MAPA DE VISITAS

NO PERMITAS QUE TE ARREBATEN LO BUENO QUE HAY EN TI

Mujer en bicicleta cuerda floja
COPIADO DEL BLOG RINCON DE LA PSICOLOGÍA


Una tarde, un sabio llegó a la ciudad de Akbar acompañado de su más fiel discípulo.

La gente no le confirió mucha importancia a su presencia y sus enseñanzas no germinaron entre los habitantes de la ciudad. De hecho, con el tiempo se convirtió en el objeto de risas y burlas de algunas personas.

El discípulo se sentía muy mal por el trato que recibía su maestro. Poco a poco, fue albergando una gran ira y no comprendía por qué su maestro no ponía fin a aquello o simplemente abandonaba la ciudad.

Un día, mientras paseaban por la calle principal de Akbar, un grupo de hombres y mujeres empezó a insultarlo. En vez de fingir que los ignoraba, el sabio se acercó a ellos y los bendijo.

El discípulo no pudo soportar más aquella situación, de la que también culpaba a su maestro, y le preguntó:
- ¿Es posible que no hayas escuchado lo que te han dicho? ¡Te han gritado cosas horribles y tú solo respondes con bellas palabras!

- Cada uno de nosotros solo puede ofrecer lo que tiene. 

Fue la respuesta del sabio.

Ten cuidado porque las emociones se contagian y la imagen del mundo se transmite


Hay personas que se comportan como camiones de basura, llevan dentro de sí una enorme rabia, frustración, desesperanza o miedo, y descargan esos sentimientos en todas sus relaciones interpersonales. En realidad, ni siquiera se les puede culpar ya que, como explica el maestro de la fábula, cada quien ofrece lo que tiene.

Nuestros comportamientos y actitudes no son más que una expresión de lo que sentimos y pensamos. Nos relacionamos como somos, no podemos comportamos de forma diversa. Sin embargo, relacionarnos con personas así tiene un enorme costo a nivel emocional. 

Cuando todos los días escuchamos a una persona con miedo, esta termina inoculándonos sus temores, haciendo que le temamos a la vida. Cuando escuchamos a una persona que se queja por todo y que nunca está satisfecha por nada, terminará contagiándonos esa forma de ver el mundo y nosotros mismos nos pondremos unas gafas grises. Cuando nos relacionamos con personas que responden con ira, comenzamos a pensar que esas reacciones son normales y asumimos el enfado como una estrategia de afrontamiento válida.

Después de todo, nuestra esencia no es inumutable sino que cambia en dependencia de las circunstancias y las relaciones que mantenemos. Por eso es tan importante seleccionar a las personas con las cuales nos relacionamos a diario, esas a las que les permitimos entrar en nuestra vida y a las que les damos la oportunidad de cambiarnos.

Por supuesto, no se trata de ir por la vida con miedo a que los demás “contaminen” nuestra esencia porque podemos crecer y aprender incluso en las malas experiencias. Sin embargo, esa no puede ser la norma. Debemos cuidar el jardín de nuestras relaciones interpersonales con atención y estar preparados para arrancar las malas hierbas cuando sea necesario. Si no lo hacemos, las malas hierbas pueden terminar cubriendo o incluso secando el resto de las plantas, esas que deberíamos haber cultivado y cuidado con esmero.

¿Cómo proteger nuestra esencia?


Cada cierto tiempo es conveniente mirar atrás y hacer examen de conciencia, para ver en quiénes nos hemos convertido. Solemos pensar que nuestra esencia es inmutable pero en realidad no es así, cambiamos con las experiencias pero no solemos darnos cuenta de ello.

A través de los años podemos convertirnos en personas más duras y menos sensibles, más materialistas y menos agradecidas… Por eso es conveniente buscar en nuestro interior esas cualidades que queremos mantener y desarrollar, para asegurarnos de no perderlas. 

Por otra parte, es fundamental que hagamos nuestra la idea que afirma: lo que dicen y hacen los demás son su problema, cómo reaccionemos es el nuestro. A veces es difícil mantener la ecuanimidad y es probable que no siempre lo logremos, pero podemos intentarlo. No respondas ante la ira con ira y ante la desesperanza con desesperanza porque así solo lograrás plantar esas semillas dentro de ti.

Recuerda que la vida es demasiado corta como para dejar que sean los demás quienes impongan sus reglas y su visión del mundo. No dejes que te arrebaten lo bueno que hay en ti.

4.8 estrellas, basadas en 26 revisiones

JORGE BUCAY- EL AUTORRECHAZO

"la vida no te quita cosas, te libera de cosas...para que alcances la pl...

“Yos repudiados”: Esa parte de ti que no aceptas



Copiado del Rincón de la Psicologíavoces en la mente

La “Teoría de los Yos” explica que nuestra personalidad está compuesta por una multiplicidad de yos que toman el mando según sea necesario, para protegernos de los peligros, garantizar nuestra supervivencia y lograr que seamos menos vulnerables.

Básicamente, somos una mezcla de patrones energéticos o “yos”. Algunas de esas energías nos resultan familiares y nos sentimos cómodos con ellas pero otras pueden ser extrañas o incluso francamente desagradables. En ese caso, se hace referencia a los “yos repudiados”.

Haz una pausa y piensa en alguien que te resulta muy desagradable. ¿Cuáles son los rasgos que más te desagradan? ¿Por qué desprecias a esa persona? Determina cuáles son las cualidades que te repelen.

Acabas de descubrir tu primer yo repudiado. Esos rasgos que tanto te irritan reflejan un patrón energético que se encuentra dentro de ti y que, bajo ninguna circunstancia quieres integrar en tu vida.

De hecho, podemos detectar fácilmente los yos repudiados debido a la intensa reacción emocional que tenemos cuando apreciamos esas características en los demás. Por ejemplo, una persona profundamente espiritual puede llegar a sentir un profundo desprecio por alguien exitoso que ha acumulado riquezas a lo largo de su vida. Una persona que ha tenido que labrarse a sí misma, trabajando duro, puede sentir una profunda repulsión por la “gente débil” y quejica.

Estos ejemplos transmiten de forma muy clara las intensas reacciones que provoca el yo repudiado cuando lo descubrimos en otra persona. Esas reacciones no son más que el resultado de un patrón energético que escondemos, y de la energía que utilizamos para mantenerlo oculto a nuestra conciencia.

¿Cómo se desarrollan los yos repudiados?


El yo repudiado es un comportamiento, idea o sentimiento que cada vez que ha aparecido, ha sido castigado. Pueden haber sido castigos muy sutiles, como la retirada de atención de los padres al niño o incluso puede haberse tratado de una crítica directa o una reprimenda en toda regla. Sin embargo, sin importar cuál fue el castigo, el resultado es el mismo: comprendemos que hay determinadas conductas que deben ser repudiadas porque no son aceptadas socialmente, o al menos en nuestro contexto más inmediato.

Entonces las reprimimos, pero eso no significa que podamos destruirlos, esos yos continúan existiendo en nuestro inconsciente, desde donde ejercen su acción. Esos yos repudiados son como nuestra sombra y, por eso, cuando los vemos reflejados en otras personas, volvemos a vivir la vergüenza de la primera vez, se reactiva ese castigo y el patrón energético resuena con enorme fuerza. 

Obviamente, como ese comportamiento está asociado con el dolor, la humillación y el castigo, deseamos que desaparezca lo antes posible. Y para acallar nuestro malestar interior, debemos deshacernos de esa persona que lo refleja, por lo que terminamos repudiándola.

Resulta curioso que gran parte del estrés y los problemas en nuestras relaciones interpersonales provienen de esos yos repudiados, que no hemos aceptado. Sufrimos a medida que se repiten los mismos patrones y, en vez de enfrentarlos, luchamos más por enterrarlos. 

Sin embargo, por muy profundo que sea el hoyo que cavemos, esos yos repudiados no van a desaparecer. Más bien están agazapados y listos para saltar en cualquier momento.

La vulnerabilidad: El yo repudiado más universal


Uno de los yos que la mayoría de las personas aprendemos a repudiar muy pronto en la vida es el que representa a un niño vulnerable. Sin embargo, ese yo puede ser nuestra subpersonalidad más valiosa porque está más cerca de nuestra esencia y nos permite conectar con los demás sin máscaras y amar completamente, sin reservas.

Desafortunadamente, ese yo suele repudiarse y desaparecer de nuestra conciencia a la edad de 5 años, cuando surge con fuerza el yo controlador, que se desembaraza de la vulnerabilidad pues la entiende como un obstáculo.

Esto se debe a que, a medida que el niño crece, los padres rechazan la vulnerabilidad porque su misión es formarlo en la fortaleza. Además, los padres normalmente no tienen una relación consciente con su propia vulnerabilidad, por lo que ese proceso de repudiación ancestral se perpetúa.

Abrazar los yos repudiados


La terapia de voces, propuesta por los psicólogos estadounidenses Hal y Sidra Stone (perfectamente explicada en el libro “Manual del diálogo de voces: Reconocer y aceptar todo lo que hay en nosotros”), implica conocer esos yos y aprender a regular su energía en nuestro beneficio. 

El primer paso es reconocer cuándo un yo repudiado está operando. Para lograrlo suele ser suficiente con que te mantengas atento a tus reacciones emocionales. Cuando los comportamientos de una persona te resulten realmente desagradables, hasta el punto de ser casi insoportables, es porque son un reflejo de un yo repudiado.

En este punto te darás cuenta de que no necesitas “enderezar” o “corregir” a esa persona, sino mirar dentro de ti. 

El segundo paso consiste en descubrir esas cualidades con las que te sobreidentificas, esas de las que te sientes particularmente orgulloso, como ser muy exigente o mostrarse siempre amable. Esas cualidades te hacen sentir especial y es probable que no quieras perderlas. Sin embargo, debes pensar que también te están limitando, a pesar de que consideres que son positivas.

Las cualidades con las que te has sobreidentificado te pueden convertir en una persona intolerante e inflexible, que no se puede relajar ni acepta que existan otras facetas en su personalidad. Esas cualidades te llevan a juzgar a los demás con tu propia vara y harán que siempre te mantengas en tu zona de confort, sin descubrir todo el potencial que llevas dentro de ti.

El tercer y último paso es el más divertido. Una vez que te hayas formado la idea de cómo es ese yo repudiado, intenta ponerte en su lugar y hablar con él. Imagina cómo dirigiría y asumiría diferentes situaciones si tuviera el mando de tu vida. 

Muy pronto sentirás que te recorre una energía diferente. Puedes aprovecharla para ver el mundo y tus problemas bajo una nueva perspectiva. Esos yos repudiados suelen ser una increíble fuente de nuevas ideas, soluciones e inspiraciones.

Por supuesto, no se trata de que le des el mando, no tienes que convertirte en ese yo repudiado, se trata simplemente de que aceptes esa parte que hay en ti y, de vez en cuando, escuches lo que tiene que decir.

Las mejores fotografías de la naturaleza salvaje

Inicio > Tiempo libre > Cultura > Las mejores fotografías de la naturaleza salvaje
mayores_udp_pez


El Museo de Historia Natural de Londres expone del 16 de octubre al 10 de abril una magnífica colección de fotografías sobre naturaleza salvaje recogidas en el certámen Wildlife Photographer 2015.
Las imágenes son impresionantes y entre los fotógrafos ganadores hay algunos españoles. Lo aconsejable es ir a ver la exposición a Londres, pero si le resulta complicado puede ver aquí un resumen de algunos de los ganadores y finalistas.
Puedes ver éstas y otras fotografías espectaculares en alta definición pinchando aquí.

FRASES DE JORGE BUCAY

EL SUEÑO DEL ESCLAVO - JORGE BUCAY

ELIGE LAS COSAS POR SU VALOR Y NO POR SU PRECIO


Niña meciéndose columpio

A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: "¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?" 

En cambio preguntan: "¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?" Solamente con estos detalles creen conocerle. 

Si les decimos a las personas mayores: "He visto una casa preciosa de ladrillo rosa, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado", jamás llegarán a imaginarse cómo es esa casa. Es preciso decirles: "He visto una casa que vale cien mil pesos". Entonces exclaman entusiasmados: "¡Oh, qué preciosa es!"

Se trata de uno de mis fragmentos preferidos de “El Pincipito”, pocas oraciones pero con un gran significado para nuestro día a día. Y es que necesitamos ser felices, no ser ricos. Pero a menudo lo olvidamos.

Cada cosa es única, no por su precio sino por el significado que le otorgas


Es difícil luchar contra una sociedad que parece estar obsesionada con el mundo material, donde se nos insta constantemente a comprar cosas aunque no necesitamos porque “solo así podemos ser felices” y donde nuestro coche o smartphone son sinónimos del éxito que hemos tenido en la vida. Sin embargo, no es una misión imposible, sobre todo si partimos de la idea de que no necesitamos mucho para ser felices, porque la verdadera felicidad no es algo que proviene de fuera sino de dentro.

La felicidad se consigue con las experiencias compartidas, mirando dentro de nosotros, por lo que es importante que aprendamos a centrarnos más en el valor de las cosas, y no en su precio. De hecho, una cosa cara puede que no nos aporte nada pero una cosa valiosa es significativa para nosotros. Aunque a menudo confundimos ambos términos y los utilizamos indistintamente.

Sin embargo, algo caro no es necesariamente valioso y algo valioso no tiene por qué ser caro. Es importante que seamos conscientes de esa diferencia, para que podamos valorar las cosas por el significado que les conferimos, y no por su precio.

Y no se trata de un cambio intrascendente. Cuando nos fijamos en el precio, dejamos que sea la sociedad quien dicte el valor y el significado que le conferimos a algo. Así, pensamos que algo es valioso y útil solo porque es caro. Al contrario, cuando comenzamos a pensar en términos de valor no nos dejamos influenciar por el precio, comenzamos a preguntarnos si ese producto realmente nos gusta, nos representa o nos satisface. ¡Es una transformación radical!

No olvides el niño que levas dentro


Cuando éramos niños, la última cosa en la que nos fíjabamos era el precio. No disfrutábamos más de un juguete porque fuera más caro ni preferíamos una experiencia porque implicaba un gasto mayor. Los niños disfrutan de las experiencias, les hace felices todo lo que implique diversión, cariño y compañía. De hecho, la mayoría de los niños prefieren las monedas a los billetes, simplemente porque las monedas son más divertidas para jugar.

Solo más tarde, los adultos les inculcan el concepto de “valor social”, el significado del dinero y, por supuesto, la relación entre los precios y el estatus social. Fueron nuestros padres, maestros o compañeros de juegos quienes nos enseñaron que el valor está en el precio, no en las intenciones, el amor o las potencialidades. 

Fue entonces cuando perdimos la capacidad de evaluar basándonos en lo que nos reporta realmente una actividad o un objeto. En ese punto caímos en la tela de araña que ha construido la sociedad y comenzamos a pensar que una cosa es mejor o más valiosa solo porque es más cara.

La buena noticia es que en realidad esa capacidad aún está en nuestro interior, solo necesitamos reactivarla. Para lograrlo, debemos comenzar a mirar dentro de nosotros mismos, intentando apartar los prejuicios y centrándonos exclusivamente en las emociones. Solo así descubrirás qué cosas o experiencias te hacen realmente feliz.

Al principio resultará difícil porque hemos realizado una asociación muy fuerte entre el precio y el grado de satisfacción. No obstante, si eres un observador atento te darás cuenta de que las cosas que compras por su precio solo brindan una satisfacción inmediata, son cosas que realmente no compras para ti sino para mostrar ante los demás.

Al contrario, las cosas valiosas son esas de las que te cuesta desprenderte, aunque estén viejas y gastadas, porque tienen una historia, les has conferido un significado y, de alguna forma, te hacen feliz.

Lo interesante de este ejercicio es que cuando dejas de pensar obsesivamente en el precio de las cosas y en comprar siempre más, te haces rico. Eres rico porque puedes encontrar la felicidad en pequeños detalles cotidianos y comprendes que no necesitas mucho para vivir plenamente. Después de todo, recuerda que si no somos felices con lo que tenemos, tampoco lo seremos con lo que nos falta.
Rincón de la Psicología ~ 15:56

LA TIENDA DE LA VERDAD - JORGE BUCAY

SENTIRSE SOLO - JORGE BUCAY

RECETA - SALTEADO DE NISCALOS CON SEPIA

El resultado es un plato sabroso, nutritivo, ligero y sobre todo, tan fácil y tan rico que pienso prepararlo más de una vez en este otoño. Probadlo y ya veréis qué alegría os lleváis y cuanto gusta en vuestras casas.

Ingredientes para 4 personas

  • Una sepia grande, 6 níscalos, 1 cebolla, aceite de oliva, sal, tomillo y perejil

Cómo hacer un salteado de sepia y níscalos

Para hacer la cebolla caramelizada, la picamos en juliana, y la ponemos a fuego lento en una sartén con aceite de oliva, añadiendo un pellizco de sal y otro de bicarbonato para que el proceso de caramelización sea rápido. Recordad los trucos que os conté para hacer cebolla caramelizada de forma rápida.
Mientras la cebolla se va haciendo, limpiamos la sepia y retiramos los tentáculos y el pico. El cuerpo y las aletas, los cortamos en tiras largas y finas. Cuando la cebolla haya consumido el agua (al principio suelta mucha) incorporamos la sepia y la salteamos con la cebolla.
Limpiamos bien los níscalos con un papel de cocina humedecido y los cortamos en tiras. Añadimos los trozos de setas y dejamos que se cocine el conjunto durante diez minutos, para que los níscalos estén bien tiernos y la sepia esté blandita.
Añadimos un chorreón de vino blanco, espolvoreamos con perejil picado y subimos el fuego dejando que la salsa reduzca durante dos minutos. Adornamos con una ramita de tomillo y servimos muy caliente con unas rebanadas de pan porque os aseguro que será imprescindible.
Niscalos Con Sepia
Tiempo de elaboración | 30 minutos
Dificultad | Fácil


DECIDE SER QUIEN ERES - JORGE BUCAY


Eleva tu vida

Posted: 15 Oct 2015 01:39 AM PDT
ELEVA TU VIDA. JPG
¿CUÁL ERA TU SUEÑO PARA ESTE AÑO?

He pasado 4 días en la selva de Irati – un hayedo fabuloso al norte de Navarra – viendo llegar el Otoño y reflexionando acerca del tiempo que pasa, y de lo que hacemos  con él.
Viendo cómo cada uno de estos árboles bellísimos se ha elevado un poco más este año, se ha ensanchado, ha crecido, y se ha acercado un poco más al sol.
Y me pregunto hasta qué punto hemos crecido nosotr@s.

¿Hasta qué punto has crecido?

¿Y lo has hecho en la dirección que tu corazón te pedía? ¿O te has perdido al obedecer ciegamente las órdenes de tu cabeza? Todos esos  “tengo que”, “debería de”…
Hoy te hablo de PRIORIDADES, y del valor de elegir solamente UNA, desde el CORAZÓN, por un tiempo.
Nos asusta declarar nuestra prioridad.
Significa que te comprometes a algo.
Admites que de verdad quieres eso.
Y también significa arriesgarte, y dejar la “comodidad” de lo de siempre.
También significa, al menos por  un tiempo, dejar en stand by otras cosas (¡cuánto nos cuesta hacer esto!)
Pero si tienes tantos frentes abiertos que la confusión te marea a veces,   el ALIVIO que vas a sentir cuando te marques un solo rumbo es tan grande que merece la pena que  atravieses esa resistencia a ELEGIR.
Te cuento un secreto: cuanto más te cuesta elegir una sola prioridad, más la necesitas.
No significa que vas a abandonar todo lo demás. Sólo que, por un tiempo, ese deseo es en lo que MÁS te vas a enfocar, donde MÁS vas a invertir tu energía y tus  recursos, para darle el impulso que necesita para crecer.
Así que, este es MI RETO PARA TI:
Estamos acabando 2015. Si pudieras dar UN gran paso en lo que queda de año, si pudieras iniciar o completar UN proyecto, personal o profesional, ¿cuál elegirías?
¿Qué te haría sentir ORGULLOS@ de ti mism@?

Y no desestimes lo que puedes crear en 8 o 9 semanas cuando te pones al servicio de UN ÚNICO OBJETIVO. Como casi nunca nos marcamos una prioridad absoluta por un período determinado no podemos ni imaginar el poder que tenemos en nuestro interior para crear un cambio.
Así que, ¿qué tendrías que hacer este mes, esta semana, hoy?
Dibújalo. Conviértelo e pequeños pasos. Anótalo en tu agenda.
Y para valientes:
¿CUÁL ES EL PASO MÁS EXTRAORDINARIO QUE PODRÍAS DAR ESTA SEMAN EN LA DIRECCIÓN DE TU SUEÑO PARA 2015?
Lo bueno de centrarte en unas pocas semanas es que tu mente puede sentir la emoción de dar un salto, de hacer un sprint, en lugar de caer en la pereza que acaba generando un plan a largo plazo.

Si pudieras lograr UNA SOLA COSA en lo que queda de año, ¿cuál elegirías?

ELIGE SÓLO UNA.
Apostar por varias cosas a la vez es puro auto-sabotaje.
Cuando intentas hacer 4 cosas a la  vez, no avanzas realmente en NINGUNA de ellas.
Sí, la mente te dice que si te organizas realmente bien esta vez conseguirás llegar a todo, (¿de verdad es esa tu experiencia?).
En cambio, si pones toda tu energía en una dirección la lograrás pronto, y luego podrás elegir un nuevo reto, y alcanzarlo también porque toda tu energía estará con él.
Elige un objetivo (que puede ser una parte de un objetivo mayor) que puedas completar en 8 o 9 semanas. Hazte a ti mism@ el REGALO de verlo acabado. Porque eso es lo que quiero para ti, que lo consigas.
Puede ser algo difícil, un verdadero reto, o algo que simplemente te entusiasma. Pero tiene que ser algo que, cuando te lo imaginas HECHO, te  da una enorme sensación de orgullo, alegría y ganas de celebrarlo.
Así  que, cuéntame: ¿Cuál es tu sueño para este fin de año? ¿Qué te comprometes a CREAR en las próximas 8-9 semanas?
Ahora anota en un lugar bien visible el primer paso que vas a dar HOY.

RECETA - TARTA DE FRUTAS



Ingredientes:


1 base de masa quebrada o masa brisa
3 rodajas de piña
1 naranja
1 pera
1 sobre de gelatina neutra

Para la crema pastelera: ( También se puede adquirir en supermercados)
4 yemas de huevo
1/2 litro de leche
150 g de azúcar
60 g de maizena


Preparación:

En un molde para quiche, coloca la masa quebrada cuidando de que quede bien adaptada a la forma del molde. Para hornearla y que mantenga su forma, deberás cubrir con un papel de horno o papel de aluminio la masa y colocarle un peso. He usado unas alubias, pero puedes usar garbanzos u otro peso teniendo en cuenta que cubra toda la base. Introduce en el horno precalentado a 220º C y colócalo a media altura. A los 10 minutos, retira el papel y las legumbres y deja de cinco a diez minutos más hasta que se dore. Déjala enfriar y ya la tendrás lista para montar la tarta.

Mientras se hornea la masa, puedes ir preparando la crema pastelera.



En un cazo, coloca las yemas de los cuatro huevos (las claras no se usan en esta receta, así que puedes emplearlas en otra preparación como puede ser el Angel food cake que te dejo aquí). Incorpora la mitad de la leche, el azúcar y bate bien con unas varillas eléctricas o manuales.

Mezcla la maizena con el resto de la leche hasta que no quede ningún grumo. Añade esta mezcla a la mezcla que has preparado antes con las yemas y bate todo bien.

Lleva el cazo al fuego y, sin dejar de remover, deberás esperar a que la mezcla tome una consistencia de crema espesa. Para ello debes tener cuidado de que el fuego no esté demasiado alto porque la crema pastelera se quema con mucha facilidad. He tenido el fuego en el nivel siete de nueve. Suelo usar las varillas para remover y así evito que se me formen grumos. Cuando veas que desaparece la espuma de la superficie, espesa y empieza a hervir, retira del fuego y deja que se enfríe.




Mientras tienes la masa y la crema enfriando, vas preparando las frutas.

Corta tres rodajas de piña limpias de piel a cuartos y quítales el corazón. Pela la naranja quitándole la parte blanca y córtala en rodajas y luego corta en mitades cada una de ellas. Pela la pera y córtala en láminas.

Llena la base horneada de masa de hojaldre con la crema pastelera a temperatura ambiente (si está templada y no se ha enfriado por completo, no importa). Alisa la superficie con una espátula y distribuye las láminas de fruta desde el borde hasta en centro formando círculos. La decoración es al gusto de cada uno y puedes elegir la distribución de la fruta como prefieras.



Prepara la gelatina según las instrucciones del fabricante. La que yo he usado se disuelve en agua y se lleva a ebullición. Se deja enfriar un minuto y se puede usar, pero sigue al pie de la letra las instrucciones del envase. Cubre con la gelatina toda la superficie de la tarta y ya la puedes guardar en el frigorífico hasta que esté bien fría y la gelatina se haya cuajado. Ya tienes tu pastel listo para disfrutar!

QUE APROVECHE!


Lidiar con las personas desagradables sin perder tu equilibrio emocional

Decir adiós

En un mundo perfecto, cada persona con la que interactuamos debería ser agradable, considerada, generosa y de mente abierta. En ese mundo perfecto deberíamos establecer unas relaciones cordiales y podríamos aprender de cada encuentro. 

Sin embargo, no vivimos en un mundo ideal, y todos los días nos vemos obligados a lidiar con actitudes que nos crispan los nervios. De hecho, es difícil que quienes pasan toda la jornada en contacto con la gente, no encuentren a personas que se comportan como camiones de basura, siempre dispuestas a descargar sobre alguien su propio hastío, tristeza, rabia o preocupación.

¿Cómo lidiar con estas personas sin enfadarse y, sobre todo, sin perder el equilibrio emocional?

1. Asume que no puedes agradarles a todos

A veces creemos ciegamente en el karma. Es decir, pensamos que porque seamos buena gente, las personas también nos tratarán bien, que recibiremos todo lo que enviemos al universo. Sin embargo, en muchos casos no es así. Pensar que esta ley se cumplirá a rajatabla es como creer que un león hambriento no nos atacará solo porque somos vegetarianos. Las personas inteligentes son conscientes de eso. 

Estas personas saben que los conflictos y los desacuerdos son el resultado de las diferencias en el sistema de valores y la forma de pensar. En realidad no se trata de algo negativo, tan solo es una constatación de que cada quien es único y no siempre es posible encontrar a personas que compartan nuestra visión de la vida. Cuando te encuentres con personas difíciles, no intentes agradarles, asume que existen diferencias y limítate a buscar los puntos en común y evitar los desencuentros.

2. Ignora lo que no te gusta y céntrate en lo positivo

A veces, ignorar implica responder con inteligencia. Es cierto que no siempre es sencillo encajar las críticas o el resentimiento gratuito con buena cara, pero se trata de una habilidad esencial si quieres mantener tu equilibrio emocional. Siempre habrá personas que intenten descargar sobre ti su mal humor. No puedes evitarlo, pero puedes decidir cómo reaccionar ante ello.

Por eso, si quieres actuar con inteligencia, simplemente aprende a ignorar las cosas que no te gustan. Asume que la persona que tienes delante no es perfecta y céntrate en sus características positivas, en los puntos que tenéis en común y que conducen al diálogo. Para lograrlo, suele ser de ayuda recordar que tampoco nosotros somos perfectos y, aún así, muchas personas nos toleran. 

3. Responde de manera civilizada

Sean cuales sean sus sentimientos hacia alguien, es conveniente que no te dejes llevar por tus impulsos sino que intentes reflexionar y encontrar la mejor solución. De hecho, si respondes con rudeza es probable que recibas lo mismo, cerrando así el canal de comunicación y generando una situación de malestar que se podía haber evitado.

Ante un ataque, no significa que no puedas defenderte, pero hazlo con inteligencia y sin alterar tu equilibrio emocional porque si te pones al nivel de la otra persona, la situación degenerará rápidamente y ninguno saldrá beneficiado. Es difícil poner buena cara al mal tiempo, pero la diplomacia y la serenidad siempre son la mejor baza.

4. Revisa tus expectativas

Solemos ir por la vida cargando expectativas poco realistas sobre los demás. Por eso, en muchas ocasiones no reaccionamos ante la situación sino que nos frustramos o enfadamos porque una persona no ha satisfecho nuestras expectativas. Las personas no van a cambiar su forma de ser solo para adecuarse a nuestras expectativas, por lo que es conveniente que de vez en cuando nos preguntemos si no estaremos esperando demasiado.

Si cada vez que te encuentras con una persona esta se comporta de cierta forma, lo más inteligente es adecuar nuestras expectativas, para que su conducta no nos vuelva a tomar por sorpresa y, sobre todo, no desate una reacción emocional negativo. No dejes que el comportamiento desagradable de alguien te arruine el día, solo porque no estabas preparado para enfrentarlo.

5. Focalízate en ti

A veces, por mucho que lo intentemos, hay personas tan desagradables que terminan haciendo que perdamos la paciencia. En ese caso, respira profundamente y, en vez de seguir escrutando la situación, vuelca tus recursos en tu interior. Recuerda que cuando algo nos molesta o irrita de alguien es porque esa característica tiene una resonancia en tu interior, puede ser un “yo repudiado”. 

La persona que te molesta no ha creado ese botón, ese “foco delirante”, hemos sido nosotros mismos, debido a la falta de tolerancia. Por eso, de vez en cuando conviene preguntarse si no seremos demasiado intransigentes. ¿Por qué un comportamiento nos molesta tanto? Identificar las causas de ese enfado podría ayudarte a responder con mayor ecuanimidad la próxima vez.

4.8 estrellas, basadas en 15 revisiones
Rincón de la Psicología ~ 10:00