Una relación de pareja está llena de momentos muy felices e inolvidables pero, si lo pensamos bien, a lo largo de los años, son las pequeñas situaciones que compartimos cotidianamente las que marcan la diferencia. Es en el día a día y a través de nuestros hábitos que le damos forma a nuestra relación, que podemos potenciarla y hacer que crezca o, al contrario, aplastarla hasta que se rompa. Por eso, si queremos que la relación funcione, es importante mantenerse atentos a ciertos hábitos.
Hábitos que desilusionan
El principal problema de los
hábitos es que son conductas automatizadas, sobre las cuales no reflexionamos demasiado pero que pueden dar al traste con el amor y dar paso a la desilusión. De hecho, muchos de estos hábitos ni siquiera son nuestros, son pautas de comportamiento que hemos adquirido de nuestros padres o que hemos visto en el entorno en el que nos desenvolvemos. Por eso, a menudo los hábitos se convierten en un enemigo silencioso que mata la relación de pareja, sin que nos demos cuenta de ello.
1. Descuidar las sutilezas
A veces somos mucho más amables con las personas que no conocemos que con nuestra propia pareja. Poco a poco nos olvidamos de un “buenos días”, dar las “buenas noches”, pedir las cosas con un “por favor” y dar las “gracias”. Vale aclarar que no se trata de una simple norma de cortesía sino de hacer que la vida en pareja sea más agradable, de demostrar que continuamos respetándole y que le tenemos en cuenta.
2. Perpetuar costumbres desagradables para el otro
Cuando se trata de la convivencia, algunos hábitos tan simples como dejar la taza de
café en el dormitorio, dejar los platos sucios en el fregadero o dejar levantada la tapa del váter pueden minar la relación de pareja. De hecho, estos pequeños hábitos adquieren otra dimensión cuando hay un problema serio y a menudo inclinan la balanza en nuestra contra. Si tu pareja te ha dicho en alguna ocasión que no le agrada algunos de tus comportamientos, seguir manteniéndolos es como decirle que su opinión no te importa y que no estás dispuesto a cambiar para mejorar vuestra relación.
3. Ser poco fiable
Si hay algo devastador para una relación de pareja es la pérdida de la confianza. Y esta no comienza con la clásica infidelidad sino con detalles mucho más pequeños, como llegar tarde a las citas, olvidar los compromisos o afirmar que harás algo y después no cumplir con la palabra dada. Una relación se basa en la confianza mutua, la otra persona debe saber que cuenta con tu apoyo y que puede confiar en ti, caso contrario, la ruptura se puede encontrar a la vuelta de la esquina.
4. Mantener una comunicación superficial
Todos los días no es necesario hablar de nuestros sentimientos y conflictos pero si la comunicación en la pareja se basa simplemente en temas banales, el tiempo terminará haciendo mella en ambos y los distanciará convirtiéndolos en perfectos extraños. Recuerda que para que una relación funcione no es suficiente con sentir atracción recíproca, es importante tener intereses comunes y sentirse libres para hablar de cualquier tema, sobre todo de aquellos que más nos preocupan.
5. No considerar al otro en el momento de tomar decisiones
Cuando damos el paso y comenzamos una relación de pareja, muchas de las decisiones que tomamos, de forma directa o indirecta, terminan afectando a la otra persona así que lo más lógico sería tomarlas de común acuerdo. De esta manera también le demostramos que valoramos su opinión y que es importante. Cuando se crea el hábito de tomar decisiones de manera unilateral, poco a poco se van creando fisuras y los caminos de ambos miembros se van separando, hasta que llega un punto en que la convivencia se vuelve insoportable.