Recientemente se ha confirmado la veracidad de un descubrimiento que puede revolucionar el estudio de la egiptología, dado que a consecuencia del mismo los arqueólogos, historiadores y expertos en la materia, deberían replantearse todo el conocimiento acumulado sobre la evolución histórica de la civilización egipcia. El hallazgo en cuestión consiste en una placa de metal grabada con una extraña inscripción, que fue encontrada en el aposento del rey en el interior de una pirámide egipcia que data de 4500 años de antigüedad.
Un antiguo descubrimiento censurado por las élites
En realidad el descubrimiento de esta placa de metal en el interior de una pirámide egipcia no es un hecho reciente. El ingeniero inglés J. R. Hill fue el primero en percatarse de su existencia en 1837, cuando indicó que luego de una extenuante labor de exploración, en la que fue necesario remover dos filas de piedra con explosivos para llegar a las inmediaciones de la remota pirámide, pudo entrar a ella y encontrar esta valiosa reliquia.
La pieza que está hecha de hierro tiene unas longitudes exactas de 26 cm de largo y 8,6 cm de largo, y fue entregada de inmediato por Hill al egiptólogo Flinders Petrie, para que este la analizara, con el objeto de interpretar su significado y determinar su antigüedad basado en las técnicas científicas de la época.
Sorprendido y a la vez un poco incrédulo por lo que estaba ante sus ojos, Petrie procedió a realizar las experticias y respectivos análisis, resultando que la placa de hierro encontrada en la cámara del faraón data aproximadamente del año 2500 a.C.
Este hallazgo sin duda resulta incongruente con gran parte de los conocimientos que se tienen de la historia egipcia y de la humanidad entera, pues se considera que el hierro comenzó a procesarse y a ser usado hacia el año 650 a.C. por lo que según la óptica de la ciencia convencional resulta inaudito que esta reliquia tenga realmente esa antigüedad.
Debido a que este descubrimiento desacredita a buena parte de los científicos al servicio de la élite mundial y prácticamente echa por tierra las teorías y trayectorias profesionales de ellos, el mismo no fue tomado en cuenta, siendo dejado en el olvido en una bóveda del Museo Británico de antigüedades egipcias.
Sin embargo, este proyecto fue retomado por un investigador independiente más de siglo y medio después, quien terminó confirmando con técnicas avanzadas e incuestionables, la veracidad del estudio original sobre esta placa de hierro encontrada en la cámara del rey en el interior de una pirámide egipcia.
Se retoma la investigación sobre la placa de metal encontrada en una pirámide egipcia
A finales del siglo XX uno de los directivos del Museo Británico, quien era un avezado investigador, tuvo conocimiento de la historia de la placa de metal encontrada en una pirámide egipcia y al no quedar satisfecho con la versión oficial sintió curiosidad, por lo que procedió a emprender una investigación por su cuenta.
Se trataba del Dr. A. Lucas, quien era especialista en el análisis molecular de metales preciosos y semipreciosos, pero que además tenía una particular fascinación por la civilización egipcia y todo cuanto la rodeaba, por lo que aparte de su rutina laboral dedicaba gran parte de su tiempo a leer e investigar todo sobre esta milenaria cultura.
Dada su alta jerarquía dentro del museo, el Dr. Lucas tenía acceso a todas las áreas del mismo, por lo tanto no le tomó mucho tiempo averiguar la ubicación de la bóveda secreta donde se encontraba la placa de hierro egipcia, de donde la tomó para posteriormente hacer un descubrimiento que marcaría su carrera y muy probablemente su vida.
Luego de tomar la placa de metal el Dr. Lucas procedió a realizar los respectivos análisis en su tiempo libre, bajo una absoluta y prudente discreción, pues intuía la existencia de personas muy poderosas interesadas en ocultar la verdad sobre esta antigua reliquia encontrada en una pirámide egipcia.
Algunos meses más tarde A. Lucas obtuvo resultados concluyentes de su investigación, los cuales publicó indicando que efectivamente pudo confirmar con un 99% de probabilidad, que la placa en cuestión había sido elaborada en un rango de tiempo desde el año 2550 a.C. al año 2400 a.C. por lo tanto tiene al menos unos 4400 años de antigüedad.
Inmediatamente los más connotados miembros de la comunidad científica europea, procedieron a publicar artículos en las más reconocidas revistas académicas del viejo continente, desacreditando el trabajo del Dr. Lucas y desestimando sus resultados, considerándolos un adefesio entre otros adjetivos calificativos, en lo que terminó siendo más un linchamiento moral ejemplarizante que una discusión con razonamientos científicos.
Poco tiempo después el Dr. Lucas inexplicablemente se retractó de los resultados publicados, sin ahondar en mayores detalles de las causas que lo llevaron a tomar aquella decisión, aunque todo parece indicar que fue el resultado de las presiones de las que fue objeto, de igual forma posteriormente fue destituido de su cargo en el museo y dos años más tarde apareció muerto en extrañas circunstancias.
Es un hecho que gran parte de lo conocido como historia es solo la versión sesgada que ciertas élites de poder han querido hacernos creer, y quien se atreva a ir tras la verdad está expuesto a toda clase de amenazas y peligros, por lo tanto te invitamos a difundir este artículo en tus redes sociales para que muchas otras personas puedan estar conscientes de esta realidad.