Haaretz informaba de que el complejo subterráneo fue descubierto en un pueblo llamado Eilabun, ubicado a sólo 11 millas de Nazaret, la antigua ciudad donde Jesús se habría criado.
Los arqueólogos sugieren que las cuevas habían sido excavadas por los romanos y probablemente sirvieran de almacén y como establo. Llegaron a esta conclusión tras observar los agujeros cincelados en las paredes de la cueva a los que podrían haberse atado los caballos, y un abrevadero de piedra utilizado para alimentarlos o darles de beber.
Curiosamente, las cuevas están unos tres metros por debajo de la superficie, tal y como el inspector de arqueología Nir Distelfeld señalaba en Haaretz. Esto hizo que algunos arqueólogos se preguntaran cómo podrían los caballos haber llegado hasta allá y por qué los romanos no construyeron un establo con las paredes sobre el propio terreno.
Sin embargo, Distelfeld tiene una explicación lógica para ello: «Está tres metros bajo tierra hoy, pero hace 2.000 años, cuando estaba en uso, estaría al nivel del suelo, tal vez medio metro más abajo, pero obviamente no llevaban abajo a los caballos», comentaba para Haaretz, añadiendo a continuación que, «esto demuestra cuánta tierra y limo se acumulan a lo largo de 2.000 años. De lo contrario sin duda habrían construido establos y almacenes en lugar de labrarlos en la roca.»
Según Haaretz, los antiguos judíos excavaban cuevas en el lecho rocoso calcáreo de la zona, más bien blando. Los arqueólogos descubrieron una gran cámara central de unos 4 x 6 metros que tenía por lo menos dos metros de altura. Otras cámaras más pequeñas se ramificaban desde la principal.
El lugar había sufrido graves daños a causa de los saqueadores
Gracias a algunos fragmentos de cerámica dejados atrás por los ladrones que habían saqueado el lugar exhaustivamente antes de su descubrimiento oficial, los expertos fueron capaces de estimar que el complejo se remonta a hace aproximadamente 2.000 años. Los ladrones se habían llevado y probablemente vendido todo lo de valor que encontraron ahí. Y lo que es peor, rompieron y dañaron la roca mientras buscaban más lugares que saquear. «Los saqueadores no eran expertos en arqueología. Al ver una cámara, comenzaban a profundizar en ella rompiendo la propia roca, pensando que encontrarían más cosas interesantes», apuntaba Distelfeld para Haaretz.
Otro objeto que los ladrones dejaron atrás, además de los fragmentos de tinajas de la época romana, es una roca de basalto con una hendidura que la atraviesa por la mitad y que habría formado parte de un aparato para moler harina. «Los ladrones podrían haber encontrado otras cosas, pero no nos los contarán», decía al respecto un decepcionado Distelfeld.
El interesante pasado de Eilabun
La población galilea de Eilabun tiene una larga historia. En ella se han excavado restos de cerámica de mediados de la Edad del Bronce, la Segunda Edad del Hierro, y de las época persa, romana y bizantina, mientras que al oeste del pueblo se han descubierto sarcófagos tallados en la roca.
Eilabun es mencionada como una de las ciudades asociadas con una de las veinticuatro divisiones sacerdotales, la residencia del clan sacerdotal conocido como Haqoṣ. Una inscripción de piedra que menciona la ciudad fue descubierta en Yemen por el orientalista Walter W. Muller en el año 1970, y se considera que habría formado parte de una sinagoga destruida, ahora convertida en mezquita.
En última instancia, Haaretz informa de que, poco después del descubrimiento oficial de las cuevas por la Autoridad de Antigüedades de Israel, dos ladrones fueron detenidos en una operación conjunta entre los inspectores de la AAI y la policía. «En este momento estamos trabajando en los procesos penales. Nos plantearemos nuevas excavaciones en el futuro», comentaba Distelfeld para Haaretz, explicando la razón por la que no hay excavaciones activas en este momento en la zona.
Este artículo fue publicado anteriormente en Ancient Origins en español y ha sido publicado nuevamente en CodigoOculto.com con permiso.