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Snowden tiene una hipótesis sobre la falta de contacto con civilizaciones extraterrestres



Edward Snowden ofrece una solución alternativa a la paradoja de Fermi, que plantea por qué no hemos encontrado vida inteligente en el universo: sus comunicaciones podrían estar cifradas
Ha sido durante una conversación con el astrofísico Neil deGrasse Tyson, en la que también ha insistido en la importancia de cifrar nuestras comunicaciones
Cientos de miles de galaxias en el universo ¿alguna tendrá civilizaciones inteligentes? / Telescopio Hubble
Cientos de miles de galaxias en el universo ¿alguna tendrá civilizaciones inteligentes? / Telescopio Hubble
Si hay una alta probabilidad de que se hayan desarrollado civilizaciones extraterrestres ¿por qué no hemos contactado con ellas? En 1950, en medio de una conversación informal, Enrico Fermi planteó una cuestión que aún no tiene respuesta, o al menos, no una científicamente válida. Desde entonces se han planteado muchas hipótesis, desde las más disparatadas e irracionales, hasta las más meditadas. Ahora, Edward Snowden ha planteado otra posibilidad, que las comunicaciones de los extraterrestres estén cifradas y que por eso no hemos sido capaces de diferenciarlas del cualquier otra señal de ruido del universo.
Edward Snowden, el antiguo empleado de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) que en 2013 hizo públicos los planes de vigilancia masiva del gobierno de EEUU, planteó esta posibilidad durante una conversación con el astrofísico y divulgador Neil deGrasse Tyson, en su programa Startalk. "Si una comunicación cifrada está adecuadamente codificada, no hay manera de verificar si es un mensaje cifrado", en otras palabras, "no es posible distinguir una comunicación cifrada de una señal aleatoria", afirmó Snowden.
Edward Snowden se encuentra refugiado en Moscú, desde donde realizó la entrevista / EFE
Edward Snowden se encuentra refugiado en Moscú, desde donde realizó la entrevista / EFE
Desde el principio de la entrevista Tyson ya advirtió que la conversación no iría por los cauces típicos que seguiría una conversación periodística con un personaje tan controvertido como Snwoden y así fue. Lejos de tratar temas relacionados con geopolítica y estrategias de espionaje, Tyson abordó temas más relacionados con el mundo científico, especialmente sobre el cifrado de las comunicaciones. En medio de la conversación, el astrofísico preguntó cómo podría afectar el cifrado a nuestras posibles comunicaciones con una supuesta civilización extraterrestre.
Snowden planteó que cuando una sociedad va avanzando, poco a poco empieza a ser consciente de la "necesidad" de proteger sus comunicaciones. Esto quiere decir, según Snowden, que "solo hay un pequeño periodo en el desarrollo de una civilización en el que se sus comunicaciones estarán desprotegidas". Una vez terminado ese periodo, que por comparación con lo que ha sucedido con la humanidad duraría apenas unas décadas, cualquier comunicación extraterrestre estará tan cifrada que teóricamente sería irreconocible. "No seríamos capaces de distinguir un mensaje alienígena de la radiación de fondo cósmico de microondas", afirmó Snowden. Si esto fuera cierto, la humanidad podría estar recibiendo comunicaciones extraterrestres sin siquiera saberlo.
La hipótesis de Snowden no deja de ser una de las muchas posibles respuestas a una paradoja que lleva 50 años intrigando a la humanidad. Sin embargo, el mensaje que se esconde tras su propuesta dista mucho de ser un juego teórico. Durante el resto de la entrevista, el exconsultor de la CIA insistió en la necesidad de cifrar las comunicaciones y en la importancia de defender el derecho a la privacidad.
"Cuando alguien dice que no le preocupa que se vulnere el derecho a la privacidad porque no tiene nada que esconder, es como si dijera que no le preocupa que se viole la libertad de expresión porque no tiene nada que decir", sentenció. Habría que ver si en alguna de esas posibles civilizaciones extraterrestres hubo también un Snowden que les recordara la importancia de cifrar sus mensajes. Toda una paradoja.

Cuando confías en lo que sucede, descubres quién eres

Cuando miras a tu alrededor y solo ves caos, sufrimiento, miedo y tensión, es difícil confiar en las circunstancias. Cuando la vida parece ir cuesta arriba y nada sale como esperábamos, confiar es casi un acto de fe, nos resulta más natural desesperarnos, imprecar y negar lo que está sucediendo. 

Sin embargo, es precisamente en esos momentos cuando más necesitamos confiar en las circunstancias y, por supuesto, en nosotros mismos. En ese momento es cuando debemos dejar de aferrarnos a las preocupaciones para poder soltar el peso y ser más libres. Y solo podemos lograrlo si tomamos conciencia del aquí y ahora, si confiamos en nosotros mismos y tenemos la certeza de que en nuestro camino nos aguardan cosas maravillosas.

¿Por qué es tan importante confiar en lo que sucede?


Considera que todo lo que te rodea no existe si no lo percibes, no tiene un sentido para ti si no lo conoces. Por eso, cuando percibimos algo, ya sea una circunstancia, una persona o un simple objeto, no podemos abstraernos de nosotros mismos, vemos el mundo como somos. 

Como resultado, cuando conocemos algo o alguien, en realidad nos redescubrimos. Cuando percibimos algo, nos conocemos a través de eso. Así ocurre un milagro: mientras más buceamos en nuestras circunstancias, más profundo podemos llegar en nuestro interior. A la vez, mientras más escudriñamos dentro de nosotros, mejor podremos comprender las circunstancias. Porque todo está unido, indisolublemente.

En el momento en que empiezas a confiar, sin oponer resistencia, es como si todas las piezas de un rompecabezas encajaran. Hasta ese momento, tus preocupaciones, apegos y emociones solo te permitían ver la maraña de hilos que se esconde detrás del tapiz, es como si estuvieras mirando desde abajo. Sin embargo, cuando aprendes a fluir, todo cobra sentido porque puedes ver el tapiz de frente, puedes apreciar las situaciones desde una perspectiva más amplia. Eso amplía tu comprensión de la vida y de ti mismo.

Si miras a tu alrededor sin resistencias, llegarás a tu interior


Un principio taoísta señala: “Aprende a confiar en lo que está ocurriendo. Si hay silencio, déjalo aumentar, algo surgirá. Si hay tormenta, déjala rugir, se calmará”. La clave radica en convertirse en un espectador atento, sin intervenir constantemente porque de esa forma solo bloqueamos el proceso. 

Es lo que se conoce como “no resistencia”. Aunque se trata de un principio difícil de poner en práctica porque estamos demasiado acostumbrados a luchar por el control. No obstante, resistirnos implica aferrarnos, apegarnos al sufrimiento, a las situaciones que nos generan estrés y a las relaciones tóxicas

La persona que se resiste no solo se opone al cambio, que es una constante en la vida, sino que también deja de confiar en sus capacidades. Resistirse al cambio implica que no confías en tu capacidad para hacerle frente a esa nueva situación, por lo que, en el fondo, es un acto que denota miedo e inseguridad.

Vale aclarar que la no resistencia no implica convertirse en espectadores pasivos de nuestra vida o someterse a la voluntad de los demás. No significa dejar que las circunstancias nos arrastren, renunciando a nuestro poder de decisión. El concepto de la no resistencia está vinculado al "wu wei", que significa no forzar sino aprender a fluir, para no quedarnos atascados en las circunstancias que nos dañan.

La no resistencia es soltar nuestros temores y sufrimientos, entregarnos y dejar de luchar. En ese estado nos sumergimos por completo en las circunstancias, sin pensar, sin hacer, solo estando presentes. Así aprendemos a confiar en la vida y en su proceso, aprendemos a confiar en nosotros mismos, con la certeza de que, antes o después, todo estará bien.

La práctica de la no resistencia te brinda la posibilidad de detenerte un momento, para conectar con tu “yo” e identificar cómo te sientes y qué necesitas. Una vez que hayas identificado las emociones que te perturban, no debes aferrarte a ellas, libéralas. Cuando cambies tus pensamientos, cambiará tu realidad. Solo debes confiar.

Cinco principios básicos para aprender a confiar

1. Tómate el tiempo que necesites. Cuando tienes tiempo para reflexionar, puedes ver con mayor claridad lo esencial de ti mismo y de los demás. Recuerda que cuando vas por la vida demasiado rápido, tu propia velocidad te aturde. Mientras más apremiantes sean tus sentimientos y más te atormenten tus preocupaciones, más necesitas pasar tiempo contigo mismo. 

2. Libérate del empeño. No te esfuerces, deja que todo fluya. Mientras más te liberes de esa obsesión por controlarlo todo, más abierto y receptivo estarás y con más facilidad sabrás qué está ocurriendo a tu alrededor. El taoísmo nos enseña que “cuando no entiendas lo qué dice una persona, no persigas cada una de sus palabras. Ríndete y silénciate interiormente para escuchar tu ser más profundo”. 

3. Busca la calma. Una de las habilidades más valiosas que puedes aprender en tu vida es a retirarte en ti mismo y calmarte. Cuando una persona se siente en calma, lo complejo se hace simple, porque es capaz de despejar la nube de las emociones que le impedía ver las cosas con claridad. Cuando buscas la calma conectas contigo mismo y comprendes qué quieres y necesitas realmente.
4. Despréndete de todo lo innecesario. Un principio taoísta indica que “solo cuando te desprendes de lo que tienes, recibes lo que necesitas”. Y es que en nuestra sociedad estamos demasiado aferrados a las cosas y a las personas, de manera que no logramos conectar con nuestro “yo” más profundo para saber cuáles son nuestras verdaderas necesidades. Sin embargo, la felicidad no está en nada que se desgaste, se rompa o deje de funcionar. Por eso, solo cuando nos deshacemos de lo superfluo, podemos descubrir qué nos hace felices.

5. Simplifica. Toda situación, por amplia o complicada que sea, empezó de manera simple y pequeña. Desde los problemas de pareja hasta las guerras, tuvieron un inicio pequeño. Por eso, la clave para resolver muchos de los problemas que tenemos en nuestra vida consiste en regresar atrás y reconocer los comienzos.

¿Cómo aplicar estos principios a tu vida cotidiana?


El objetivo final es que, a través de las circunstancias y sin oponer resistencia a estas, puedas conectar con tu “yo” más profundo, para recuperar la confianza en ti mismo y comprender qué necesitas para vivir de forma más plena.

- Mira a tu alrededor y bucea en tu interior. El primer paso para aprender a confiar en lo que sucede consiste en convertirse en un observador atento. Mira a tu alrededor, observa las circunstancias y las personas con las que compartes tu día a día. No critiques ni juzgues, tan solo observa. Intenta reconocer la forma de ser de esas personas y comprende las circunstancias que os rodean. Inmediatamente reconocerás los sentimientos que estas generan en ti y en los demás. No los rechaces ni intentes apartarlos, tan solo déjalos fluir. Reconoce la existencia de dolor, ira, frustración o tristeza. Recuerda que en este punto no se trata de entender sino tan solo de sentir.

- Toma las riendas. No intentes culpar a nadie por lo que sucede, porque de esta forma solo estarás alimentando más sentimientos negativos. Tampoco se trata de culparte porque así solo añadirás más peso interno al que ya llevas. En vez de eso, asume la responsabilidad a partir de ese momento. El pasado ya no existe, pero puedes escribir el presente. Toma las riendas y cambia lo que te molesta. Transforma tu realidad para que puedas vivir con mayor armonía. Avanza sin cargas en la espalda y sin rencores, abierto a las nuevas experiencias de la vida.

Confía en lo que está sucediendo porque es un regalo, son perlas de sabiduría que puedes utilizar para crecer y conocerte mejor. Permite que las circunstancias se desenvuelvan ante tus ojos sin oponer resistencia. Tú solo confía…
Rincón de la Psicología ~ 10:00

Maduramos con los daños, no con los años


Envejecer es inevitable, pero ello no implica que hayamos madurado. No es el tiempo lo que nos hace cambiar nuestra perspectiva y crecer como personas sino las experiencias que hemos vivido. Porque cuando se trata del camino de la vida, a menudo lo importante no son los logros que alcanzamos, sino la persona en la que nos hemos convertido mientras tomábamos nuestras decisiones.

De hecho, durante décadas se pensó que la vejez era una etapa de pérdidas. Hoy sabemos que, al igual que el resto de las fases de nuestra vida, durante la vejez perdemos algunas habilidades pero ganamos otras. Por ejemplo, nuestra inteligencia pasa a ser cristalizada, lo cual significa que se basa más en las experiencias y habilidades que hemos adquirido a lo largo de la vida. También somos más prudentes, empáticos, comprensivos y mucho más inteligentes emocionalmente.

Sin embargo, no es el paso del tiempo quien nos hace estos dones, son las experiencias que hemos vivido, las situaciones difíciles que hemos tenido que afrontar y los conflictos que hemos resuelto. Por eso, también hay personas jóvenes que tienen una gran madurez y muestran una gran resiliencia, mientras que algunos adultos continúan teniendo un pensamiento infantilizado plagado de estereotipos.

No es el tiempo lo que nos hace comprender que debemos aprender de nuestros errores y fracasos, son los daños que hemos sufrido los que nos impulsan a renovar nuestro espíritu. Y es que salir heridos de las batallas de la vida nos enseña que hay mil causas que nos pueden hacer sufrir, pero hay mil y una razones para recomponerse y seguir adelante.

La sal de la vida


Un buen día, un maestro hindú se cansó de escuchar las quejas de su discípulo y decidió darle una lección. Le envió a buscar un puñado de sal. Cuando este regresó, le pidió que tomara un poco de sal y la echara en un vaso de agua, para luego beberla.

- ¿Que tal sabe? – le preguntó el maestro.

- ¡Está salada y amarga! - respondió el discípulo.

El maestro, con una sonrisa en el rostro, le pidió que le acompañara al lago. Le pidió que echara la misma cantidad de sal y que bebiera el agua. Así lo hizo el joven.

- ¿A qué sabe el agua? – le volvió a preguntar.

- Está muy fresca.

- ¿Te supo a sal?

- No, en absoluto.

Entonces, el maestro le dijo: "El dolor que hay en la vida es como la sal. La cantidad de dolor siempre es la misma, pero el grado de amargura que probamos dependerá del recipiente donde versemos la pena. Por tanto, cuando experimentes dolor, lo único que debes hacer es ampliar tu perspectiva sobre las cosas. Deja de ser un vaso de agua y conviértete en un lago".

El valor de los años


Los años también son valiosos, por supuesto. El paso del tiempo nos permite asumir cierta perspectiva, alejarnos de las pasiones y los sentimientos que experimentamos en su momento para valorar la situación con mayor objetividad. Con los años podemos mirar atrás y encontrar un lugar para cada cosa, dándole a cada hecho su justa dimensión.

Con los años podemos reírnos del temor que nos infundía el maestro del colegio o de la ansiedad que despertaba la perspectiva del primer beso. El tiempo no borra las experiencias, pero mitiga su impacto emocional, nos serena para que podamos mirar atrás y, de cierta forma, reescribir nuestra historia.

Sin embargo, para lograr ese cambio de perspectiva que nos haga crecer, para dejar de ser un vaso y convertirnos en un lago, es necesario estar dispuestos a cambiar, aceptar y dejar ir. El simple paso del tiempo no suele ser suficiente para olvidar un amor o perdonarse un gran error, es necesario que pongamos de nuestra parte.

El valor del dolor


El dolor, las dudas, la incertidumbre, los conflictos, las pérdidas y los errores también son grandes maestros de vida. Y son necesarios para que podamos comprender las cosas en su verdadera magnitud. Las lágrimas pueden ser saladas y escuecen en las heridas pero también tienen el poder de limpiar nuestros ojos para permitirnos ver el mundo con mayor claridad.

Solo cuando hemos sufrido podemos entender que el mundo es hermoso y que hay cosas por las que vale la pena luchar. En ese momento entendemos que el camino no es demasiado largo ni penoso si el destino vale la pena. Después de haber sufrido, comprendemos que todo es relativo y podemos ver el mundo bajo una luz nueva, dejamos de ser un pequeño vaso para convertirnos en un lago.

De hecho, las personas que no han tenido una vida fácil se han visto obligadas a recorrer los caminos más complicados que existen, los de ellas mismas. Estas personas han tenido que mirar dentro de sí, para comprender sus emociones, tomar decisiones difíciles y seguir adelante. En ese proceso, han encontrado su verdadero “yo”, han crecido.

En el miedo, han aprendido a no temer y en el dolor, han aprendido a lidiar con el sufrimiento. Esas enseñanzas son cicatrices de guerra que serán como migas de pan que les indiquen el camino la próxima vez que deban enfrentar obstáculos similares. Porque al mirar atrás, habrán aprendido la lección más valiosa de todas: nada es permanente, todo pasa.

Esto implica que, aunque no debemos buscar de forma masoquista el dolor, tampoco es necesario huir de este o intentar esconderlo porque siempre tiene una lección que enseñarnos. El dolor nos hace más humanos, más sabios y nos permite crecer.

Recuerda que siempre es tu decisión: verter el dolor en un vaso o en un lago.
Rincón de la Psicología ~ 10:00

receta - calabacin con tomate y provenzal de anchoas

Calabacin
Con el final del verano se termina la temporada óptima de dos de mis productos favoritos, el tomate y el calabacín, que aunque siguen con nosotros todo el año ha sido durante los meses estivales cuando nos han regalado su mejor sabor. Podemos despedirnos con una receta muy fácil, ligera y saludable como este calabacín al horno con tomate y provenzal de anchoas.
Se trata de preparar una sencilla salsa rápida con tomates naturales que luego se combinan con el calabacín para cocinarlo en el horno. Así queda jugoso sin necesidad de pasarlo antes por la sartén, y el toque final de sabor lo aporta una mezcla de sabores provenzales potenciados por una picada de anchoas.

Ingredientes para 2-4 personas

  • 1 cebolla, 2 dientes de ajo, 4 tomates grandes, ralladura de limón, 1/2 cucharadita de comino molido, un poco de perejil picado, 2-3 calabacines, 6 anchoas, 3 cucharadas de pan rallado (mejor casero integral), orégano, tomillo, albahaca, pimienta negra, sal y aceite de oliva virgen extra.

Cómo hacer calabacín al horno con tomate y provenzal de anchoas

Precalentar el horno a 200ºC. Pelar la cebolla y los dientes de ajo y lavar bien los calabacines y tomates. Picar la cebolla en cubos pequeños y ponerla a pochar en una sartén antiadherentecon un chorrito de aceite. Añadir una pizca de sal y cocinar a fuego lento durante unos 15-20 minutos, para que empiece a caramelizarse. Picar uno de los dientes de ajo e incorporarlo, dorándolo un par de minutos.
Cortar en cubos los tomates y agregarlos a la sartén, mezclando todo con la espátula. Salpimentar, sazonar con el comino y el perejil y dejar cocinar a fuego medio durante 10 minutos, hasta que los tomates casi se hayan deshecho. Cortar en rodajas de medio centímetro los calabacines. Cubrir el fondo de una fuente de unos 20 cm de diámetro con la mitad de la salsa de tomate.
Distribuir por encima los calabacines, solapando ligeramente las rodajas. Si la fuente es más pequeña podemos ponerlos en capas. Repartir por encima el resto de salsa de tomate, salpimentar, tapar con papel de aluminio y hornear durante 45 minutos.
Picar las anchoas ligeramente escurridas. En la misma sartén de la salsa de tomate, añadir el pan rallado con el diente de ajo restante picado, el orégano, el tomillo y la albahaca y dejar que se dore unos minutos. Añadir las anchoas y mezclar bien, salteando todo ligeramente. Sacar la fuente del horno, destapar y repartir la mezcla por encima. Gratinar en el horno unos 5-10 minutos más.
Vitonica Calabacin Pasos
Tiempo de elaboración | 90 minutos
Dificultad | Fácil

Degustación

Este plato de calabacín al horno con tomate y provenzal de anchoas se puede servir para empezar un menú más completo seguido de alguna proteína, como guarnición o como comida única más ligera, variando el tamaño de las porciones. A mí me gusta especialmente para una cena, pues es ligero pero saciante, y se puede preparar con antelación dejando el último golpe de horno para el momento de servir.

LO QUE DICE TU CASA DE TI


Mira a tu alrededor. En tu hogar, todo lo que te rodea tiene un por qué, cada cosa encierra una historia, es algo que has elegido. Ya se trate de una foto, una lámpara o un sofá, todos esos pequeños detalles desvelan quién habita en ese lugar. Básicamente, cada casa trazuma una larga historia de sentimientos, comportamientos y decisiones. Por eso, el espacio que habitamos desvela nuestra personalidad, es un fiel reflejo de nuestras vidas.

Tres secretos que desvela todo hogar sin que nos demos cuenta


1. Afianzar nuestra identidad

Utilizamos nuestro hogar para hacer declaraciones intencionadas y deliberadas sobre nosotros mismos. Toda casa es una especie de “declaración de identidad” ya que la decoramos para reflejar nuestras actitudes, metas, valores, roles sociales y prioridades en la vida. Aunque no siempre somos conscientes de ello. 

De hecho, los libros que tenemos dicen mucho sobre quiénes somos, así como las fotos que decidimos colocar a la vista o incluso el tamaño de los espejos, que hablan de nuestro nivel de vanidad. Esos detalles que colocamos en las zonas más visibles de la casa son un mensaje muy claro a las personas que nos visitan, les dicen “soy esto, esto es lo que me importa”.

2. Influir en nuestros pensamientos y sentimientos

El diseño y la disposición de los objetos, así como el color y la iluminación en los diferentes espacios de la casa, tienen el objetivo de despertar determinados pensamientos y emociones. Por ejemplo, en la sala de estar deseamos transmitir la sensación de calidez y bienvenida, mientras que en el dormitorio queremos crear un espacio más íntimo y relajante. Como nuestras prioridades y dinámicas familiares cambian, también queremos que nuestros espacios sean diferentes. 

Además, nos cercioramos de incluir detalles que despierten ciertas sensaciones y emociones, como las fotos de ese viaje inolvidable, la imagen de nuestra mascota o un regalo especial. Todas las cosas que hemos elegido, de cierta forma, despiertan emociones que nos resultan agradables y, por tanto, hablan de nuestra historia y de quiénes somos. Por ejemplo, un espacio muy iluminado desvela a una persona muy activa mientras que los espacios con luces bajas, cortinas y persianas indican que en esa casa vive una persona que prefiere la calma y la serenidad.

3. Rastrear nuestra conducta

Las razones por las cuales elegimos un sofá o una mesa no siempre son conscientes. En la mayoría de los casos no nos basamos simplemente en el color, el modelo o el precio, a veces hay algo más profundo que brota directamente desde el inconsciente. De hecho, en todas las casas se pueden encontrar pruebas de los comportamientos habituales de las personas que allí viven, rastros que desvelan quiénes somos y a los que se les denomina “comportamientos residuales”.

Puede tratarse de la forma en que organizamos los libros, una postal que se ha quedado encima de la mesa, una entrada para una obra de teatro o incluso la forma en que colocamos los rollos de papel higiénico en el armario. De hecho, un baño limpio y pulcro es sinónimo de una persona orientada al trabajo duro y amante del orden. Todos los pequeños detalles revelan qué hemos hecho en los últimos días y cuáles son nuestros hábitos.

Cinco trucos para imprimirle personalidad a tu hogar


1. Decora con tus propios detalles. Las casas de revista son muy bonitas pero les falta alma. Por eso, es importante que elijas las cosas que te hacen sentir bien, los detalles que son importantes para ti y que generan emociones agradables. Decora las estancias con cosas que aman y que te reflejen, de manera que puedas crear vibraciones positivas en cada rincón. Recuerda que no hay nada mejor que decorar con objetos que cuenten tu historia. 

2. Haz que los materiales generen emociones. Un secreto para no caer en una decoración aburrida consiste en combinar adecuadamente los materiales. Atrévete a jugar con las texturas y prueba todo lo que te haga sentir bien, desde la madera para dar sensación de calidez hasta el lino y el algodón para los textiles o la piedra para dar la sensación de limpieza en el baño y la cocina. Recuerda que el tacto es uno de los sentidos más descuidados pero puede transmitir un gran confort a nivel físico.

3. Jamás descuides la iluminación. Uno de los aspectos olvidados en la decoración suelen ser las luces. Sin embargo, la iluminación es clave para aportar sensación de calor y de hogar. Si tu casa es tu refugio después de un día de trabajo, lo ideal es que te deshagas de las luces blancas en el techo que dan la sensación de frialdad y que apuestes por lámparas indirectas de tonos cálidos. No temas a las velas, si te gustan, son perfectas para crear intimidad y propiciar la relajación.

4. Elige un aroma. En los últimos años los aromas se han rescatado del baúl de los recuerdos. De hecho, incluso se están utilizando como una herramienta de neuromarketing. La razón es muy sencilla: los aromas llegan directamente a nuestro cerebro emocional y despiertan fuertes sensaciones, sobre todo cuando se asocian con recuerdos del pasado. Por eso, es importante que elijas un aroma para tu casa, que te represente y te gusta. Compra aromatizantes, aceites, velas y aerosoles con el mismo aroma. Será una seña de identidad que todos los visitantes notarán inmediatamente. Y es que no hay nada más agradable que entrar a una casa y que te acoja un aroma fresco.

5. Crea un rincón privado. Puede ser una habitación, una terraza o un pequeño rincón en el salón. El tamaño no importa, lo que realmente cuenta es que sea un espacio completamente tuyo, que te haga sentir a gusto. Coloca objetos con los que te identifiques y que te resulten inspiradores. Ese espacio debe transmitir la sensación de comodidad, relax y seguridad. Es el espacio en el que piensas cuando el estrés te asalta, ese espacio en el que escuchas la canción que más te gusta, lees un libro o tomas el té.

¿Una casa que te refleje o te complemente?


A la hora de decorar nuestro hogar, solemos dejarnos llevar por nuestros gustos, de manera que nuestra casa termina siendo un reflejo de nuestra personalidad. Sin embargo, un hogar no solo debe reflejarnos, también debe complementarnos. Es decir, no basta con que te identifiques con el espacio que has creado, también debes sentirte a gusto. Hay casas que roban energía, solo porque no nos sentimos cómodos y tenemos objetos que despiertan de alguna forma emociones negativas.

Por eso, se recomienda que a la hora de elegir los colores, muebles y adornos, no te dejes llevar únicamente por lo que te gusta sino que también tengas en cuenta lo que necesitas. Por ejemplo, una persona eficiente y ordenada optará por un estilo minimalista en el que prevalecerán los colores fríos, mientras que una persona con una actitud vivaz y alegre hará todo lo posible por llenar cualquier espacio y pintará las paredes con colores vibrantes. 

El secreto está en lograr un equilibrio, de manera que tu casa no solo te refleje sino que también te complemente, aportándote el equilibrio emocional que necesitas. De esta forma, si eres una persona impulsiva y ansiosa, deberías elegir colores como el azul y el verde, que transmiten paz y serenidad. Si te cuesta concentrarte, no deberías sobrecargar demasiado los espacios y si tienes una tendencia a la introversión, deberías apostar por toques de colores como el naranja, el rojo y el amarillo para que obtengas una dosis extra de energía.

Se trata de contar tu historia a través de tu hogar pero, al mismo tiempo, cerciorarte de que esa historia no te impida seguir adelante.

15 Maneras De Mantenerse Positivo Ante Situaciones Difíciles

Antes de ver estas 15 maneras de mantenerse positivo ante situaciones difíciles, me gustaría que vieras los consejos que nos da el gran David Cantone acerca de cómo ser más positivo.

Si eres una persona negativa o magnificas problemas, te recomiendo que veas los consejos que David Cantone nos da al respecto:

1) No tomarse las cosas personales.

Al no entender el comportamiento de alguien, es mejor no pensar que lo que hizo tiene totalmente que ver con nosotros, podemos ver la situación de otras maneras, por ejemplo en vez de pensar que un amigo no volvió a llamarnos porque nos esta ignorando, podemos considerar la posibilidad de que ha estado muy ocupado.
Cuando evitamos la personalización de los comportamientos de otras personas, podemos percibir sus expresiones de manera más objetiva, es decir, las personas hacen lo que hacen por más que por nosotros.

2) Evitar las noticias demasiado amarillistas.

Rodearse constantemente de la negatividad de los medios de comunicación, puede ser muy nocivo,podemos estar al tanto de las noticias, pero no tenemos que darle acceso a la información negativa a nuestro cerebro.

3) Reducir el miedo al rechazo.

Una manera efectiva de manejar el miedo al rechazo es proporcionarte a ti mismo múltiples opciones en situaciones importantes, por lo que no importa lo que pase, tienes alternativas en el futuro. Para esto podemos siempre tener un plan B y C viables por si el plan A no funciona como esperamos y así no ponemos todo nuestro esfuerzo emocional en una sola opción, por ejemplo al buscar empleo, es importante tener mas de una opción y aprender a darnos cuenta que todas pueden ser atractivas aunque haya una que nos interese mas.

4) Enfocarse en un tema positivo.

En los momentos en los que nos sintamos desanimados o faltos de motivación, podemos pensar en algo tema que nos haga sentir bien, en vez de gastar nuestra energía en enfocarnos en situaciones que nos bajan el ánimo.

5) Aprender a mantener la calma y manejar el estrés.

Cuando estamos bajo presión, tenemos que aprender a desarrollar estrategias para mantener la calma y no saturarnos con el estrés. Un consejo al sentirnos nerviosos o ansiosos, es ponernos agua fría en la cara y conseguir un poco de aire fresco, enfriar la temperatura puede ayudar a reducir nuestro nivel de ansiedad.

6) Buscar lo bueno en los demás.

Siempre habrá personas con las que te cueste trabajo convivir, pero a veces tendrás que hacerlo, pues por circunstancias de la vida no siempre se puede escoger a quien tendrás cerca, por eso, es recomendable, enfocarte en las cualidades de las personas en vez de en sus defectos.

7) Aprender a ser asertivos.

Esto es importante por que nos ayuda expresar emociones difíciles cuando sea necesario, es importante saber establecer nuestros límites a los demás y nuestras prioridades, también hay que ejercer nuestro derecho a estar en desacuerdo, pero todo esto hay que hacerlo mientras estemos calmados, con respeto, honestidad y claridad. Un consejo es empezar explicándole a la otra persona como nos sentimos en determinada situación, sin culparla o reprocharle nada, simplemente hablarle de nuestros sentimientos.

8) Notar nuestra ira.

La ira puede ser un impulso positivo si se enfoca correctamente, es un impulso para luchar y cambiar de una posición a otra, podemos aprender a usar estos impulsos de manera constructiva, así con estos impulsos de ira y creatividad, podemos motivarnos para cambiar las situaciones con las que no estemos por otras mejores.

9) Aprender sobre los químicos naturales del cerebro.

Hay substancias químicas que generamos de manera natural, que nos ayudan a sentirnos bien, lo cual muchas veces interpretamos como felicidad, estas substancias son la dopamina, la serotonina, la oxitocina y las endorfinas entro otras, es importante aprender también sobre como estimularlas de manera natural.

10) No rendirse.

Intenta entender por que te sientes de la manera como te sientes y después haz algo al respecto, piensa que siempre hay una solución que es mejor que rendirse y tirar la toalla, busca siempre alguna alternativa antes de renunciar a luchar por la meta a alcanzar.

11) Aprender a pedir ayuda.

En caso de darte cuenta que no puedes pasar solo por determinada situación, apóyate de las personas a las que tienes cerca que se preocupan por ti, acepta que no tienen nada de malo pedir ayuda y que a veces con un pequeño empujón de alguien mas todo puede salir mejor, pero para esto hay que saber hablar con los demás y pedirles la ayuda, pues estos no lo adivinaran.

12) Hacer ejercicio con regularidad, comer y dormir bien.

Esto puede resultar muy obvio, pero a veces nos olvidamos de estos hábitos sanos, el impacto de llevarlos a cabo es muy notorio, estos nos ayudan a pensar con mayor claridad, tener mas energía y pensar con mayor optimismo.

13) Gratitud.

Recuerda estar agradecido por los logros que has tenido y aprende a expresar ese agradecimiento, Incluso en las peores situaciones, la mayoría de nosotros nos damos cuenta de que todavía tenemos cosas en nuestras vidas por las que estar agradecidos. Expresarlo con nuestros amigos más cercanos o familiares es de gran importancia, otra opción puede ser mantener un diario en donde externemos nuestros sentimientos de gratitud.

14) Aprender a tomar las críticas de un modo sano.

No te sientas agredido si alguien te da su opinión sobre algo que tenga que ver con tu personalidad o con alguna conducta tuya.

15) Celebrar las metas.

Una vez que tengamos claros nuestros objetivos, es importante reconocernos cada paso satisfactorio que nos acerque a estos y disfrutar todos estos pequeños logros que nos motivan a seguir caminando hacia nuestras metas.

UN INVESTIGADOR ESPAÑOL "CREO HABER ENCONTRADO LA ATLANTIDA"


Publicado: 9 sep 2015 18:26 GMT | Última actualización: 9 sep 2015 18:54 GMT

El investigador Manuel Cuevas, oriundo de la ciudad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, ha comunicado a la Junta de Andalucía lo que considera el hallazgo de una gran ciudad antigua que se encontraría sepultada en la zona del pinar de La Algaida, junto a la desembocadura del Guadalquivir y en las inmediaciones de Doñana, informa la agencia EFE.
"Creo en un 99% que he encontrado la Atlántida", ha declarado Cuevas, informa La Voz Digital. El descubrimiento ha sido realizado a partir de fotografías tomadas por satélite a 700 kilómetros de altitud, posteriormente aumentadas y tratadas. Según el investigador, las imágenes evidencian "la existencia de diversas estructuras realizadas por el hombre y que formarían parte de una gran ciudad antigua". 
Concretamente, Cuevas ha aportado a la Junta las coordenadas de lo que ha interpretado como cuatro grandes edificios (uno de ellos llegaría a medir 360 por 180 metros) y una gran ciudad que tendría una extensión de 8 kilómetros cuadrados, todo ello de no menos de 2.500 años de antigüedad.

El investigador, "empresario y autodidacta de 52 años", según Cádiz Directo, afirma que la conservación de la mítica ciudad tartésica perdida se debería a haber sido sepultada repentinamente tras haber sufrido una gran inundación de agua y sedimentos. "Curiosamente en ese mismo punto es donde el arqueólogo alemán Adolf Schulten situó la perdida ciudad de Tartessos, distante seis kilómetros de La Algaida, la otra orilla del río Guadalquivir", señala el medio.
Cuevas ha pedido a la Consejería de Cultura efectuar un estudio de tomografía eléctrica con el fin de determinar a qué profundidad se hallan los muros que están más próximos a la superficie y poder realizar posteriormente una excavación. Ahora, se encuentra trabajando en un proyecto de investigación más amplio que debe ser avalado por una universidad andaluza. Ramón Corzo, catedrático de Arqueología de la Universidad de Sevilla, opina que la información proporcionada por Cuevas tendría que comprobarse.

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Aceptar y soltar


Aceptar y soltar
Pueden presentarse situaciones en nuestra vida que no nos gustan nada y que no podemos cambiar. Estas situaciones pueden convertirse en inmensos obstáculos, pueden inmovilizarnos y convertirse en nuestra razón de “no ser“.
Pero las mismas situaciones difíciles también nos pueden enseñar cosas muy valiosas. Para eso hay que aprender a mirar los problemas con otra percepción, más abierta y sin juzgar tanto y enfocándose sobre todo en el momento presente.
A veces no se puede cambiar nada, pero la nueva mirada nos permitirá aceptar la situación tal como es. Y con eso la situación ha dejado de ser un problema. La aceptación nos permitirá soltar el problema y seguir con nuestra vida… tal como ocurre en el cuento sobre “El camello atado”.
 

El camello atado – cuento Sufi

Una larga caravana de camellos avanzaba por el desierto hasta que llegó a un oasis y los hombres decidieron pasar allí la noche.
Conductores y camellos estaban cansados y con ganas de dormir, pero cuando llegó el momento de atar a los animales, se dieron cuenta de que faltaba un poste. Todos los camellos estaban debidamente estacados excepto uno. Nadie quería pasar la noche en vela vigilando al animal pero, a la vez, tampoco querían perder el camello. Después de mucho pensar, uno de los hombres tuvo una buena idea.
Fue hasta el camello, cogió las riendas y realizó todos los movimientos como si atara el animal a un poste imaginario. Después, el camello se sentó, convencido de que estaba fuertemente sujeto y todos se fueron a descansar.
A la mañana siguiente, desataron a los camellos y los prepararon para continuar el viaje. Había un camello, sin embargo, que no quería ponerse en pie. Los conductores tiraron de el, pero el animal no quería moverse.
Finalmente, uno de los hombres entendió el porqué de la obstinación del camello. Se puso de pie delante del poste de amarre imaginario y realizó todos los movimientos con que normalmente desataba la cuerda para soltar al animal. Inmediatamente después, el camello se puso en pie sin la menor vacilación, creyendo que ya estaba libre.

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El primer paso no te lleva a donde quieres ir, pero te saca de donde estás

Por Jennifer Delgado

Dar el primer paso es complicado. A veces incluso aterrador. Porque implica tomar una decisión, implica dejar algunas cosas sepultadas en el pasado para movernos hacia el futuro. Y esa sensación puede generar tanto miedo que da vértigo. Por eso muchas personas permanecen atascadas durante años en una situación que las está matando poco a poco, causándoles un sufrimiento indecible, solo porque no se atreven a dar ese paso.

Hay de todo: parejas que no se atreven a romper aunque la magia desapareció hace mucho tiempo, hijos que no se atreven a volar y perseguir sus sueños porque sus padres les manipulan, personas que serán eternos empleados porque no tienen el coraje de emprender sus propios proyectos a pesar de que son brillantes, gente que no se atreve a cambiar vida por miedo al qué dirán aunque se sienten profundamente insatisfechas…

¿Por qué nos da tanto miedo dar el primer paso?


En nuestra mente, asociamos el primer paso a una ruptura definitiva. Es como si emprendiéramos un camino que no tiene marcha atrás. Y eso asusta, sobre todo porque en nuestro pasado es donde se encuentran las certezas y las fuentes de seguridad mientras que el futuro representa lo incierto y desconocido.

Dado que nuestro cerebro suele pensar en términos de “todo o nada”, "blanco o negro", asocia ese primer paso con lanzarse al vacío sin paracaídas. Sin embargo, lo cierto es que ese paso no nos llevará a donde queremos ir, tan solo nos permite salir de una situación que nos está causando daño y es fuente de insatisfacción. 

De hecho, cuando estamos inmersos en una situación que nos hace sufrir y afecta nuestro equilibrio emocional, lo más importante no es la dirección que tomemos, eso lo podemos decidir más tarde, sino tan solo apartarnos de ese lugar o persona que nos hace tan infelices.

Cuando te mueres un poco cada día en un lugar, cuando una persona te roba la energía y las ganas de vivir, simplemente debes alejarte. El rumbo lo descubrirás después, sobre todo si conectas con tu “yo” y escuchas lo que desea decirte.

¿Cómo dar el primer paso con pie firme?


1. Asume que es solo un paso, no un camino andado. Es cierto que el primer paso implica que ya hemos tomado una decisión, la decisión de alejarnos de donde estamos, pero eso no significa que no podamos cambiar el rumbo si creemos que es necesario. Cada paso que damos nos abre nuevos senderos por explorar, pero no es un camino en un solo sentido, podemos volver sobre nuestros pasos si así aprendemos o podemos detenernos a descansar cuando necesitemos reponer fuerzas. El camino lo haces tú.

2. Reconoce lo que sucede a tu alrededor. Es importante que seas consciente de tus circunstancias. Aprende a mirar a tu alrededor desde una postura desapegada, solo así podrás comprender qué es lo que está sucediendo realmente. Así te darás cuenta de que la forma de ser de algunas personas a las que estás atado no es compatible con la tuya y que las circunstancias que habéis creado son dañinas. En ese momento en que eres plenamente consciente del dolor o daño que te estás causando, dentro de ti se activa un resorte que te impulsa a reaccionar y sacudirte de la inercia.

3. Practica la escucha interna. Conecta con tu “yo” interior, ese que te está diciendo que donde estás ahora mismo, no es el sitio más indicado para ti. Escucha tus necesidades más íntimas para que descubras lo que está sucediendo realmente dentro de ti. De hecho, muchas personas que están atrapadas en una situación difícil, se han desconectado de su “yo”, han roto esa conexión como un mecanismo de defensa para sufrir menos, pero es precisamente ese “yo” la fuente de la fuerza que necesitas para dar el primer paso. Un principio taoísta indica: “Aprende a confiar en lo que está ocurriendo. Si hay silencio, deja que aumente, algo surgirá. Si hay tormenta, deja que ruja, se calmará”.

5. Asume la responsabilidad, libérate de las culpas. Cuando somos plenamente conscientes de lo que nos ocurre y comprendemos cuáles son nuestras verdaderas necesidades, es normal que comencemos a experimentar un sentimiento de rabia y resentimiento. Nos preguntamos cómo pudimos caer en esa situación y ser rehenes de ella tanto tiempo. Sin embargo, culpar a los demás no sirve de nada porque quedarás cautivo de las emociones negativas. Lo importante es que asumas tu responsabilidad a partir de ese momento y comprendas que ha llegado el momento de dar ese paso, de transformar conscientemente tu realidad.

6. Avanza dejando atrás las actitudes defensivas. Imagina que estás en medio de una tormenta, tu primer impulso será aferrarte a algo y mantenerte firme. Sin embargo, recuerda que es la rama más flexible la que soporta mejor los fuertes vientos, mientras que las ramas más firmes son arrancadas de cuajo. Las actitudes defensivas implican estar anclados, te impedirán seguir el camino que realmente te haga crecer como persona. Si decides dar el primer paso, para alejarte de una situación que no te satisface o que incluso te daña, cerciórate de no llevar contigo resentimientos porque, de lo contrario, es probable que vuelvas a caer en una situación similar.

Por último, ten siempre en mente la enseñanza de Confuccio: “no importa cuán despacio vas, si nunca te detienes”. El primer paso es solo el comienzo, pero si no lo das, te quedarás atrapado.