Bajo de luz del amor SOMOS
Llega Navidad. Se acerca el comienzo de 2015. Y el panorama que nos rodea parece de todo menos esperanzador. Ha sido éste un año duro, para qué negarlo y cada día que avanzamos empeora. Pero estoy escribiendo la felicitación del Blog para todos vosotros que nos habéis leído y seguido durante todo este año así que, como sea, me toca escribir desde y para la esperanza.
Sé que no es fácil defender la idea de que “cuanto peor mejor” pero, si la intención es la evolución de nuestra humanidad, la idea es necesaria. Para mi, ahora mismo, hay un nivel de violencia en el mundo que me supera. Tanto a nivel local, como nacional como internacional. Y desde el desasosiego que esto me provoca me planteé cómo dar la vuelta a la situación y llegué a ver lo siguiente.
Si aún hay guerra en el mundo, si aún nos matamos a la salida o entrada de un partido de fútbol, si aún nos quitamos la vida por celos, si aún matamos en nombre de Dios, es porque aún no hay suficiente. Suficiente para qué, diréis con horror. Pues suficiente como para que TODOS nos hartemos y digamos basta. Mujeres y Hombres, niños y adultos, TODOS.
Porque si yo digo basta y tu no, entonces hay brecha hay dualidad y mientras yo camino hacia un lado, tú lo harás hacia otro. Así que habrá que seguir esperando a que TÚ y YO digamos basta al UNISONO. Será entonces cuando caminemos en la misma dirección.
En ese punto, en ese instante, no habrá fuerza en el mundo que nos pare. No habrá escudo que les proteja porque les superaremos. No habrá armas que lastimen porque no habrá seres que las empuñen ni las fabriquen. No habrá muros que nos impidan el paso porque no habrá quien los levante. No habrá vallas que nos rasguen porque no habrá tuyo ni mio. No habrá dragón que nos abrase porque no habrá miedo, no habrá infierno.
Es descorazonador pensar que esto no ha hecho más que empezar y que las mejores pruebas aún están por llegar. Pero en estos casos, aún a riesgo de repetirme y aburrir me acuerdo de Pandora y de su caja. De la caja de donde tiene que salir todo lo malo, todo lo gris, todo lo negro, todo lo feo, TODO, hasta llegar a liberar la esperanza. Si algo hemos dejado debajo de la alfombra, saldrá, ya no hay vuelta atrás, porque hasta el último rincón debe estar limpio. Y da igual que sea la alfombra de tu casa, la del portal de la comunidad o la alfombra roja de los gobiernos. A distintos niveles nos toca responsabilizarnos de lo que hemos generado hasta aquí para barrer, fregar y abrillantar.
En ese punto, en ese instante, en que TODOS nos limpiemos, la fuerza del mundo nos impulsará. Se abrirán ventanas que dejen entrar la luz. Se llenarán los lagos de agua limpia que nos bañen de paz. Habrá sentido en cada paso, en cada acto y en cada rincón. La voz será sólo una y cantará para elevar su son. Se abrirán las puertas del cielo y veremos al Dios que siempre fue amor.
Pero mientras todo esto ocurre a nosotros sólo nos queda una pequeña misión, soportar el chaparrón transformando cada pensamiento, cada sentimiento y cada acción que no nazca del amor. Si yo hago un poquito y tu haces otro poquito y el otro hace otro poquito, cada vez estaremos más lejos de ayer y más cerca de mañana.
Y recuerda… el amor no se puede envolver en una caja pero siempre se puede envolver a alguien en un abrazo. Abrázate tú primero a ti mismo y después, sólo después, si lo sientes de verdad, abraza al resto del mundo desde tu amor. No abraces desde el amor que yo te vendo. No abraces desde el amor que tu me compras. Tan sólo abraza desde el amor que tú conoces, el que a ti te pertenece, el que tú generas.
Bendiciones. Feliz nacimiento de tu luz. Feliz nacimiento de tu amor.