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La infanta Elena tras sus lágrimas en el Congreso:

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Muestras de cariño, miradas emocionadas, abrazos, besos lanzados al vuelo y caricias se fueron colando a lo largo de la ceremonia de proclamación de Felipe VI entre todos los miembros de la Familia Real, que ha vivido emocionada esta jornada y que ha resumido así la infanta Elena: "Como para no emocionarme".

La corta edad de la Princesa de Asturias y de la infanta Sofía, las dos hijas del nuevo rey, ha hecho que este acto sea el más cercano y emotivo de cuantos han reunido a los miembros de la Familia Real. Las constantes muestras de cariño de los Reyes hacia sus hijas, la mirada que éstas desviaban continuamente hacia su abuela, la reina Sofía, o la emoción demostrada por la infanta Elena marcaron una jornada que comenzaba con el beso que Felipe VI ha dado a todos los familiares que le han acompañado en la ceremonia de imposición del fajín de capitán general de las Fuerzas Armadas.

Empezando por el cariño con el que don Felipe ayudó a su padre, el rey Juan Carlos, a colocarle el fajín o la emoción con la que, a continuación, le abrazó. Fue la despedida de don Juan Carlos, su último gesto para el Heredero, en presencia de la que ha sido Reina de España los últimos 39 años, doña Sofía, y de su hija mayor, la infanta Elena. Por supuesto, también doña Letizia y sus hijas, las primeras a las que Felipe VI besó antes de recibir un cariñoso abrazo de su madre, su ya emocionada hermana y su sobrino mayor, Froilán.
Reina y madre

Doña Letizia prodigó muestras de cariño hacia sus hijas desde el momento en el que subían al coche para abandonar el Palacio de la Zarzuela. Fue ella la que las subió al vehículo, algo que también hizo cuando la comitiva real dejó el Congreso para iniciar su recorrido por el centro de Madrid. Ya en el Rolls Royce, la Reina acarició la cara de su esposo, un nuevo gesto de cariño hacia el que es desde este jueves Rey de España.
Los Reyes de España en el vehículo oficial (EFE)Los Reyes de España en el vehículo oficial (EFE)
Doña Sofía y la infanta Elena han confesaron la emoción con la que vivieron el acto solemne celebrado en el Congreso. "Como para no emocionarme",confesó la hermana del Rey. No es para menos. La llegada de la reina Sofía fue acogida por un caluroso aplauso por los parlamentarios, don Felipe le dirigió un reconocimiento expreso, al que ella respondió lanzándole un beso, y sintió el apoyo popular hacia su hijo.

Letizia acariciando a su hija en el Congreso (EFE)Letizia acariciando a su hija en el Congreso (EFE)Tras agradecer la labor de su padre y provocar también el aplauso de los asistentes, Felipe VI hizo lo mismo con su madre, de la que destacó "toda una vida de trabajo impecable al servicio de los españoles". Don Felipe se dirigió a su madre con una leve sonrisa y una cariñosa mirada para subrayar que "su dedicación y lealtad al rey Juan Carlos, su dignidad y sentido de la responsabilidad son un ejemplo que merece un emocionado tributo de gratitud". "Juntos, los reyes Juan Carlos y Sofía, desde hace más de 50 años, se han entregado a España. Espero que podamos seguir contando muchos años con su apoyo, su experiencia y su cariño", ha dicho el Rey.
Aún en el Congreso, el toque en el brazo que la Princesa de Asturias dio a su hermana pequeña para que no aplaudiera mientras hablaba el Rey; toda una demostración infantil de responsabilidad y afecto fraternal. O el beso que Felipe VI dio a su esposa instantes después de ser proclamado rey. Un beso que repitieron en el balcón central del Palacio de Oriente al que se asomaron junto a sus hijas y los reyes Juan Carlos y Sofía para saludar al pueblo español. La Familia Real, unida al comienzo de un nuevo reinado.
Los Reyes besándose en el balcón del palacio (Gtres)Los Reyes besándose en el balcón del palacio (Gtres)

El dardo de Andrew Morton a Letizia horas antes de la proclamación

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La recién proclamada Reina vuelve a ser víctima de las palabras de Andrew Morton. Con motivo de su llegada al trono, el escritor ha querido hacer un perfil de Letizia Ortiz Rocasolano de la que ya habló en su libroLadies of Spain, aunque por entonces la Reina y las Infantas también fueron blanco de sus críticas. En esta ocasión Morton ha escrito un extenso artículo para el periódico británico The Times en el que recoge la vida de la periodista que un día llegó a reinar.
Bajo el título “Su familia odiaba al rey, pero el jueves ella será reina”, el inglés hace un repaso por ese pasado que a Casa Real le hubiera gustado mantener oculto. “Cada Nochebuena la familia de Letizia veía el mensaje navideño del Rey entre abucheos”, dice Morton para empezar el relato de la vida de Letizia que explicaría ese pasado republicano al que tantas veces la prensa ha hecho referencia.
Desde que el día del anuncio de su compromiso usó aquel “déjame terminar” para interrumpir al Príncipe, Letizia siempre se ha caracterizado por tener una gran personalidad y estar muy segura de sí misma. Precisamente así lo recoge Morton gracias a las declaraciones de algunos familiares de Letizia que prefieren no ser identificados: “Al ser la mayor de las hermanas era mandona y ocasionalmente maliciosa. Desde muy temprana edad la personalidad obsesiva de Letizia era evidente para todos los que la conocían”. También los que fueron sus profesores en el colegio comparten esa percepción y así lo hacían constar en los boletines de notas de la estudiante Letizia asegurando que era muy perfeccionista, meticulosa y muy expresiva. “Era tan obsesiva que cada noche sus zapatillas debían estar exactamente en el mismo sitio, junto a su cama, antes de irse a dormir”, apostilla uno de sus familiares.
Los Príncipes y las infantas (Gtres)Los Príncipes y las infantas (Gtres)
Cambios en sus hábitos alimenticios
Uno de los capítulos más controvertidos de la vida de Letizia coincide con su traslado a Madrid a sus 16 años. Un pariente que vivía con la joven en aquella época narra que desde que llegó a la capital se manifestaron en ella algunos hábitos en su alimentación: “Letizia era muy flaca en su adolescencia y muy exigente con lo que comía. Estaba obsesionada con su apariencia y se negaba a comer cualquier cosa que pudiera engordar por muy remota que fuese la posibilidad”.
Pero sin duda lo que marcó a la joven estudiante del Ramiro de Maeztu en aquellos días fue conocer al profesor Alonso Guerrero. Con él inició una relación que mantuvo en secreto, aunque él le acompañaba a casa después de salir de clase. Para ella Alonso era un hombre intelectual, un hombre de mundo.
Después empezó la carrera en la Universidad Complutense de Madrid y enseguida quiso empezar a trabajar en varios medios que vieron en ella muchas cualidades. Letizia estaba dispuesta a cubrir cualquier historia, no importaba lo horrible que fuera con tal de ganar experiencia y destacar. Sin embargo, los deseos por conocer mundo y ampliar su experiencia la llevaron a México, donde, según el inglés, conoció al cantante Fernando Olivera que fue su amante aunque le llevaba 13 años.
A su vuelta y tras superar el duro varapalo del divorcio de sus padres, Letizia se casó con Alonso Guerrero el 6 de agosto de 1998 para sólo un año después separarse. “Ahora puedo descansar”, dice Andrew Morton que dijo Alonso cuando Letizia tomó la decisión. Ese cansancio no era más que el fruto de la personalidad inquieta y el perfeccionismo de la periodista.
Etapa de éxito
Tras su ruptura con Guerrero empezó la etapa que la llevaría al éxito. Empezó a trabajar para CNN+ y TVE donde alcanzó la gloria al cubrir las elecciones presidenciales de Estados Unidos y el 11S. Pero la cadena pública no sólo le llevó al éxito profesional, también al personal. Gracias a su trabajo coincidió –por segunda vez– con el príncipe Felipe en la catástrofe del Prestige. Ya habían coincidido en una cena organizada por un amigo común pero el accidente del petrolero les unió para siempre.
Desde entonces los encuentros entre ambos empezaron a ser cada vez más constantes. No pasó mucho tiempo hasta que el heredero decidió contar a los Reyes que Letizia era el amor de su vida. Fue durante una cena en Zarzuela en la que Felipe argumentó por qué una periodista de televisión, plebeya, divorciada y con familia republicana debía llegar a ser reina de España.El príncipe era muy consciente de lo importante que era que el Rey aprobase ese matrimonio pero eso no le hizo titubear y se sentó a la mesa con la amenaza implícita de que si su padre y el Parlamento no aprobaban su elección renunciaría a su derecho al trono.
Entonces a todos les vino a la mente la última vez que Felipe se había encontrado en una situación similar. La primera vez fue con Isabel Sartorius que aunque pertenecía a la aristocracia las adicciones de su madre frustraron los deseos de la pareja, señala Morton en su artículo. Después sería con Eva Sannum, cuya profesión sentenció la relación que mantenía con el Príncipe.
Letizia (Gtres)Letizia (Gtres)Curiosamente, poco después serían muchos los que dirían que el pasado de Eva Sannum no tenía nada que ver con el de Letizia. La modelo “era la Virgen María a su lado”, dijo el Rey en compañía de los miembros de la seguridad de Casa Real cuando éstos le entregaron el dossier que habían elaborado sobre la futura reina cuando las citas con Felipe eran cada vez más constantes, destaca el escritor en el The Times.
Dice Morton que el Rey se sintió defraudado con Felipe. “Lo único que éste tenía que hacer por la monarquía era casarse con una mujer que no tuviera pasado y ella lo tenía”. Aunque fueron muchos los que desaconsejaron la opción que había tomado el heredero, él siempre decía que quería casarse por amor y no por deber como había hecho su padre.
Con la forzosa aprobación de don Juan Carlos, a la relación de Felipe y Letizia le quedaba aún un escollo más por superar: la Iglesia. La pareja tuvo que reunirse una mañana con el arzobispo Antonio María Rouco Varela, que se mostraba reticente a unir en matrimonio al Príncipe con una mujer que se había declarado atea. Entonces el cardenal le preguntó a Letizia “Por qué es ahora importante para usted casarse por la Iglesia católica?”. A lo que ella respondió: “Porque cuando conocí a Felipe vi la luz de la fe”, cuenta Morton en The Times.

RECEPCIÓN EN EL PALACIO REAL

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3.000 invitados repartidos en los salones del Palacio Real festejaron la proclamación de Felipe VI como nuevo Rey de España. Se congregó allí la llamada sociedad civil, esto es, el mundo empresarial, cultural, deportivo y social. Muchos de ellos, que previamente habían quedado vía móvil, no tuvieron oportunidad de saludarse antes del acto institucional y sí una vez que pasaron por el besamanos. Doña Sofía, Don Juan Carlos, la Infanta Elena y su hijo Froilán pronto pusieron rumbo al palacio de La Zarzueladonde esperaba una triste y acongojada infanta Cristina.
Antes del multitudinario saludo, y dado el mucho calor reinante en las salas de palacio, del que algunos se quejaban, se decidió servir un aperitivo a base de canapés variados, agua y refrescos para que los invitados mantuvieran el tipo. Estaban citados a las nueve de la mañana y los primeros saludos se iniciaron pasada la una y media de la tarde.
Los Reyes esperando a sus 3.000 invitados (Gtres)Los Reyes esperando a sus 3.000 invitados (Gtres)
El cava y los vinos llegarían más tarde en el cóctel propiamente dicho.Variados de cazuelitas calientes, risotto, gambas, albóndigas, tacos de merluza y hasta un cortador de jamón, que fue lo más aplaudido entre los asistentes hambrientos. Todo bañado en cava ­­–guiño a Cataluña–, vinos blancos y tintos. Era la primera vez que se cambiaba el catering habitual en las convocatorias de Casa Real. La firma Mallorca, con larga tradición como empresa de restauración en Madrid, fue la elegida por la reina Letizia. Ya cuando era universitaria solía visitar el establecimiento de la calle Velázquez. Y después, con los años, el local de Pozuelo, que es lugar de encuentro de la hoy reina con otras madres del colegio cuando quedan para merendar con sus niñas.
Las damas, de corto
Esta vez los invitados con chofer tuvieron menos suerte que los que conducían sus propios coches, que con la consiguiente acreditación podían aparcar en la plaza de la Armería, junto a la entrada principal. Los otros en el Campo del Moro, después de dejar a sus dueños en la calle Bailén. "¡Viva la clase media!”, dijo un columnista de renombre invitado a palacio refiriéndose a ese cambio estructural.
Esther Koplowitz, Valls-Taberner, Mariló Montero, Paloma Cuevas y Ana Duato (Gtres)Esther Koplowitz, Valls-Taberner, Mariló Montero, Paloma Cuevas y Ana Duato (Gtres)
Otra de las diferencias con respecto a otras recepciones reales era el trabajo de ubicación de los 3.000 asistentes por parte de los bedeles que se encargaban de controlar la llegada de los invitados, una vez que habían saludado a los reyes. Cuando se llenaba una sala, se pasaba a la siguiente y de ahí que hubiera poca mezcla entre los diversos sectores sociales. Algunos como Luis Alfonso de Borbón y su mujer Margarita Vargas se movieron muy poco y compartieron charla con los habituales de su círculo vip. Paloma Cuevas y su marido Enrique se marcharon, por su parte, en cuanto saludaron a los nuevos reyes porque él toreaba esa tarde en Toledo.
Carla Royo-Villanova en el besamanos (Gtres)Carla Royo-Villanova en el besamanos (Gtres)
La mayoría de las invitadas iban de corto salvo Esther Alcocer Koplowitz  y Carla Royo-Villanova. Primaron las faldas o vestidos. Poco Pantalón. Entre los empresarios destacó la presencia de las hermanas Koplowitz, Alicia de verde y Esther de azul; Cristina Valls-Taberner, que un mes después de convertirse en madre lució tipazo con un vestido rosa chicle; la presidenta del Club Siglo XXI, Paloma Segrelles, junto a su marido y su hija; y el presidente del Real Madrid Florentino Pérez, que se pasó por el besamanos con Isabel Preysler como acompañante. También acudieron a la cita representantes del mundo del espectáculo como la actriz Ana Duato y los cantantes Alejandro Sanz y David Bisbal, así como los toreros José María Manzanares, Julián López ‘El Juli’ y el citado Enrique Ponce, que se presentaron respaldados por sus respectivas mujeres: Rocío Escalona, Rosario Domecq y Paloma Cuevas. 
La familia de la Reina
Un desfile interminable que los nuevos reyes aguantaron a pie de pista. La Princesa de Asturias, Leonor, y la infanta Sofía ya se habían marchado. Los familiares directos de ambos fueron los únicos que, por motivos obvios, no pasaron por el besamanos. Así, la abuela Menchu, Jesús Ortiz, Paloma Rocasolano, Telma y el abuelo Francisco permanecieron alejados de las miradas del resto de invitados en uno de los salones.
El abuelo de la Reina Letizia descansando en una silla (Vanitatis)El abuelo de la Reina Letizia descansando en una silla (Vanitatis)

Albóndigas Caseras (Receta de Aprovechamiento)

Cocinando con las chachas


Albóndigas Caseras (Receta de Aprovechamiento)
Posted: 19 Jun 2014 11:50 AM PDT
En casa tenemos un lema: la comida no se tira, y lo intentamos aprovechar todo, y un plato que se presta mucho a esto es el cocido.
Nuestra mamá pone el cocido en una olla maxi grande, y ese día lo comemos con calabazas y habichuelas, que es como le llamamos aquí en Andalucía a las judías verdes.
Antes de añadirle las verduras nuestra madre saca el caldo, que  lo comemos como sopa con fideos o sopa de picadillo (con jamón, huevos y pan frito), o le echamos arroz con un tomate y un pimiento.
No sabemos cuál de las versiones nos gusta más.


Los garbanzos sobrantes para las espinacas, y la pringá (las carnes y el tocino del cocido) para hacer croquetas o tortillas de carne, de las que ya os iremos poniendo las recetas.
La pringá (las carnes del cocido) de casa lleva un jarrete de cerdo, una pechuga de pollo, tocino fresco y, a veces, una morcilla.
Las albóndigas con la pringá quedan muy jugosas y a todos nos encantan.

Ingredientes:
  • Jarrete de cerdo y pollo sobrante de la pringá
  • 1/2 kilo de carne picada
  • 1 huevo
  • 1 limón
  • Pan rallado
  • Ajo y perejil picado
  • 1 cebolleta
  • 1 zanahoria
  • 1 vaso de vino blanco
  • Nuez moscada
  • Aceite de oliva virgen
  • Agua
  • Laurel
  • Pimienta negra y sal

Necesitaremos:
Un bol, una sartén y una olla.

Elaboración: 
Picamos las carnes sobrantes de la "pringá". Las ponemos en el bol junto con la carne picada, el ajo y el perejil y una cebolleta, todo muy bien picado.
Después añadimos el huevo, el zumo de medio limón, las especias (pimientanegra y nuez moscada) y una pizca de sal.
Vamos añadiendo el pan rallado poco a poco, mientras mezclamos. Añadir el pan que admita para formar una masa compacta pero no demasiado seca.
A continuación vamos formando las albóndigas del tamaño que más os gusten y las pasamos por harina y a la sartén a freír con el aceite de oliva caliente. Reservamos.
En la olla añadimos un poco del aceite de haber frito las albóndigas y cuando este caliente añadimos la cebolla y la zanahoria. Refreímos un poco.
Añadimos las albóndigas reservadas, un vaso de vino blanco, 2 hojitas de laurel, 1 pastilla de avecrem y cubrimos con agua. Salpimentamos al gusto.
Dejamos cocinar hasta que se forme una salsita y listo.

Trucos consejos y variantes:
- Puedes sustituir la carne de pringá por más carne picada.
- La carne picada puede ser de pavo o  pollo, o mezcla de ambas, así las albóndigas te saldrán más ligeras.
- Acompáñalas de unas patatas fritas, arroz en blanco o patatas cocidas, y las tendrás de plato único.