Es inherente al ser humano el cometer errores. Por lo tanto, todos lo hacemos. Pero podemos aprender de ellos y mejorar. Para conseguir esto, tenemos que ser conscientes de qué es lo que hemos hecho mal. Esto es complicado: a veces no nos damos cuenta de los fallos que tenemos… y los demás sí.
Las críticas nos ayudan en esta tarea. Cuando nos hacen una, la otra persona está tratando de comunicarnos algo que no le gusta de nosotros. Ahora bien, estas sugerencias de mejora puede que se ajusten o no lo hagan a la realidad. Además, puede que queramos cambiar eso que nos están diciendo o no, aunque sea verdad. Continúa leyendo para descubrir cómo podemos afrontarlas.
“Desgraciadamente la mitad de las cosas que dicen sobre mí son ciertas”
-Amy Winehouse-
¿Cómo responder ante las críticas que me interesan?
Las críticas suelen tener un efecto negativo en nosotros, ¿verdad? Solemos verlo como algo que nos dicen malo para hacernos daño. Pero la realidad es que podemos verlo como una sugerencia de mejora. Es decir, como
el medio para que los demás nos comuniquen aquellas acciones, conductas o trabajo que hemos hecho y no les gusta.
Al igual que
es importante adquirir estrategias para reaccionar de la mejor manera posible ante una crítica, también toma relevancia el aprender a hacerlas de forma adecuada. Así, conseguiremos poner todo de nuestra parte para evitar que se genere un enfrentamiento u otro tipo de
problemas en nuestras relaciones con los demás.
“Las críticas no serán agradables, pero son necesarias”
-Winston Churchill-
El caso es que nos cuesta manejar nuestra forma de actuar cuando nos dicen algo que deberíamos mejorar, ¿verdad? Ya que nadie es perfecto, nos vamos a encontrar en distintos ámbitos de nuestra vida con este tipo de sugerencias. En primer lugar, tendremos que ver si la crítica que nos están haciendo nos interesa o no.
Es decir, tenemos que ver si queremos mejorar ese aspecto o no. En este caso, nos interesa enterarnos bien de qué es lo que nos están queriendo decir. Para delimitarlo, podemos hacer preguntas de forma que veamos si la crítica tiene una base real. Estas cuestiones que conviene hacer son como las siguientes:
- ¿A qué te refieres?
- ¿En qué lo notas?
- ¿Cuándo y/o dónde ha pasado?
¿Qué podemos hacer para afrontar las críticas que se ajustan a la realidad?
De esta manera vamos a diferenciar entre las críticas que se ajustan a la realidad y las que no lo hacen. Es decir, nos va a permitir ver aquellas que sean constructivas y las que sean destructivas. ¿Cómo actuar cuando nos topamos con una de las primeras y resulta ser cierto aquello que nos están diciendo?
El caso es que aunque sean realistas, no sabemos cómo manejarlas. Por ello, en un primer lugar, tenemos que aceptar este tipo de críticas sin justificarnos. Una vez hecho esto, tendremos que decidir si queremos modificar aquello que nos han dicho o no. O si, aunque lo deseemos, nos resulta complejo conseguir hacerlo.
Si queremos cambiar y mejorar en el aspecto que nos han dicho debemos comunicárselo a la otra persona. Un “tienes razón, no volverá a ocurrir” es suficiente. Si vemos que nuestro interlocutor sigue “machacándonos” con el tema, utiliza la técnica del disco rayado. Es decir, repetir esa misma frase una y otra vez sin entrar en discusiones.
“Haz lo que sientas en tu corazón para estar bien, serás criticado de todos modos. Te reprocharán si lo haces y te reprocharán si no lo haces”
-Eleanor Roosevelt-
En otras ocasiones, nos resulta complicado o no podemos cambiar.
En este caso tenemos que explicarle a la otra parte que nos resulta difícil el cambio y le podemos pedir ayuda o generar alternativas. De esta forma, la otra persona
empatizará con nosotros. Ponernos a la defensiva, sin embargo, va a hacer que crezca la tensión entre ambas partes.
Por último,
aunque la crítica que nos hagan sea realista, no tenemos por qué querer cambiar. En este caso lo que queda por hacer es dar la razón a nuestro interlocutor. Pero no solo eso, también podemos proponer otras alternativas para mejorar la situación y negociar en base a estas para tratar de no llegar a un
conflicto.
Cuando las críticas no se ajustan a la realidad, ¿cómo debemos reaccionar?
En otras ocasiones, vemos que la crítica que nos hace la otra persona no se ajusta a la realidad. Si no manejamos correctamente la situación, va a ser muy fácil que entremos en discusiones que seguramente no lleven a ningún lado. Por ello, es importante que pongamos en marcha otras dos técnicas asertivas de forma conjunta, como el banco de niebla con la alternativa ambigua.
El banco de niebla consiste en coger parte del discurso del otro, de forma que reconozcamos que pueda tener sus motivos personales para pensar de una forma determinada, pero sin perder nuestra posición. Por ejemplo: “es normal que te sientas así si crees que no contesto tus mensajes porque no eres importante para mí”.
Así, parafraseamos y entendemos a la otra persona sin perder nuestro punto de vista. Después de esto, podemos dar una alternativa general o ambigua, como “me lo pensaré” o “lo tendré en cuenta”. De esta manera, podemos llegar a un acuerdo parcial con nuestro interlocutor.
Estas técnicas son
herramientas a tener en cuenta en nuestras relaciones interpersonales, bien sea con amigos, familiares, compañeros de trabajo o nuestra pareja, ya que el reaccionar de forma tranquila y empática ante una sugerencia de mejora va a reducir considerablemente las posibilidades de acabar en un enfrentamiento con la otra parte. Aún en el caso de que las críticas no nos interesen o sean realistas.