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RECETA - Tostas de atún con pimientos asados


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Atún, ventresca o sardinas al natural son algunas de las combinaciones que hemos hecho para disfrutar de esta sencilla tosta en la que el protagonista indiscutible, es el pimiento asado.

receta facil de tostas de atun y pimientos asados
Ingredientes para 3 personas:
  • 1 Pimiento Asado
  • 1 diente de Ajo
  • 250g de Atún al natural
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Tomillo
  • 6 rebanadas de Pan rústico

Elaboración:
  1. Lava muy bien el pimiento* y mételo en el horno precalentado, rociado con un poco de agua, y si quieres, un chorrito de aceite, aunque no es necesario. Nosotros sólo le añadimos el agua.
  2. Déjalo asar a 180ºC hasta que tu veas que está listo. Es posible que le tengas que dar la vuelta.
  3. Una vez asado, sácalo y déjalo que temple un poco para pelarlo. Reserva el jugo que ha soltado.
  4. Córtalo en tiras y lamina el ajo.
  5. En una sartén saltea el ajo a fuego medio, en un chorro de aceite de oliva virgen extra. 
  6. Cuando empiece a dorarse baja el fuego al mínimo y añade la salsa resultante de asar el pimiento, junto con los pimientos asados y rehógalo unos minutos hasta que el ajo deje un poco de sabor a tus pimientos.
  7. Mientras, tuesta en el horno el pan.
  8. Una vez tostado rocíale un poco de la salsa resultando de saltear los pimientos y el ajo.
  9. Encima coloca los pimientos y a continuación el atún bien escurrido.
  10. Espolvorea un poco de tomillo y disfruta de este sencillo entrante.

Consejos: 
*Nosotros solemos asar varios pimientos a la vez para tenerlos en la despensa y utilizarlo en otras recetas.
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SER

Camino al Despertar



Posted: 30 Dec 2016 08:46 PM PST


La vida es belleza por sí misma,
cuando no es perturbada por el pensamiento...
Todo resplandece cuando Es,
pues cuando Es, nada ni nadie obscurece su brillo...

La belleza reside en la libertad...
y la libertad está más allá del condicionamiento...
Cuando aparece el pensamiento,
una creencia se aferra a él,
generando así un algo limitado;
un objeto, un deseo, un hábito...
obscureciendo dicha belleza
y enmascarando tal naturaleza...

Deja ir...
con total soltura, libre de todo aferramiento...
Date permiso para seguir reposando en tu propia paz...
deja que el espacio siga virgen,
gozando en su total infinidad...

Solo Ser es tu mayor felicidad...
libre como el viento,
sin agarrarte a ningún objeto...
totalmente despojado de condicionamientos,
hábitos, ilusiones y deseos...

Cierra tus ojos y permite embriagarte de tanta gracia...
deléitate con la magnificencia de lo que Es...
¿Puede haber algo más glorioso y bello?...
Solo debes permanecer en Eso... 
pues nada de este mundo puede llenarte por completo,
ya que lo que no puedes percibir con tus sentidos
es precisamente lo que más andas buscando...

Así que deja ir tus sentidos, tus pensamientos, tus juicios,
y enfócate únicamente en lo que Verdaderamente Es...
aquello que está más allá del alcance de tu percibir,
pues solo se puede permanecer ahí con tu verdadero Sentir.



Camino al Despertar 

Franck Pourcel - Noruega, paisajes y fiordos


SENTIRSE CULPABLE


Las mascotas no son juguetes


Las mascotas no son juguetes
Estamos en plena Navidad y con ella llegan los regalos. Aunque afortunadamente cada vez existe mayor conciencia social sobre el respeto a la dignidad de las mascotas, sigue siendo una tendencia regalar perros y gatos con la llegada de Papá Noel o los Reyes Magos. Pero los animales de compañía no son juguetes o peluches, son seres vivos que nos acompañarán durante muchos años y que precisarán cuidados y atención todos los días, durante toda su vida.
Una decisión que no se debe tomar a la ligeraNumerosas asociaciones, medios de comunicación, organismos públicos y entidades que velan por los derechos de los animales realizan un valioso trabajo de información, al que desde Arion nos sumamos, sobre la responsabilidad que conlleva incorporar un animal de compañía al núcleo familiar.
La llegada a casa de un cachorrito o un gatito es un motivo de gran alegría e ilusión, pero conviene realizar una reflexión suficientemente meditada para estar seguros de que vamos a comprometernos con su bienestar durante toda su vida antes de hacernos cargo de él.
Las mascotas crecen, dejan de ser los adorables cachorritos de los que nos prendamos en un primer momento para convertirse en adultos que tras un tiempo pasarán por un lógico proceso de vejez, ya que generalmente nos acompañarán durante muchos años. Es una decisión tan importante que no se debería tomar de una forma impulsiva.
Las mascotas no son juguetes
Recursos económicos y dedicaciónMuchos mascotas se regalan en Navidad para satisfacer los deseos de los más pequeños de la casa, pero los niños no son conscientes de las obligaciones que conlleva tener un animal de compañía.
La tenencia responsable de un perro o un gato implica numerosos gastos para procurarles una alimentación de calidad, cuidados higiénicos y atención veterinaria (tanto rutinaria como enfermedades imprevistas), entre otros dispendios que deberá afrontar su propietario.
Por otra parte, y no menos importante, las mascotas requieren tiempo, paciencia y afecto para que atendamos debidamente sus necesidades: los perros han de salir a pasear tanto si hace buen tiempo como si no, no importa si estamos demasiado cansados para sacarles y precisan una dedicación más intensa mientras son cachorros para educarles correctamente.
Las costumbres de la familia también pueden verse modificadas con la llegada de la mascota al hogar: habrá que planear los viajes y las vacaciones de tal manera que pueda acompañarnos o tener previsto alguien que pueda cuidarla mientras estamos fuera.
Ejercer la tenencia responsable y preguntarnos a nosotros mismos si vamos a ser capaces de asumir el compromiso vital que supone tener una mascota -que puede llegar a vivir quince años o más con nosotros-, es el primer paso para evitar la terrible lacra del abandono animal.
Si os encontráis preparados para acoger un nuevo miembro en la familia, os damos nuestra enhorabuena ¡Os esperan maravillosos momentos para disfrutar juntos!

¿A qué edad nos sentimos más insatisfechos con la vida?



Un nivel elevado de satisfacción con la vida se ha relacionado con un riesgo menor de desarrollar enfermedades y sufrir trastornos mentales, así como con un mayor índice de felicidad. Obviamente, se trata de un concepto muy subjetivo ya que la “satisfacción” depende en gran medida de las necesidades y las expectativas de cada cual. De hecho, no es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita.

¿Qué es la satisfacción con la vida?


La satisfacción con la vida no es más que la congruencia entre el presente y una situación ideal. En práctica, nos sentimos satisfechos cuando nuestra realidad se acerca lo más posible a nuestro ideal.

Sin embargo, sentirse satisfechos con la vida no implica, necesariamente, tener todo lo que deseamos, sino ser conscientes de que estamos en buen punto y sentirnos agradecidos y contentos con lo que tenemos y lo que somos.

De hecho, numerosos estudios psicológicos han concluido que tener más dinero, ser más inteligente o ser atractivo solo explica el 10% del bienestar y la satisfacción que experimentan las personas. Esto se debe a que la felicidad y la satisfacción no dependen de las posesiones y los logros sino de cómo los asumimos en nuestro proyecto de vida.

¿En qué etapa de sus vidas las personas se sienten más insatisfechas?


Una investigación realizada por científicos del University College de Londres que involucró a personas de 160 países reveló cuál es el momento de nuestra vida en el que nos sentimos menos satisfechos. En los países occidentales ese momento ocurre entre los 45 y los 54 años. 

Los investigadores piensan que esto se debe a que durante esta etapa experimentamos un elevado nivel de estrés y nos asaltan las preocupaciones, tanto en el ámbito laboral como familiar. De hecho, estos son los años en los que se supone que debemos ganar más, incluso a expensas de la salud, ya que somos conscientes de que muy pronto nuestro nivel de productividad disminuirá, lo cual representa una presión añadida.

A esto se le suma que estar prácticamente a mitad de la vida nos hace mirar hacia atrás para sacar cuentas de lo que hemos logrado y lo que nos falta por hacer. Durante esta etapa muchos suelen hacer un balance de su vida y si los resultados que obtienen no les satisfacen, se deprimen.

La buena noticia es que más adelante, a medida que nos acercamos a la jubilación, el nivel de satisfacción con la vida aumenta, lo cual parece deberse a que cambiamos nuestra perspectiva y reorientamos nuestros objetivos y expectativas. De esta forma, logramos vivir de manera más relajada, menos estresados por el futuro.

No obstante, se debe aclarar que este patrón no se apreció en todas las culturas. De hecho, en los países de Europa del Este y de Latinoamérica la satisfacción con la vida va disminuyendo conforme pasan los años. Por otra parte, en los países africanos la satisfacción con la vida parece mantenerse bastante estable a lo largo del tiempo, sin experimentar grandes cambios.

Sin embargo, lo interesante de este estudio fue que los investigadores fueron un paso más allá y se preguntaron de qué dependía la satisfacción con la vida. Así descubrieron que la clave para vivir más años y sentirse más satisfechos era simplemente encontrar un sentido de la vida, tener un motivo lo suficientemente poderoso y movilizador como para seguir viviendo.

Fuente:
Steptoe, A. et. Al. (2014) Subjective wellbeing, health, and ageing. The Lancet; 385(9968): 640-648.

De las olas aprendí a irme y regresar con más fuerza.

De las olas aprendí a irme y regresar con más fuerza


Aprender a retirarse a tiempo cuando estamos ante una situación compleja, reflexionar, pensar en lo sucedido, comprender cómo nos sentimos y 

regresar para volver a intentarlo una vez que hayamos recuperado fuerzas, es un acto de valentía.

Elegir el momento adecuado para retirarse de una relación, de una discusión con otra persona o de un trabajo que no nos satisface requiere fuerza de voluntad y superar el miedo a las consecuencias. En ocasiones vivimos situaciones que nos desgastan y no somos capaces de salir para retomar fuerzas.

La búsqueda de la felicidad

Hay circunstancias en las que es preciso pensar en nuestra felicidad personal y caminar hacia nuestra paz interior para retomar fuerzas. Son situaciones en las que es esencial tender hacia una coherencia entre los que pensamos, sentimos, decimos y hacemos.

La felicidad es un término que parece utópico y lo solemos referir al pasado “en verano del año 2000 fui feliz”.  Los investigadores sobre psicología positiva consensuaron una definición del concepto de felicidad en base a tres competentes:
  • Experiencias de afecto positivo frecuentes (alegría, placer, amor, cariño).
  • Experiencias de afecto negativo infrecuentes (tristeza, estrés, ansiedad, miedo, dolor).
  • Altos niveles de satisfacción vital.
mujer bajo flores blancas disfrutando de ser feliz
Es decir, una persona feliz es aquella que vive muchas experiencias de afecto positivas, pocas negativas y que se siente satisfecha con su vida. No obstante, no podemos olvidar que no existe una felicidad objetiva sino un estado subjetivo de felicidad en cada uno de nosotros.
La búsqueda de ese estado subjetivo de felicidad es el que nos impulsa a irnos cuando notamos que una situación es incómoda o simplemente no nos hace felices, y a regresar una vez que hayamos recuperado nuestra energía vital.

La inteligencia emocional y su valor para regresar con más fuerza

La felicidad del ser humano se relaciona directamente con determinadas emociones y estados de ánimo. Ahí es donde entra el juego la inteligencia emocional como la capacidad de comprender nuestras emociones y las de los demás.
En cuanto a las emociones, hay especialistas que piensan que podemos controlarlas totalmente y otros que opinan que no podemos hacer nada para tenerlas bajo control. Sin embargo, también hay investigaciones que concluyen que la forma en la que interpretas tus emociones puede cambiar la forma en la que las vives.
regresar
Por ejemplo, si te da miedo hablar en público pensarás que esos nervios son negativos, pero si los interpretas como una voluntad de hacerlo bien es más probable que tengas éxito. Se trata simplemente de comprender cómo nos sentimos y manejar esas emociones a nuestro favor.

No es una huida es una reflexión para poder volver

En muchas ocasiones, la soledad nos permite un tiempo de conocimiento sobre nosotros mismos, de reflexión sobre nuestra vida. La soledad nos da espacio y lugar para poder identificar nuestras fortalezas y debilidades y trabajar en lo que debemos mejorar.
Por ese motivo, no podemos ver la soledad como algo negativo, sino como una colaboradora del proceso de autoconocimiento necesario en diferentes momentos de nuestra existencia. A veces necesitamos recuperar fuerzas y energía, regresar a nuestro origen, y la paz de la soledad nos ayudará.

Cómo gestionar tus emociones para recuperar energía

El uso de la inteligencia emocional pasa por identificar nuestras emociones y estados de ánimo: reconocer cuándo estamos enfadados, nerviosos o tristes, para poder actuar sobre el origen de la emoción y en el último caso sobre la emoción misma. A continuación te damos algunas herramientas para gestionar emociones negativas.

Piensa en tus virtudes y no en tus debilidades

Si te paras un momento a pensar en todo lo que te dices cuando te ocurre algo negativo, te darás cuenta de que eres tú misma la que alimenta a esa emoción y hace que, poco a poco, se vaya haciendo más grande. Así, si al principio era fácil de manejar, cuando lo ha contaminado todo puede llegar a representar un gran reto.
Mujer pensando
Si cometes un error en el trabajo no es necesario que te tortures, sino que aprendas. Que no dejes crecer el desánimo, recordando todas las veces en que has hecho cosas bien. De esa forma relativizarás lo sucedido, gestionarás las emociones negativas y podrás regresar a tu paz interior.

Desvía tu atención hacia otra cosa

Al igual que sucede con los niños pequeños cuando lloran y tratamos de distraerles con un juguete, si nos comienza a invadir una emoción negativa, podemos concentrarnos en otra tarea para desviar nuestra atención y regresar a nuestra tranquilidad interior. El control de la atención juega un papel muy relevante para frenar ciclos emocionales negativos que se retroalimenten.
De esta forma te alejas de la emoción negativa y te concentras en otro objetivo hasta que transcurre un tiempo y esa emoción va desapareciendo poco a poco. Es una estrategia que se puede utilizar en algunas ocasiones, porque lo aconsejable es gestionar esa emoción y conocer su origen y causa.

Apuesta por la meditación

Diferentes estudios científicos han demostrado que la meditación ayuda a prevenir los pensamientos y las emociones negativas. Meditar puede ayudarnos a gestionar miedos y a reducir la ansiedad, puesto que se trabaja con la respiración y la concentración.
Busca un lugar tranquilo, respira de forma pausada, siente como entra y sale suavemente el aire de tus pulmones, mientras tu mente y los músculos tu cuerpo comienzan a relajarse cada vez más. Practica la meditación cada día y lograrás buenos resultados poco a poco.

RECETA - Lubina en salsa de almejas




La receta de hoy es tan sencilla y tan fácil que apenas tiene complicación...pero es que está 
tan rica que no podía dejar de enseñarla.

Es una receta ideal para cenas en celebraciones, con los amigos, con la familia...siempre 
quedará bien.

























Se hace en poco tiempo, la salsa la podemos dejar hecha y luego calentarla y como la lubina 
va a la plancha se hace en un momento...
Ingredientes:
     -   4 filetes de lubina de ración
     -   500g de almejas
     -   1 cebolla pequeña
     -   3 dientes de ajo
     -   1 vasito de vino blanco
     -   1 vasito de agua
     -   1 cucharada de harina
     -   sal al gusto
     -   pimienta molida al gusto
     -   1 cayena o guindilla (opcional)
     -   perejil fresco
     -   aceite de oliva virgen

Empezamos haciendo la salsa de almejas.

Picamos la cebolla y el ajo muy picaditos y los sofreímos en una sartén con un poquito 
de aceite. Una vez pochados, añadimos la cucharada de harina y la rehogamos un poco.

Añadimos el vino blanco , dejamos que hierva 1 minuto para que se evapore el alcohol y 
añadimos el agua, el perejil fresco picado y la cayena, lo dejamos cocer todo durante 4-5 
minutos.


Le añadimos las almejas y dejamos cocinar 1-2 minutos más.
Le ponemos sal y pimienta a los filetes de lubina y los hacemos a la plancha más o menos 
3 minutos por el lado de la piel y un minuto por el lomo.



Los ponemos en un plato y los servimos con la salsa por encima


¡Riquísima!