El Blog Alternativo |
Posted: 14 May 2014 02:51 PM PDT
Pues sí, se puede decir que “Las chicas de oro” (serie estadounidense de éxito en los 90 en las que 4 mujeres maduritas compartían piso, aventuras y desventuras) fueron unas pioneras al mostrar un modelo de convivencia que rompe con la soledad e individualismo imperante en la sociedad, especialmente en las personas mayores, y se hacerca más a aquella TRIBU perdida en el que el colectivo ampara a cada individuo, quien a su vez trabaja por el bien común.
Pues, con la crisis económica como detonante, la ausencia de hipotecas para comprar un piso en propiedad, el fantasma de los deshaucios y una mentalidad más abierta (o resignada) para compartir espacios, la convivencia urbanística es la última tendencia y principalmente es femenina. En el artículo del S Moda titulado “Ni sola, ni mal acompañada” nos informan en detalle delaumento de pisos compartidos en España (“se ha triplicado en un solo año. La oferta ha pasado de 40.000 a 110.000 (…) Nada mal para un país acostumbrado a primar la propiedad”) y sus características: “El perfil de la nueva inquilina: mujer, de entre 26 y 60 años (el 44,07%), que vive en Madrid, Barcelona o Sevilla (ciudades que concentran el 40,46% de los pisos compartidos)”Pero esto no es la única fórmula existente porque ya hemos hablado en varias ocasiones de:
“El concepto de “co-housing” se introdujo en EE.UU. a finales de los ochenta procedente de Dinamarca. En 2008 había 113 comunidades y otras 111 planeadas o en construcción. Se estima que, en 20 años, 350 comunidades de este tipo surgirán cada año. El denominador común de dichos grupos, que no pertenecen a ningún tipo de religión o creencia determinada, es que son 100% gestionadas por los residentes por medio del CONSENSO”Los tiempos cambian, y sea por los motivos que sean, la propiedad privada ya no es para todo el mundo (y menos para los jóvenes de minijobs y nano-sueldos) y está resucitando con fuerza la importancia de la comunidad que exige un alto nivel de civismo y respeto por los demás. Existen otras formas de vivir… |