Posted: 21 Jun 2018 05:25 PM PDT
Un hombre, agobiado por la difícil situación en la que vivía, acudió a un rabino para pedirle consejo.
– Rabino, mi casa es muy pequeña. Vivo con mi mujer, mis hijos y mis suegros en una habitación, por lo que nos estorbamos unos a otros. Nos pasamos el día gritándonos. No sé qué hacer – le dijo con tono desesperado.
El rabino le preguntó si tenía una vaca. El hombre le respondió que sí, por lo que le aconsejó que la metiera también dentro de la casa.
El hombre se quedó perplejo con el consejo del rabino pero lo siguió al pie de la letra, por lo que una semana más tarde regresó quejándose de que la convivencia era mucho más desagradable que antes.
– Mete también en casa a tus dos cabras - le aconsejó el rabino.
Una vez más, el hombre siguió el consejo, pero volvió de nuevo explicando que la situación había empeorado.
El rabino le preguntó qué otros animales tenía. Cuando el hombre le respondió que sólo tenía un perro y algunas gallinas, el rabino le dijo que los metiera también en casa y volviera a la semana siguiente.
Desconcertado, el hombre regresó a su casa y siguió el consejo del rabino pero esta vez, cuando volvió, estaba fuera de sí.
– ¡Esto es insoportable! Tengo que hacer algo o me volveré loco. ¡Por favor, ayúdeme!
– Escucha con atención: coge la vaca y llévala al establo, saca las cabras al corral, deja al perro fuera de casa y devuelve las gallinas al gallinero. Y dentro de unos días ven de nuevo a verme. Cuando volvió, el hombre estaba eufórico.
– ¡Ah, rabino! Ahora en casa hay mucho más espacio, solo están mi mujer, mis hijos y mis suegros. ¡Vaya mejora!
Hay situaciones difíciles de tolerar. No cabe dudas. Pero la mayoría de las veces, somos nosotros quienes perdemos la perspectiva y añadimos más presión a una realidad que no es tan mala como la dibujamos.
A veces, necesitamos que las cosas empeoren para valorar lo que teníamos, como le ocurrió al hombre de la historia. El problema es que no siempre es posible volver atrás.
La adaptación hedonista, o por qué no valoramos lo que tenemos
La adaptación es un mecanismo que nos permite sobrevivir incluso en las condiciones más adversas. Cuando nuestro entorno cambia, desplegamos una serie de recursos que nos permiten adaptarnos a las nuevas circunstancias.
Esa es la razón por la cual logramos superar la muerte de una persona querida o una pérdida importante.
Sin embargo, también nos adaptamos a los acontecimientos positivos. Nos adaptamos a las situaciones que producen placer y alegría, hasta el punto en que dejamos de valorarlas y estas dejan de producirnos satisfacción.
Es lo que se conoce como adaptación hedonista. Con el paso del tiempo, la alegría y la excitación que despertaron algunas situaciones desaparece, pierden su novedad y las comenzamos a dar por sentadas.
El problema de la adaptación hedonista es que, si no nos mantenemos atentos, caeremos en un bucle infinito de necesidades insatisfechas pues siempre desearemos más.
Apenas alcanzamos una meta, nos parece insuficiente y disfrutamos muy poco de lo que hemos logrado porque ya tenemos la vista puesta en la próxima meta. De hecho, Napoleón Bonaparte dijo que "la ambición jamás se detiene, ni siquiera en la cima de la grandeza".
Esa es la razón por la que muchas personas no se sienten satisfechas, aunque aparentemente tengan todo lo que necesitan para ser felices.
La gratitud como vía para alcanzar la felicidad
En la parábola, las circunstancias en las que vivía el hombre no cambiaron, lo que cambió radicalmente fue su manera de ver la realidad. Eso no significa resignarse y llevar una vida amargada.
Tampoco significa renunciar a nuestros sueños. Tan solo significa ser capaces de ver el lado positivo de la situación en la que nos encontramos y experimentar la gratitud.
Desde hace siglos, el budismo afirma que la clave de la felicidad y la paz interior es la gratitud. Ahora diferentes experimentos psicológicos lo han comprobado.
Psicólogos de la Universidad de California y Miami, por ejemplo, reclutaron a 192 personas y las dividieron en tres grupos: a unas les pidieron que escribieran aquellas cosas por las que se habían sentido agradecidos a lo largo de la semana, otros debían apuntar las cosas que los molestaron y otros simplemente debían llevar un diario de los sucesos positivos y negativos que les habían ocurrido.
Al cabo de 10 semanas, quienes escribieron sobre la gratitud no solo reportaron sentirse más felices sino que también eran más optimistas y se sentían más satisfechos con sus vidas. Por si fuera poco, también visitaron menos al médico que el resto de las personas.
El poder de la gratitud se debe a que convierte lo que tenemos en suficiente. En vez de centrarnos en lo que nos falta y ver únicamente las cosas negativas, aprendemos a enfocarnos en el lado positivo y valoramos mucho más lo que tenemos.
Aunque somos conscientes de que hay un margen de mejora, somos capaces de ver la vida desde una perspectiva más positiva que nos ayuda a tolerar mejor lo que nos molesta.
Ese cambio de perspectiva no conduce al estancamiento sino que nos permite vivir mejor la vida que tenemos, hasta que podamos hacer los cambios que deseamos.
Eso significa perseguir tus metas pero no hipotecar tu vida a ellas y, sobre todo, no dejar que tu felicidad dependa de un futuro escurridizo.
Fuente: Rincón de la psicología
McCullough, M. E. & Emmons, R. A. (2003) Counting Blessings Versus Burdens: An Experimental Investigation of Gratitude and Subjective Well-Being in Daily Life. Journal of Personality and Social Psychology; 84(2): 377–389.
|
MAPA DE VISITAS
La casa pequeña: Una parábola para ver la vida con otros ojos
¿Le arde el estómago? Apague ese fuego sin una sola pastilla
Primero le oprime, obligándole a retorcerse, y después siente que le abrasa por completo, como si hubiera fuego en su estómago. Esa sensación tan dolorosa es lo que se conoce como gastritis. En su origen a menudo se encuentran factores como el estrés, la medicación o una alimentación inadecuada (frituras, grasas saturadas, alcohol, café, etc.). Pero detrás de ella también pueden estar algunos medicamentos (como los corticoides o determinados analgésicos y antibióticos). El problema de los tratamientos convencionales (protectores gástricos, antiácidos…) es que modifican la digestión de las proteínas y dañan seriamente la flora intestinal, aparte de que sólo tienen un efecto calmante momentáneo, sin solucionar la raíz del problema. Ante este panorama, la fitoaromaterapia propone soluciones muy eficaces, tanto que incluso son la mejor opción cuando ya han fracasado los tratamientos convencionales. E incluso ayudan a prevenir la gastritis antes de que se produzca. En definitiva: son unos auténticos “bomberos” que la naturaleza pone en sus manos para ayudarle a apagar los fuegos que arden en su estómago. Empecemos por la aromaterapia:
|
RECETA - Pastel de Plátano Especiado en Cazuela
Éste pastel que os traemos hoy además tiene un sabor único: plátanos maduros, caramelo y especias se combinan para deleitarnos con una espiral de sabor.
Otros pasteles invertidos que tenemos en el blog son el pastel de naranja y el bizcocho de piña y caramelo, riquísimos también cuyas recetas son para preparar en el horno pero que podríamos adaptar para preparar en cazuela.
Ingredientes:
Para la base:
Dos plátanos maduros grandes
50 gr de azúcar moreno
Dos cucharadas de ron moreno
Una cucharada de mantequilla
Para el bizcocho:
1/2 taza de leche (125 ml)
Una cucharadita de vinagre de manzana
Un huevo
Un plátano machacado
60 gr de mantequilla
1 taza de harina integral
50 gr de azúcar blanco
Media cucharadita de levadura en polvo
Media cucharadita de bicarbonato de sodio
Media cucharadita de canela
Una pizca cucharadita de nuez moscada
1 cucharadita de extracto de vainilla
Elaboración:
Engrasamos una cazuela de 19 cm de diámetro con mantequilla y forramos la parte inferior con papel de horno que quedará adherido a la mantequilla y evitará que se pegue el pastel a la cazuela.
Colocamos la mantequilla, el azúcar y la canela en una cacerola pequeña y dejamos que hierva, revolviendo frecuentemente para disolver el azúcar. Agregamos el ron y cocinamos a fuego lento durante 4 minutos. Dejamos enfriar durante 5 minutos y luego vertemos este caramelo en la base de la cazuela. Reservamos unas cucharadas de este caramelo para pintar sobre el pastel cuando esté listo
Cortamos los plátanos a lo largo y coloca el lado cortado en el molde, ajustándolos para que quepan y cubran la base. Reservamos.
En un tazón pequeño, mezclamos la leche y el vinagre. Dejamos reposar durante cinco minutos para permitir que la leche se espese. Mientras tanto, batimos la mantequilla y el azúcar hasta que blanquee la mantequilla. A continuación, agregamos de leche, el puré de plátano, el huevo bien batido y el extracto de vainilla. Mezclamos bien.
Tamizamos la harina, el bicarbonato de soda, la levadura en polvo, sal y especias juntas. Añadimos a los ingredientes líquidos hasta integren bien, teniendo cuidado de no mezclar en exceso.
Vertemos suavemente la mezcla sobre los plátanos, teniendo cuidado de no desplazarlos y nivelamos la parte superior con una espátula.
A fuego muy lento (al 3 en una vitrocerámica de 9) y con la cazuela tapada cocinamos 50 minutos hasta que pinchando un palillo en el centro salga limpio. Debemos evitar levantar la tapa de la cazuela constantemente para ver como va, ya que perdería calor y quedaría sin hacer por la superficie.
Dejamos enfriar en el molde durante 5-10 minutos y luego pasamos un cuchillo por el interior del molde para despegarlo. Invertimos el pastel sobre un plato y servimos caliente o frío.
¿Cómo ser feliz? Los 10 consejos de Aristóteles
Posted: 21 Jun 2018 03:00 AM PDT
Cuando se trata de alcanzar la felicidad, la mayoría de las personas se preguntan: “¿Qué debo hacer?”. No es extraño, imbuidos como estamos en la cultura del hacer y la ocupación plena del tiempo hasta que no quede ni un minuto libre. Los grandes filósofos, sin embargo, se preguntaban: “¿Qué clase de persona debería ser?”.
El secreto está en el equilibrio
Muchos grandes pensadores solían recurrir a la ética de la virtud en busca de respuestas. Aristóteles, uno de los filósofos más influyentes de todos los tiempos, desarrolló un sistema integral sobre la virtud que podemos poner en práctica perfectamente en los tiempos modernos para alcanzar un estado de equilibrio emocional y paz interior en el que florezca de manera natural la felicidad.
De hecho, su sistema de ética de la virtud está especialmente pensado para ayudarnos a alcanzar la “eudaimonia”, una palabra muy interesante que normalmente se traduce como “felicidad” o “bienestar” pero que en realidad significa “florecimiento humano”.
Eso significa que Artistóteles pensaba que la felicidad es un resultado de una manera de vivir y de una forma de ser, que llega cuando somos capaces de desarrollar nuestras potencialidades como persona y construir un “yo” sólido. ¿Cuál es esa manera de vivir?
Aristóteles pensaba que el secreto se hallaba en el equilibrio, una idea que se relaciona con otros sistemas filosóficos como el budismo. Este filósofo pensaba que una vida de abstinencias, carencias y represión no conduce a la felicidad ni a un “yo” pleno. Pero una vida hedonista tampoco es el camino ya que los excesos suelen generar una forma de esclavitud hacia el placer, generando al final un vacío existencial.
“La virtud es una posición intermedia entre dos vicios, el uno por exceso y el otro por defecto”, escribió. Y para desarrollar la virtud, simplemente debemos aprovechar todas las oportunidades que se presentan ya que no se trata de conceptos teóricos sino de actitudes, decisiones y comportamientos que deben guiar nuestra vida.
Las 10 virtudes aristotélicas para alcanzar la eudaimonia
En la Ética a Nicómaco, el libro más conocido de Aristóteles escrito en el siglo IV a. C., elenca las virtudes que deberíamos desarrollar para alcanzar la eudaimonia:
1. Apacibilidad. Es la capacidad para controlar nuestro temperamento y las primeras reacciones. La persona paciente no se enoja demasiado pero tampoco dejar de enojarse cuando tiene motivos para ello.
2. Fortaleza. Es el punto medio entre la cobardía y la imprudencia. La persona fuerte es aquella que afronta el peligro siendo consciente de los riesgos y tomando las precauciones necesarias. Se trata de no correr riesgos innecesarios pero tampoco evitar los riesgos necesarios para crecer.
3. Tolerancia. Es el equilibrio entre el exceso de indulgencia y la intransigencia. Aristóteles pensaba que es importante perdonar, pero sin caer en el extremo de pasar de todo dejando que los demás pisoteen nuestro derecho o nos hagan daño deliberadamente sin responder. Tan negativo es ser extremadamente tolerantes como extremadamente intolerantes.
3. Generosidad. Es el punto medio entre la mezquindad y la prodigalidad, se trata de ayudar a los demás pero sin entregarnos tanto que nuestro “yo” se diluya.
4. Modestia. Es la virtud que se encuentra en el punto medio entre no darse el crédito suficiente por los logros alcanzados debido a una baja autoestima y tener un ego desmesurado que nos haga pensar que somos el centro del universo. Se trata de reconocer nuestros errores y virtudes, asumiendo las responsabilidades que nos corresponden, ni más ni menos.
6. Veracidad. Es la virtud de la honestidad, que Aristóteles sitúa en un justo punto medio entre la mentira habitual y la falta de tacto para decir la verdad, de manera que la persona se convierte en un kamikaze de la verdad. Se trata de evaluar el alcance de nuestras palabras y decir lo necesario, ni más ni menos.
7. Gracia. Es el punto medio entre ser un bufón y ser tan antipático que resultamos rudos. Es un saber estar, de manera que los demás disfruten de nuestra compañía.
8. Sociabilidad. Mucho antes de que los neurocientíficos descubrieran que tenemos que escoger a nuestros amigos con cuidado porque nuestro cerebro terminará pareciéndose al suyo, Aristóteles ya nos advertía del peligro de ser demasiado sociables con demasiadas personas, así como de la incapacidad para hacer amigos. El filósofo creía que debemos elegir a nuestros amigos con cuidado pero que también debemos cultivar esas relaciones.
9. Decoro. Es el punto medio entre ser demasiado tímido y ser desvergonzado. Una persona decorosa se respeta a sí misma y no teme cometer errores, pero no cae en la insolencia ni la impertinencia intentando pasar por encima de los demás. Es consciente de que todos merecen ser tratados con respeto, y exige ese mismo respeto para sí.
10. Justedad. Es la virtud de tratar justamente con los demás, a medio camino entre el egoísmo y el desinterés total. Consiste en tener en cuenta tanto las necesidades ajenas como las propias, para encontrar el punto medio que nos permita tomar decisiones más justas para todos.
Lo más interesante de la propuesta de Aristóteles es que hay espacio para el error, para equivocarnos, aprender y mejorar sin sentir por ello que somos malas personas o que no lo lograremos. ¿Qué piensas?
|
Descubren un beneficio del café que no se esperaba
Su amargo brebaje posee efectos beneficiosos sobre el trabajo en equipo.
Tomar café hace más fácil la interacción entre compañeros de trabajo y el eficiente trabajo en equipo, según señalan en una nueva investigación publicada en Journal of Psychopharmacology y cuyo informe ha sido conocido a través de un artículo de la revista MedicalXpress.
Café con cafeína vs. café descafeinado
Los científicos confirmaron que las personas que participaron en la investigación opinaban de forma más positiva sobre el desempeño de su equipo en una actividad y sobre su propia labor si previamente tomaban café con cafeína.
Además pudieron darse cuenta que existió mayor comunicación en un entorno de equipo bajo la influencia del café con cafeína, y que luego de ingerir la bebida sus charlas se tornaban más relevantes para la temática tratada en comparación con las participaciones de quienes habían consumido café descafeinado.
Así lo concluyeron un par de experimentos llevados a cabo por científicos de la Universidad de California y la Universidad Estatal de Ohio, las dos en Estados Unidos. Ambos estudios contaron con la participación de dos grupos de estudiantes, integrados por 72 personas en el primero y 61 en el segundo.
El estudiante de doctorado en ‘marketing’ Amit Singh, quien además es coautor de la investigación, considera que tal efecto del café es debido a que la bebida pone más alerta a las personas.
“Encontramos que el aumento del estado de alerta fue lo que llevó a conseguir los resultados positivos del rendimiento del grupo”, explicó Singh. Según el experto, se trata de la primera investigación sobre el impacto que el café tiene en los grupos de trabajo.
¡Compártelo
Artefactos Hallados en Egipto que NADIE ha Podido Explicar
Artefactos Hallados en Egipto que NADIE ha Podido Explicar
RECETA .- Pollo a la vasca fácil y sencillo
Plato
2 porciones
25 min
55 min
Fácil
Viajemos hasta el magnífico País Vasco para probar este plato tradicional, hecho justo como debe ser
PASO 1
En una cacerola, pochar la cebolla picada en aceite de oliva caliente. Añadir los pimientos verdes picados y pochar igualmente.PASO 2
Incorporar la pulpa de tomate + ajo machacado +ramillete hierbas + sal + pimienta y cubrir. Dejar cocinar a fuego lento durante 20 min.PASO 3
Mientras tanto, calentamos en una sartén aceite de oliva, donde freiremos los muslos de pollo hasta tostarlos. (No demasiado, sólo queremos marcarlos y que se doren)PASO 4
Añadir los muslos de pollo a la preparación anterior, cubrir y dejar cocinar a fuego medio durante 35 min.PASO 5
Servir con arroz blanco o patatas fritas. Y listo! :)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)