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HABITOS MENTALES QUE TE IMPIDEN PENSAR CON CLARIDAD


Te propongo que hagas un ejercicio muy sencillo antes de empezar a leer este artículo. Ponte de pie y comienza a caminar contando hacia atrás, comenzando por 1.000 y restando siete cada vez, por ejemplo, 1.000, 993, 986… Llegado a cierto punto, dejarás de caminar, probablemente muy pronto. Esto se debe a que tu cerebro tiene que trabajar demasiado sacando las cuentas como para poder indicarle a tus piernas hacia dónde ir.

De hecho, el cerebro funciona de manera parecida al procesador de un ordenador: tiene una capacidad limitada de procesamiento, o lo que es lo mismo, nuestros recursos cognitivos son finitos en un momento dado. Cualquier tarea intelectual o emocional que ocupe demasiado “espacio” terminará afectando nuestra capacidad para concentrarnos, resolver problemas, ser creativos o incluso recordar. Como resultado, nuestro cociente intelectual se reduce, al menos temporalmente, hasta que no liberemos esos recursos.

Las zancadillas mentales más comunes


La mayoría de las tareas que realizamos comúnmente no tienen un impacto significativo en nuestra capacidad para pensar y tomar decisiones pero existen algunos hábitos mentales que consumen cantidades tan grandes de recursos que afectan nuestra capacidad para pensar con claridad. Lo interesante es que la mayoría de las personas no son conscientes de que estos hábitos psicológicos son tan perjudiciales, por lo que siguen alimentándolos y sumiéndose en una espiral descendente.
1. Rumiar las ideas negativas

Cuando nos enfrentamos a un hecho negativo, es comprensible que no logremos borrarlo de un plumazo y dejarlo atrás. De hecho, en algunas ocasiones, mantenerlo activo en nuestra mente buscando soluciones imaginarias nos ayuda a liberar la tensión y tiene un poder catártico. Sin embargo, cuando esto se convierte en un hábito y no logras deshacerte de esas ideas negativas, terminarás angustiándote y tanto tu salud emocional como física se resentirán. Cuando repites en tu mente continuamente los acontecimientos perturbadores, frustrantes o angustiantes, tu capacidad para concentrarte, pensar y tomar buenas decisiones disminuirá considerablemente porque es como si usarás un prisma negativo para verlo todo, el cual ofusca la visión equilibrada y global del mundo.

2. Culpabilidad no resuelta

Todos nos sentimos culpables de vez en cuando por algo que creemos hemos hecho mal, o que no hemos hecho como hubiéramos deseado. Sin embargo, cuando la sensación de culpa no nos abandona, se convierte en una distracción cognitiva que perjudica seriamente nuestro funcionamiento y termina haciéndonos mucho daño desde el punto de vista emocional. Cuando te sientes culpable tu autoestima baja, desarrollas una autoimagen negativa y no serás capaz de aprovechar las buenas oportunidades porque crees que no las mereces. Por tanto, alimentar esa sensación de culpa te hará sentirte muy miserable y te sumergirá en un ciclo de negatividad. 

3. Quejas ineficaces

La mayoría de las personas tienden a compartir sus frustraciones con los más cercanos. A veces quejarse tiene un poder catártico, nos permite liberar el enfado y la frustración para seguir adelante más ligeros de peso. No obstante, cuando las quejas se convierten en la norma, cuando solo te fijas en las cosas negativas de lo que sucede, te pierdes la otra parte del panorama y corres el riesgo de tomar decisiones sesgadas. Recuerda que quejarse siempre implica elegir la parte más negativa y centrarse en la limitación. Además, las quejas actúan como auténticos vampiros energéticos que terminan drenando tu energía, por lo que no es extraño que diferentes estudios hayan dictaminado que las quejas son un veneno para tu cerebro.

4. Críticas constantes

Todos criticamos en algún que otro momento, las críticas provienen de nuestra tendencia a la comparación y no siempre son negativas. Sin embargo, si te conviertes en una persona extremadamente crítica que no se siente satisfecha con nada, ni siquiera consigo misma, terminarás asumiendo una actitud hipervigilante, siempre estuvieras a la caza de los errores ajenos o propios. Obviamente, vivir en ese estado te pasará una elevada factura a nivel cognitivo y emocional.

5. Preocupación inútil

Cuando tenemos un problema, es normal que este ocupe nuestra mente mientras intentamos encontrar una solución. No obstante, si en vez de buscar las posibles soluciones te preocupas constantemente, incluso por dificultades que ni siquiera existen todavía, te convertirás en la típica persona que tiene problemas para cada solución. La preocupación mantendrá tu mente constantemente distraída, buscando dificultades en todas partes. Cuando estás preocupado tu mente desplaza todo lo demás, ya que considerará que no es importante, y te enfocará solo en las preocupaciones, lo cual generará un elevado nivel de ansiedad y angustia.

Enseñar a pensar es enseñar a ser libre

Enseñar a pensar es enseñar a ser libre


Albert Einstein, con su habitual sentido del humor y socarronería, decía que “no entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela”. Atendiendo a esta acertada frase, parece lógico creer que enseñar a pensar para comprender cómo funciona nuestro mundo es una idea sensata.
Ahora me gustaría lanzar una pregunta al aire: ¿Enseñar a pensar realmente nos enseña a ser más libres? No parece que esta cuestión tenga una respuesta sencilla, o tal vez sí. Quizá es tan obvia, que por simple no somos capaces de aceptarla. O puede ser que sea un tema excepcionalmente complejo. Veamos algunos detalles importantes.

Enseñar a pensar

El profesor Abilio de Gregorio, licenciado en Ciencias de la Educación y diplomado en Orientación Familiar, afirma que la reflexión ha de ser un acto disciplinado. En ella deben entrar en juego el pensamiento y la intención de querer pensar.
Profesora con niños en la clase
Para de Gregorio, en todo proceso educacional es básica la voluntad reflexiva, tanto de los educadores como de los propios pupilos. Es decir, que no hay trasvase de conocimientos y pedagogía útil si a las materias no se les añade una base de pensamiento e interpretación propia.Quiere esto decir que cuando traspasamos nuestras enseñanzas, costumbres, tradiciones y educación a nuestros hijos, hemos de envolverlo todo en un manto de pensamiento propio para que el educando interprete la información, y la haga suya desde su propio prisma de entendimiento y conocimiento.

Qué es la libertad

Una vez establecemos la importancia de enseñar a pensar, debemos confirmar si esta acción realmente es óbice para hacernos más libres. Por ello se antoja necesario saber qué es con exactitud la libertad.
El término libertad encuentra dos acepciones primordialmente aceptadas. Por un lado sería el derecho o facultad de las personas para elegir de manera responsable su forma propia de actuar en un entorno, medio o sociedad.
En este sentido, caben entendimientos como la libertad de culto, la libertad de conciencia, la libertad de opinión, la libertad de pensamiento, etc. Es decir, es todo aquello en que los seres humanos podemos elegir siempre a través de nuestra facultad y nuestro derecho.
Otra definición interesante para el término libertad sería la condición o estado de una persona que es libre, pues no está sometida a la voluntad de otros, está encarcelada o bajo un régimen que le constriñe por obligaciones, deberes, disciplinas, etc.

¿Enseñar a pensar nos hace más libres?

Ahora llega el momento de contestar a la atrevida pregunta que lanzaba al comienzo del párrafo. ¿Enseñar a pensar nos hace más libres? La respuesta es obviamente que sí. Razonemos el porqué.
Si entendemos la libertad como el derecho o facultad de una persona para elegir libremente su modo de actuación en un entorno determinado, es evidente que un individuo que piensa o “sabe pensar” tendrá inclinación por actuar libremente. Así, tendrá más capacidad que otra persona que lo haga sin reflexión o siguiendo unos patrones establecidos por su sistema de creencias heredado y asimilado, por su falta de conocimiento o por motivos similares.
Padre y niño encima de libros
Entiendo que enseñar a pensar es una parte importante de la educación de cualquier persona. No sirve solo con saber que algo sucede, es incluso más importante conocer el porqué, el cómo, el cuándo, etc. Todo ello solo es posible a través de la enseñanza del pensamiento, para que cada individuo pueda desarrollar su propio raciocinio, interpretación y modelo de comprensión.
Así pues, a la hora de tomar una decisión, siempre se sentirá más libre aquella persona que, ejerciendo el pensamiento, pueda estudiar un mayor número de las variantes que se le presentan en el momento de elegir.
Por otro lado, un individuo que se mueve por instinto, por las enseñanzas de la sociedad, por unaeducación limitada a mostrar qué sucede o por el simple hecho de que es lo que hay que hacer porque lo hacen todos, no tendrá tanta libertad real a la hora de elegir, pues sus opciones se reducen por su falta de capacidad.
Resulta evidente que enseñar a pensar es enseñar al individuo a ser más libre. Ahora bien, ¿este hecho es algo que nos hace más plenos, felices o inteligentes? Eso ya es otro cantar que daría para uno o más artículos, pues no siempre parece que el hecho de tener libertad nos haga mejores.

pensemos o mejor no pensemos nada


ESTA MAÑANA, DE REGRESO A CASA, HICE UNA PARADA EN UNA CAFETERIA SITUADA EN FRENTE DE CASA, EN ELLA HABIA UNA MESA RODEADA DE MUJERES, APROXIMADAMENTE SUS EDADES OSCILABAN DESDE LOS 6O A 70 AÑOS.

ME SENTE EN LA MESA DE AL LADO, LA MAS CERANA A LA PUERTA PARA OBSERVAR A MI PERRITA, QUE ESPERABA EN LA PUERTA. UNA DELLAS ME PREGUNTA, ES SUYA LA PERRITA? A LO QUE YO LE AFIRME QUE ASI ERA. ENTONCES APROVECHO PARA COMENTARME LO QUE HACE UNAS SEMANAS, SE VIO POR TELEVISION, UN HOMBRE MALTRATANDO DE FORMA ATROZ A SU PERRO, ELLA ME COMENTA QUE ES UNA BARVARIDAD HACER ESO CON UN ANIMAL, QUE PARA ESO QUE NO LOS TENGAN, A LO QUE YO LE CONTESTE TIENE VD. TODA LA RAZON, PERO SI VD. SE DA CUENTA DE QUE LAS PERSONAS SOMOS CAPACES DE HACERLO CON SERES HUMANOS Y HASTA CON LOS HIJOS O PADRES ETC. COMO NO LO HARIAMOS HACIA UN ANIMAL, QUE NO SE DEFIENDE POR SU FIDELIDAD, AMOR Y ENTREGA A SU DUEÑO Y QUE INDEPENDIENTEMENTE TAMPOCO PUEDE DENUNCIAR SU MALTRATO.

ESTO ME HACE REFLEXIONAR, EN QUE NOS ESTAMOS CONVIRTIENDO LAS PERSONAS, SI NO ESTAMOS YA EN VIAS DE UNA DESTRUCCION DEL PROPIO SER HUMANO, ESTO JUNTO A LO QUE ESTAMOS DETERIORANDO AL ENTORNO NATURAL, CASI SIEMPRE PRODUCIDO POR LOS INTERESES ECONOMICOS DE LOS PAISES DESARROLLADOS, REALMENTE CADA VEZ QUEDA MENOS PARA QUE ESTE PLANETA SE CONVIERTA EN LO QUE LA MAYORIA DE TODOS NOSOTROS ESTAMOS TEMIENDO.

A LO QUE ME PREGUNTO, EL PORQUE TENEMOS TANTAS GANAS DE ACTUAR DE ESA MANERA, CUANDO VEMOS QUE NOS LLEVA AL FINAL Y LA DESTRUCCION DE LA TIERRA? NOS ESTAMOS VOLVIENDO LOCOS?, O ES QUE PERDIMOS TODOS NUESTRA CAPACIDAD PARA PENSAR? AGRADECERIA QUE SI ALGUNA PERSONA LEE, ESTE ESCRITO QUE DESDE AQUI TENGO LA OSADIA DE ESCRIBIR, PUESTO QUE NUNCA ME DEDIQUE A ESTOS MENESTERES, TENGAIS LA AMABILIDAD DE SI OS APETECE HACER ALGUN COMENTARIO AL RESPECTO, ESTARIA GUSTOSA DE PODER COMPARTIR, VUESTRAS OPINIONES. GRACIAS POR ELLO.