Es el hombre del momento. Más de ocho millones de personas han visto Ocho apellidos vascos y cada miércoles casi otros 3 millones le siguen en la serie de Globomedia B&B, que emite Telecinco. En apenas unos meses, la popularidad de Dani Rovira ha crecido como la espuma. Si bien es cierto que antes de iniciarse en el mundo del cine ya había cosechado grandes éxitos como monologuista, ahora se ha convertido en un codiciado actor al que le esperan grandes proyectos, pero que no lleva demasiado bien el peso de la fama.
Desde el estreno de la comedia dirigida por Emilio Martínez Lázaro, Rovira se ha convertido en uno de los personajes clave para la prensa y los fotógrafos. Las informaciones sobre el malagueño son devoradas. De ahí que cualquier entrevista suya o una simple foto se rife en las redacciones. Y esta es esa parte de la popularidad que Dani no lleva tan bien. El taquillazo de Ocho apellidos vascos, unido a su especial relación con su compañera de reparto en el film, Clara Lago, sitúan al cómico en el punto de mira de los flashes. “Antes le conocían inmensas minorías y ahora extensas mayorías”, declara a Vanitatissu compañero de profesión y amigo Txabi Franquesa.
Imagen de uno de los paparazzi que siguen a Dani Rovira (Twitter Dani Rovira)Para sus compañeros y amigos Dani Rovira sigue siendo el mismo. Sigue volcado en sus grandes aficiones: correr maratones y pasear a sus perros. “Es extremadamente normal y no tiene nada que esconder”, dicen de él quienes le conocen, “por eso no le gusta que le hagan fotos mientras saca a sus perros”. Precisamente en una de esas maratones de las que Rovira es asiduo, un grupo que le reconoció se le acercó para saludarle. Sin embargo, él prefirió no atenderles y
les dijo amablemente que respetasen que no le apeteciese pararse. Además, el propio Rovira reconoció en una entrevista televisada que había tenido que cancelar algunos compromisos profesionales por agotamiento.
Aunque el de Málaga ya era conocido hace tiempo, lo de tenerpaparazzi día y noche en la puerta de su casa no le gusta nada. Él mismo ha subido algunas fotos en su perfil de Twitter que retratan a algunos de esos fotógrafos que se agolpan en los aledaños de su domicilio. “El cazador cazado”, decía ironizando con que era él quien le hacía fotos y no al revés. Para Franquesa esto es un acoso hacia su intimidad. “Dani se siente incómodo con esto. Tiene una sensación de persecución. Tiene que tener autocontrol, pero él es muy inteligente”. Otra persona de su entorno recalca que no le gusta que le persigan, pero que él sigue haciendo su vida normal y sigue viendo a sus amigos.
Objetivo de los ‘paparazzi’
La portada de Lecturas de esta semanaDespués de tres meses de infarto volcado en la promoción de la película que le ha lanzado al estrellato, ahora
Dani Rovira prefiere no conceder entrevistas por un tiempo. Sin embargo, eso no hace que su interés mediático descienda. Además, las recientes fotos publicadas por una revista con su compañera Clara Lago en actitud cariñosa, hacen que aún sean más los fotógrafos que esperan una foto de los dos juntos que evidencie lo que todo el mundo rumorea.
Pero Dani no para. A pesar del duro trabajo que ha tenido todos estos meses, el actor continúa inmerso en el rodaje de la serie B&B y el próximo 22 de mayo se embarcará en la despedida de su espectáculo ¿Quieres salir conmigo?, que ya ha anunciado que hará sus únicas 10 funciones en Madrid.
Conscientes del momento que está viviendo Dani, sus amigos tratan de aconsejarle diciéndole que es mejor que no piense en ello. “Es la balanza de la profesión. Esto le está abriendo muchas puertas hacia proyectos que muchos desearíamos pero, por otro lado, hay esa parte que nadie quiere”, dice Txabi Franquesa. Su amigo termina la conversación con Vanitatis diciendo: “Es muy difícil desestabilizar a un gigante”. Un bonito guiño a su amigo.
Una de las imágenes de la película 'Ocho apellidos vascos'