos y sin egoísmos, debemos practicar a su vez en piel propia aquello que buscamos en los demás.
amistad
  • ¿Quieres personas en las que confiar? Demuestra que eres de fiar.
  • ¿Quieres que te comprendan? Aprende a escuchar. Aprende a ponerte en el lugar del otro.
  • ¿Quieres que aporten alegría a tu vida? Trabaja primero tu propia felicidad y aprende a ofrecerla.
Si a día de hoy tienes en tu contexto social más cercano personas que te buscan por motivos interesados, o ese tipo de gente que se queda contigo colocando a tu alrededor múltiples ataduras… Reflexiona sobre qué deberías hacer para sentirte mejor.
Porque recuerda: las personas no cambian, en realidad, nunca fueron eso que pensaste en un principio
Imágenes cortesía: Karin Taylor, Nina de San

Preguntas hermosas


Cortometraje “Preguntas hermosas”, que combina dos poemas, uno de Pablo Neruda (“Poema X”) y otro de Carl Sandburg (“Bajo la luna de la cosecha”).

Cómo la gente te trata, es su problema. Cómo reacciones, es el tuyo

Por Jennifer Delgado

Viktor Frankl, un psiquiatra austríaco que estuvo prisionero en los campos de concentración nazis afirmó que “al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa, la última de las libertades humanas: la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias, para decidir su propio camino”. 

Y es que a lo largo de la vida estamos expuestos a disímiles situaciones, enfrentamos numerosos obstáculos y sufrimos varios contratiempos. También encontramos a personas que no son todo lo agradables que quisiéramos y que incluso pueden hacernos mucho daño. En la mayoría de los casos no podemos hacer nada para evitarlo. Sin embargo, podemos elegir cómo reaccionar. Después de todo, en lo más profundo de nosotros, solo nos puede dañar aquel a quien le hemos dado el permiso para hacerlo.

Cada quien es responsable por sus acciones


Hay personas que van por el mundo como si fueran camiones de basura. Cargan sobre sus hombros una enorme dosis de resentimiento, ira, tristeza o miedo e intentan descargarla en cualquier lugar. Son las típicas personas que reaccionan de manera exagerada ante el menor estímulo y que, de forma consciente o no, hacen todo lo posible por arruinarnos el día y a veces hasta la vida.

Se trata de personas que responden atacando, descargando un rosario de quejas o manipulando para hacernos sentir culpables. Podemos encontrar personas así por doquier, lo mismo en la caja de un banco que en una oficina pública o incluso puede que se trate de uno de nuestros amigos, nuestro compañero de trabajo, nuestra madre o nuestra pareja.

Estas personas se comportan así porque no han aprendido a ser asertivos en sus relaciones interpersonales, porque no poseen las herramientas psicológicas necesarias para hacerle frente a la adversidad y los problemas, por lo que terminan perdiendo el control sobre sus emociones y comportamientos. Estas personas son como bombas de tiempo emocionales dispuestas a estallar en cualquier momento.

Obviamente, los daños que causen serán su responsabilidad. La nuestra es no dejar que nos envuelvan en sus redes.

Recibirás lo que das


En este sentido, la ley del karma es muy esclarecedora. Este principio budista hace referencia a la ley causa-efecto e indica que nuestras experiencias son el resultado de nuestras acciones, palabras y pensamientos. En práctica, todas nuestras acciones dejan huellas y, con el tiempo, se generan los resultados.

Nuestra mente y nuestra vida son como un campo, recogeremos lo que hayamos sembrado. Las acciones, palabras y pensamientos virtuosos son semillas positivas de las que recogeremos felicidad pero la violencia, el odio, la ignorancia, el egoísmo y el resentimiento conducirán al sufrimiento. A veces esas semillas permanecen ocultas en nuestra mente, hasta que se producen las condiciones necesarias para que germinen.

Por eso, cada persona tiene su propio karma, que depende exclusivamente de sus acciones, palabras y pensamientos. Desde esta perspectiva, el karma no es un castigo impuesto por el destino, es tan solo el resultado de nuestras decisiones, incluso de las más pequeñas y aparentemente intrascendentes.

Si cada vez que alguien nos molesta nos enfadamos, alimentaremos cada vez más la ira, hasta que esa emoción se apropie de nosotros. Si cada vez que alguien se queja, le seguimos el juego y nos quejamos a su vez, terminaremos convirtiéndonos en quejicas crónicos. Obviamente, de esa forma no podremos encontrar el equilibrio emocional que necesitamos para ser felices.

¿Cómo reaccionar para que no te arrebaten tu equilibrio emocional?


El principal objetivo es lograr que las personas no jueguen con tus emociones porque de esta forma les estás dando el control de tu vida, literalmente. De hecho, se ha apreciado que pequeños desencuentros en nuestras relaciones interpersonales provocan lo que se conoce como “caos cardiaco”. En práctica, los estados de estrés, ansiedad, depresión o cólera hacen que la frecuencia del ritmo cardíaco entre dos latidos se vuelva irregular o “caótica”. Y esa frecuencia irregular se ha asociado con problemas de salud como la hipertensión, la insuficiencia cardíaca, el infarto y la muerte súbita.

Por tanto, tus reacciones no solo determinarán tu estado emocional sino que, a largo plazo, también tendrán repercusiones sobre tu salud. Sin embargo, tampoco se trata de permitir que las personas vulneren tus derechos y sufrir en silencio mientras te arruinan la vida. La clave está en encontrar un equilibrio, en darle a cada cosa su justa medida y no permitir que sean los demás quienes dicten nuestros estados emocionales, sobre todo si estos nos pueden hacer daño.

1. No te pongas a la defensiva. Cuando percibimos que alguien nos “ataca” nuestra primera reacción es ponernos a la defensiva. Lo que sucede es que el cerebro emocional ha tomado el mando y ha decretado un estado de alerta. En ese caso, solo necesitarás un minuto, respira profundo y no respondas inmediatamente. Así le darás tiempo a las zonas corticales a retomar el control y podrás pensar con mayor claridad cómo hacerle frente a la situación sin que se te vaya de las manos.

2. Acepta la situación. Hay personas que no puedes cambiar, intentar hacerlo sería como nadar contracorriente. Asume esa realidad y no esperes obtener demasiado de ellas. Recuerda que en muchas ocasiones tu peor enemigo son las expectativas y tu incapacidad para reestructurar tu campo de acción ante una situación inesperada. No se trata de darte por vencido sino de reajustar tus expectativas y preguntarte: ¿Qué puedo obtener realmente de esta situación? Cuando asumes que el mundo no siempre es como quisieras, evitas combatir batallas perdidas de antemano.

3. Defiende tus derechos. Sin irritarte, hazle ver a la otra persona que eres consciente de tus derechos y que no estás dispuesto a permitir que pase por encima de ellos. En estos casos, la técnica del disco rayado se convertirá en tu mejor aliada. Se trata de repetir todas las veces que sea necesario tu opinión, pero sin perder la calma, de manera que la otra persona comprenda que estás decidido a lograr lo que te pertenece por derecho.

4. Cambia la perspectiva. Si no es un asunto por el que merece la pena discutir, es mejor cambiar argumento. Al contrario, si es algo importante, puedes hacerle una pregunta que le haga pensar sobre las consecuencias de sus acciones. De hecho, muchas personas no son plenamente conscientes del alcance de sus palabras o decisiones, por lo que de esta forma le estás animando a ver la situación desde otra perspectiva. También puedes preguntar el por qué de tanta polémica, ira o resistencia. En muchos casos, ponerle nombre a lo que está sintiendo nuestro interlocutor, implica desarmarle, lo cual os permitirá hablar de forma más razonable. 

5. Reacciona con la emoción opuesta. Se trata de asumir una actitud más tolerante, paciente, amable y humilde, aunque ello requiera un gran esfuerzo de tu parte. Recuerda que responder con ira solo aumenta la violencia. Al contrario, si la persona se da cuenta de que no le seguimos el juego, probablemente se detendrá a pensar en sus propias reacciones. Considera que a todos nos afecta lo que hacen las personas que se encuentran a nuestro alrededor, por lo que una reacción paciente y calmada puede hacer que la intolerancia y el enfado se desvanezcan. 

6. Ponte en su lugar. No se trata de excusar sus comportamientos sino de comprender que todos nos equivocamos y que en ese momento es cuando más necesitamos de alguien comprensivo. Considera que necesitamos más amor y comprensión justo cuando menos lo merecemos, porque es cuando estamos atravesando las situaciones más difíciles. Piensa que tú también cometes errores y pierdes la paciencia, y compórtate como te gustaría que los demás se comportaran contigo. Quizás esa persona que tanto te molesta nunca cambie, pero al menos te respetará por tu forma de ser.

7. Protege tu autoestima. Lidiar continuamente con personas difíciles puede ser muy desgastante y puede minar tu autoestima. Por eso, es importante que te asegures de blindarla a prueba de balas. Recuerda que las opiniones que los demás tienen de ti no son una verdad absoluta y no te definen como persona. De hecho, considera que sus ataques incluso pueden ser un intento desesperado de alimentar su propia autoestima. Céntrate en las personas que realmente te valoran y fomenta las cualidades que te harán crecer. Olvídate del resto.

Los niños amados se convierten en adultos que saben amar

niños amados


“Somos seres emocionales que aprendimos a pensar, no máquinas pensantes que aprendimos a sentir”
Stanisla Bachrach
Nuestras primeras experiencias con el mundo marcan nuestro desarrollo emocional. En la infancia se entreteje una red que conectará nuestra mente y nuestro cuerpo, lo que determinará en gran parte el desarrollo de la capacidad de sentir y de amar.
En este sentido, nuestro crecimiento emocional dependerá de nuestros primeros intercambios emocionales, los cuales no enseñarán qué ver y qué no ver en el mundo emocional y social en el que nos encontramos.
Así, el campo de nuestra infancia nos permite sembrar las semillas del amor de manera natural, lo que determinará que la capacidad de amar y ser amados crezca de manera saludable y nos ayude a desarrollarnos.
El significado de la nostalgia

Si alimentamos a los niños de amor, los miedos morirán de hambre

Las muestras de cariño y afecto elevan la autoestima en los niños y les ayudan a construir una personalidad emocionalmente adaptada e inteligente. Es decir, nuestro amor les ayuda a manejar los miedos naturales que surgen en las diferentes edades, fomentando un grado de sensibilidad saludable.
Los niños tienen una confianza natural en sí mismos. De hecho, nos asombra que ante desventajas insuperables y fracasos repetidos no se rindan. O sea, que la persistencia, el optimismo, la automotivación y el entusiasmo amistoso son cualidades innatas.
En este sentido, es el mundo o, mejor dicho, los adultos, los que vamos mermando esa inteligencia emocional con la que todos nacemos.
Darnos cuenta de esto nos ayuda a ser conscientes del papel tan relevante que tiene amar a nuestros hijos y educarlos desde el respeto, la empatía, la expresión y la comprensión de sentimiento, el control del enfado, la capacidad de adaptación, la amabilidad y la independencia.
el mundo azul

¿Qué podemos hacer para criar niños felices y saludables?

El temperamento de un niño refleja un sistema de circuitos emocionales innatos específicos en el cerebro, un esquema de su expresión emocional presente y futura, y de su comportamiento. Estos pueden ser o no adecuadas, por lo que la educación debe convertirse en apoyo y guía para ellos.
Para lograr una salud emocional óptima, debemos cambiar la forma en la que se desarrolla su cerebro. La idea es que a través del amor y de la educación emocional fomentemos ciertas conexiones neuronales saludables.
O sea, todos los niños y todos los adultos parten de unas características determinadas que tienen que gestionar juntos para lograr su bienestar físico y emocional.
Por ejemplo, el hecho de que un niño sea tímido por naturaleza, suele provocar que los adultos que nos encontramos a su alrededor lo sobreprotejamos, haciendo que se vuelva ansioso y perturbable con el paso del tiempo.
En este sentido, con lo que hoy en día conocemos, la educación emocional requiere de cierto desaprendizaje adulto. Un niño tímido debe aprender a poner nombre a sus emociones y a enfrentar lo que le perturba, no debe sentir que le cortamos las alas porque es vulnerable.
Un adulto tiene que mostrarse empático sin reforzar sus llantos y sus preocupaciones, proponiéndole a su vez nuevos desafíos socio-emocionales que le permitan evolucionar. Es decir, hay que proteger su salud emocional a través del desarrollo de sus características naturales.
que te importe quien te aporte (2)

Las claves básicas de una educación emocional saludable

1. Los especialistas suelen recomendar ayudar a los niños a hablar de sus emociones como una manera de comprender a sí mismos y a los demás. Sin embargo, las palabras solo dan cuenta de una pequeña parte (un 10%) del verdadero significado que obtenemos a través de la comunicación emocional.
Por esta razón, no podemos quedarnos solo en la verbalización, sino que tenemos que enseñarles a comprender el significado de la postura, de las expresiones faciales, del tono de voz y de cualquier tipo de lenguaje corporal. Esto resultará mucho más efectivo y completo para su desarrollo.
2. Desde hace años se viene promocionando el desarrollo de la autoestima de un niño a través del elogio y los refuerzos constantes. Sin embargo, esto puede hacer mucho más daño que bien. Los elogios solo ayudarán a nuestros niños a sentirse bien consigo mismos si están relacionados con logros específicos y con el dominio de nuevas aptitudes.
3. El estrés es uno de los grandes enemigos de la niñez. Sin embargo, es un inconveniente con el que tienen que vivir, por lo que protegerlos en exceso es una de las peores cosas que podemos hacer. Ellos tienen que aprender a enfrentar estas dificultades naturales de tal forma que desarrollen nuevos caminos neurales que les permitan adaptarse al medio en el que viven.
No podemos tratar de criar a nuestros niños en un mundo Disney de inocencia e ingenuidad. El estrés y la inquietud forman parte del mundo real y de la experiencia humana tanto como el amor y el cuidado.
Si tratamos de eliminar estos obstáculos, impediremos que tengan la oportunidad de aprender y desarrollar capacidades realmente importantes que les ayuden a enfrentar desafíos y decepciones que son inevitables en la vida.