Hay personas que agotan, que nos quitan la energía, que nos hacen librar batallas cuando nosotros solo queremos días de paz.
Por curioso que nos resulte, los llamados “saboteadores de la felicidad” existen en casi todos nuestros ámbitos personales. Están en la familia, entre los amigos y en el contexto laboral.
En ocasiones, despliegan sus tóxicos comportamientos sin darse cuenta. Necesitan de nosotros, buscan apoyo, consejos, desahogo… Aspectos que podríamos comprender si esta a
ctitud no fuera sino una música constante.
Ahí donde, de pronto, aparecen el chantaje y el reproche.
Convivir no siempre es fácil. No obstante, lo esencial en estos casos es saber ejercer un adecuado respeto donde poder salvaguardarnos y, a la vez, buscar siempre personas que nos inspiren, que nos alegren el corazón.
Las personas que agotan, focos de estrés cotidiano
Todos nosotros estamos envueltos de forma constante en múltiples situaciones de
estrés.
Ahora bien, hay un aspecto que debemos tener claro. Si hay personas que nos agotan, nos asfixian y alteran nuestro equilibrio emocional es porque nosotrossomos “permeables”.
Cada mente dispone de un nivel de permeabilidad o de tolerancia, y ello dependerá, sin duda, de nuestro tipo de personalidad.
- Los perfiles introvertidos tienen una tolerancia menor a las situaciones de interacción social constante. Necesitan, por así decirlo, de adecuados instantes de soledad donde “recargar pilas” de sí mismos.
- Las personas más extrovertidas buscan más estímulos y, por lo general, toleran y disfrutan hablando con mucha gente, moviéndose en distintos ámbitos y organizando planes.
- Ahora bien, el problema llega cuando introvertidos y extrovertidos deben hacer frente a estos saboteadores de felicidad, a estos perfiles que agotan porque se priorizan a ellos mismos.
Nos cansan con sus críticas, sus obsesiones, su búsqueda constante por ver problemas donde no los hay.
Lo creamos o no, gran parte de nuestro estrés tiene como foco principal las interacciones con otras personas, con esas que nos agotan en uno u otro sentido.
A continuación, te explicamos qué efectos puede tener todo esto en tu
cerebro.
Interacciones negativas y consecuencias cerebrales
En estas situaciones el término “quemar” adquiere todo su sentido. Pensemos en nuestro cerebro como una maravillosa red neural. Un tejido interconectado donde reina la armonía.
Cuando vivimos situaciones de estrés continuado o crónico, esta armonía se rompe. Es más, hay zonas en que incluso se pierde:
- Las dendritas de nuestras células nerviosas en la zona del hipocampo se rompen. Esto ocurre debido a la alteración de los neurotransmisores. El cortisol ejerce un efecto muy negativo en nuestro cerebro.
- Las dendritas son esos “bracitos” que unen unas neuronas con otras.
- A mayor estrés, menor conectividad en la zona del hipocampo, porque muchas dendritas se rompen y se interrumpe la conectividad.
- Hemos de recordar que el hipocampo es esa estructura cerebral donde se alojan nuestra memoria y emociones.
Todo ello viene a explicar por qué, en situaciones de
ansiedad o estrés, las personas perdemos concentración. Otro aspecto habitual es, por ejemplo, experimentar apatía y negatividad.
Cómo aprender a ser menos “permeables” a las personas que agotan
No es fácil aprender a ser menos permeables a las situaciones de estrés. En primer lugar, porque en ocasiones, la propia negatividad nos bloquea. Nos sentimos indefensos.
¿Cómo reaccionar ante esa persona que me agota si es mi madre? ¿qué pasa si es mi pareja o mi jefe? Son, sin duda, realidades muy delicadas que requieren mucho de nosotros.
Ahora bien, podemos llevar a cabo estas sencillas estrategias.
Voy a evitar que me afecte
Es posible que una
amiga o un familiar te llame a cada instante para contarte sus problemas. Un solución es responder a sus llamadas solo una vez cada dos días.
Hemos de evitar sentir mala conciencia por poner límites. Puede que se enfaden una, dos o tres veces. No obstante, poco a poco se irán adaptando a tus barreras, a tus muros personales.
Busca personas que te inspiren, que alegren tu corazón
Si parte de tu familia, o tus compañeros de trabajo, te agotan, descansa con las personas que sí saben alegrar tu corazón.
- La vida es equilibrio. Así pues,
- hemos de trabajar por esa compensación. Una cosa por la otra.
- Las personas que agotan deben quedar en la distancia. Si estamos obligados a interactuar con ellas lo haremos poniendo límites. Priorizándonos y salvaguardando nuestra autoestima.
- Procura que el 70% de tu tiempo te enriquezca personalmente. Para conseguir esto, no dudes en buscar personas que de verdad valgan la pena, que te inspiren, que te aporten seguridad y positividad.
- Seguro que en tu trabajo hay buenos compañeros. En tu familia habrá más de una persona a la que adoras.
Asimismo, recuerda que tampoco en el amor caben las personas que agotan. Porque quien agota no nos quiere, y nos consume el ánimo e incluso nuestra salud.