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¿Curas o agravas tus heridas? 10 hábitos de las personas resilientes


Una ostra que no ha sido herida, no puede producir perlas. Las perlas solo crecen cuando un cuerpo extraño, como un grano de arena, logra entrar en el interior de la ostra.

En ese momento, la ostra activa sus mecanismos de defensa y produce una sustancia que cubre el cuerpo extraño, formando diferentes capas. Esa sustancia es el nácar.

Por tanto, una perla es el resultado de una herida que ha cicatrizado, de la lucha de la ostra para protegerse.

La resiliencia sigue un proceso muy similar.

Hay personas que cuando son atacadas, cultivan grandes dosis de resentimiento, ira y rencor. Por eso, sus heridas permanecen abiertas aunque pase el tiempo, causando sufrimiento y dolor.

Otras personas logran sobreponerse, generando diferentes capas que actúan como un bálsamo para sus heridas, capas de aceptación, perdón y amor. De esta manera, no solo logran que su herida sane sino que se hacen más fuertes.

Eso es la resiliencia, la capacidad para afrontar la adversidad y salir fortalecidos, crecer gracias a los contratiempos, sacando a la luz lo mejor de nosotros en los tiempos más difíciles. De hecho, la resiliencia no implica únicamente afrontar un problema, sino aprender de este y crecer como personas, potenciando algunas de nuestras mejores cualidades.

La resiliencia puede ser una cuestión de vida o muerte


La resiliencia no solo te ayudará a enfrentar los peores momentos con buena cara, no solo tiene un impacto positivo en tu estado de ánimo sino que también incide en la forma en que tu cuerpo batalla contra la enfermedad.

En este sentido, investigadores del King’s College Hospital de Londres descubrieron que la forma en que afrontamos la enfermedad influye en su curso. En su estudio pudieron apreciar que cuando dos personas tienen la misma condición clínica inicial, aquella que afronta la enfermedad con fatalismo y desesperación tiene un peor pronóstico. Sin embargo, la que afrenta la enfermedad de forma más resiliente y no se da por vencida, tiene mejor pronóstico.

¿Por qué?

La respuesta, o al menos una parte, llega de la mano de otro estudio, esta vez realizado en la Universidad de Cambridge. Todo parece indicar que el proceso resiliente estimula la producción de DHEA. Se trata de una hormona que ha sido rebautizada como “la hormona de la resiliencia” ya que regula los niveles de cortisol, la hormona del estrés y precursora de los procesos inflamatorios. De hecho, se ha apreciado que las personas con niveles bajos de DHEA también son más propensas a sufrir depresión y trastorno por estrés postraumático. 

Por tanto, ser más resilientes no solo nos ayuda a enfrentar el mal tiempo con buena cara sino que también juega a favor de nuestra salud. La buena noticia es que la resiliencia no es una característica innata, se puede desarrollar. Todos podemos aprender a ser más resilientes.

Aprender de las personas resilientes


A lo largo de las últimas décadas se han realizado diferentes investigaciones, cuyo objetivo ha sido descubrir qué tienen en común las personas resilientes. De esta forma, se han puesto de manifiesto algunas características y formas de comportarse habituales:

1. Tienen un sentido del “yo” muy desarrollado

Las personas que logran desarrollar un sentido del “yo” fuerte, que saben quiénes son y qué es importante en la vida, pueden afrontar mejor la adversidad, porque son menos susceptibles a las influencias externas. Se trata de personas que conocen muy bien sus potencialidades y limitaciones, que son capaces de encontrar la fuerza dentro de sí, unafuerza interior que les ayuda a desviar las críticas malsanas y a superar los obstáculos. Estas personas son conscientes de que, aunque algunas veces el camino sea cuesta arriba, son ellas quienes labran su destino. 

2. Sacan lo positivo de cada situación

Las personas resilientes no son optimistas ingenuos sino que desarrollan un optimismo realista. Son conscientes de sus potencialidades y recursos pero, a la misma vez, tienen una visión optimista. Estas personas saben que las situaciones no son completamente positivas o negativas, por lo que se esfuerzan por encontrar los aspectos positivos incluso en medio de la adversidad. Cuando las cosas se tuercen, la persona resiliente intenta aprender la lección. De hecho, una persona resiliente nunca pierde ni fracasa, porque siempre aprende.

3. Miran hacia el futuro

Las personas resilientes suelen desarrollar una visión muy pragmática de la vida. Mientras que la mayoría de la gente pierde tiempo llorando sobre la leche derramada y lamentándose por lo ocurrido, las personas resilientes miran hacia el futuro. Estas personas son conscientes de que, por mucho que la herida les duela, el tiempo lo cura todo. Tienen la capacidad de sobreponerse a la adversidad actual mirando hacia el futuro, pintando un cuadro más completo de la situación, que les permite poner su situación en perspectiva.

4. Son altamente flexibles

Las personas resilientes tienen un concepto de sí muy claro y saben cuáles son sus objetivos, pero también son muy flexibles ante los cambios. Ante una tormenta, no ofrecen la peligrosa resistencia del roble sino que se comportan como el cáñamo, se pliegan cuando es necesario para después volver a recomponerse. Saben adaptar sus planes a las nuevas circunstancias, no se aferran al pasado sino que son capaces de reestructurar su camino con gran rapidez. Al no aferrarse a una única solución, el universo de posibilidades que tienen ante sí es más amplio.

5. Son persistentes en sus propósitos

Las personas resilientes cambian la ruta, no el destino. De hecho, si algo las caracteriza es su enorme perseverancia y tenacidad. Estas personas saben muy bien a dónde quieren llegar y luchan para conseguirlo. Su secreto radica en que no luchan batallas perdidas de antemano, no emprenden contra los molinos de viento sino que fluyen en el sentido de la corriente. Estas personas son conscientes de que no pueden decidir la dirección del viento, pero pueden orientar las velas para aprovecharlo a su favor. 

6. Enfrentan la vida con sentido del humor

Una de las características más importantes, que distinguen a las personas resilientes, es su sentido del humor. De hecho, no solo son capaces de reírse de la adversidad sino también de ellos mismos. De esta forma, convierten a la risa en una aliada que les permite mantener el optimismo cuando todo a su alrededor se vuelve oscuro. Sin embargo, estas personas no se burlan de los demás, su sentido del humor es inteligente y crítico, que no pretende restarle importancia a la situación, sino tan solo desdramatizar y liberar las emociones negativas.

7. Cultivan la aceptación

Las situaciones traumáticas que no han sido procesadas a nivel emocional, continúan haciéndonos daño. De hecho, se ha apreciado que las vivencias traumáticas y aquellas que ya hemos aceptado, se almacenan en lugares diferentes de nuestro cerebro y, al evocarlas, activan emociones distintas. Por eso, las personas resilientes se esfuerzan por cultivar la aceptación. Estas personas notan el dolor de la herida pero no lo niegan ni intentan reprimirlo, sino que lo aceptan. Las personas resilientes reflexionan sobre las experiencias negativas, para poder comprenderlas, aceptarlas y encontrarles un lugar en su “yo”. De esta forma logran pasar página con mayor rapidez. 

8. Aceptan la incertidumbre

Una de las mayores fuentes de tensión, estrés y agobio es intentar controlar todas las situaciones. Cuando algo se nos escapa de las manos, la inseguridad no tarda en sentar casa. Por eso, las personas resilientes deciden abrazar la incertidumbre, comprenden que no hay respuestas para todo y que a veces, cosas malas le ocurren a gente buena. Estas personas no se torturan buscando una explicación que jamás encontrarán, en su lugar, aceptan la incertidumbre que llega con cada cambio, e intentan manejarla lo mejor posible.

9. Confían en sus capacidades

Las personas resilientes no son superhéroes. Y lo saben. Sin embargo, confían en sus habilidades y, sobre todo, en su capacidad para salir adelante. Ante un obstáculo, la persona resiliente quizás no tiene la destreza o el conocimiento necesario para hacerle frente, pero ello no le desanima, al contrario, lo afronta como un reto, porque confía en que podrá lidiar con la situación de la mejor manera posible y salir fortalecida. Las personas resilientes tienen fe en sí mismas, no creen que harán las cosas de manera perfecta pero saben que darán lo mejor de sí. Y eso resulta suficiente para encontrar la fuerza que necesitan.

10. Se rodean de personas positivas

Si algo distingue a las personas resilientes, desde pequeños, es que saben rodearse de gente positiva, que puedan apoyarles cuando más lo necesiten. Las personas resilientes son independientes y les gusta afrontar solos los retos pero también saben cuándo es el momento de pedir ayuda. Son conscientes de la importancia de cultivar sus amistades y de elegir cuidadosamente a las personas que pueden entrar en su círculo más íntimo. Es como si tuvieran un sexto sentido para detectar a las personas tóxicas, y las mantienen fuera. Así logran crear una sólida red de apoyo que les sostendrá en los momentos más complicados.

Recuerda siempre la frase de Viktor Frankl: “El hombre que se levanta, es aún más fuerte que el que no ha caído”. Este psiquiatra, que fue recluido en uno de los campos de concentración nazi, sabía muy bien de qué hablaba.


Fuentes:
Goodyer, I. M. et. Al. (1998) Adrenal steroid secretion and major depression in 8-to 16-year-olds, iii: Influence of cortisol/dhea ratio at presentation on subsequent rates of disappointing life events and persistent major depression. Psychological Medicine; 28: 265-273.
Taylor, S. E.; Lichtman, R. R. & Wood, J. V. (1984) Attributions, beliefs about control and adjustment to breast cancer. Journal of Personality and Social Psychology; 46: 489-502.

Yesterday’ cumple 50 años


La canción de Paul McCartney para los Beatles es la más versionada de la historia

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Todo comenzó una mañana en mayo de 1965. A Paul McCartney se le había pegado una melodía en la cabeza durante un sueño y no conseguía quitársela. Lo que parecía un juego de su mente llegó a convertirse en una de las melodías más reconocibles de la historia del pop en manos de The Beatles. Según sus propias palabras, era como una vieja melodía de jazz, como las que solía cantar su padre y que le hacía volver a su pasado.
La letra, en cambio, fue otro cantar. Cuenta la leyenda que su autor canturreaba como primer verso “scrambled eggs, oh baby, how I love your legs” (“Huevos revueltos; oh, cariño, cómo me gustan tus piernas”). Lo repitió durante días pero, al final, durante un viaje a Portugal con su chica de entonces, Jane Asher, le puso los versos adecuados.

Letra de 'Yesterday'

Ayer,
Todos mis problemas parecían tan lejos.
Ahora parece como si
Estuvieran aquí para quedarse.
Oh, yo creo en el ayer.
De repente,
No soy ni la mitad del hombre que solía ser.
Hay una sombra suspendida sobre mí.
Oh, el ayer vino de repente.
Por qué ella tenía que irse, no lo sé.
No me lo dijo.
Yo dije algo malo,
Ahora añoro el ayer.
Ayer,
El amor era un juego tan fácil de jugar.
Ahora necesito un lugar para esconderme.
Oh, yo creo en el ayer.
La canción, finalmente, se grabó el 14 de junio de 1965. Después de una toma con John Lennon en el órgano Hammond, el productor George Martin sugerió a McCartney usar un cuarteto de cuerda. McCartney se resistió en un principio y dijo: “No quiero ser un Mantovani –en referencia al compositor de música ligera italiano, que solía tocar en aquella época en auditorios de Londres-“. Pero sin esos arreglos la canción no hubiese sido la misma.
Yesterday se publicó en el álbumHelp! . Tiene el honor de ser la canción con más versiones de la historia, según el Libro Guinness de los récords. Entre sus más de 1.500 versiones, son famosas las cantadas por Frank Sinatra, Aretha Franklin, Elvis Presley o Willie Nelson. Este monologo interior de McCartney guarda una melancolía mágica. Es casi imposible no quedar seducido por ella. 
A continuación, te ofrecemos un listado de cinco de las versiones más celebradas de todos los tiempos.
Una canción eterna

1. Elvis Presley
El Rey del rock nunca se entendió con los Beatles, a los que vio como fruto de una generación, la de la contracultura, con la que no sintonizó. De hecho, el encuentro entre los Fab Four y Presley no fue fructífero, nada que ver con el que tuvieron con Bob Dylan. Sin embargo, Presley gustó de versionar algunas de las baladas de los Beatles, idóneas para su garganta galáctica.
 2. Willie Nelson
El padre de los forajidos del country lleva Yesterday a su terreno, haciendo una de las versiones más emotivas de todos los tiempos. Con su voz profunda y pletórica, Nelson le pone vaqueros a la balada de McCartney, sustituyendo las cuerdas por una guitarra sencilla pero efectiva, como si hubiese sido escrita para cantarse en una cantina de Texas.
3. Frank Sinatra
La Voz siempre renegó del rock y afirmó que corrompía a los jóvenes. Pero no pudo resistirse a cantar una canción que estaba por encima de todo un movimiento musical. Con su gran ropaje pop, Yesterdayera una balada intergeneracional y Sinatra supo conservar su poderosa carga melancólica en su propuesta de jazz vocal. Las cuerdas siguen jugando un papel esencial pero, en esta ocasión, se despliegan en un sentido jazzístico más sugerente y lento.  
4. Aretha Franklin
La voz femenina más espectacular del soul y, posiblemente, de toda la historia de la música popular no podía dejar de poner su espíritu en esta canción eterna. Con su timbre penetrante de divino filo, Aretha Franklin viste a Yesterday con sus galas vocales. Entre el jazz y el soul, su versión es tal vez la más nostálgica de todas las grabadas por ningún otro artista. 
5. Ray Charles
Uno de los pilares de la música afroamericana le dio su esencial toque al piano, a lo que añadió su particular modo de cantar, mucho más lento. 
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EL REY QUE QUERIA SER ALABADO - JORGE BUCAY


EL PERDÓN SANA Y LIBERA


Posted: 15 Jun 2015 06:47 AM PDT
CHARLA SOBRE  EL PODER SANADOR DEL PERDÓN Y LA FUERZA DEL PENSAMIENTO
EN VALLADOLID EL 19 DE JUNIO A LAS 20 HORAS EN EL HERBOLARIO BELÉN. INFORMES EN EL 652612641
                  
EL PERDÓN.

Esta es, sin duda alguna, la asignatura más difícil de nuestras vidas. Ejercitar el perdón es harto complicado cuando percibimos que el daño recibido es irreparable. No obstante, incluso en esas circunstancias, es posible perdonar. Es algo que debemos hacer por el bien de nuestra salud emocional y física, ya que el rencor es un lastre que nos amarga la existencia y nos impide vivir en armonía. El rencor está muy unido al miedo, pero el perdón libera y sana nuestros temores. 

Personalmente, estaba convencida de que había perdonado de corazón a mi padre y, en general, todos los asuntos relacionados con las adversidades de mi niñez. Sin embargo, a raíz de la enfermedad y muerte de mi padre, me di cuenta de que solo lo había perdonado intelectualmente. Había dicho interiormente “te perdono” para después enterrar el pasado en el olvido.

Finalmente, comprendí que, para perdonar, no basta con decirlo, lo que verdaderamente sana las heridas de nuestra memoria consciente e inconsciente es sentir y experimentar el perdón en lo más profundo de nuestro ser, para ponerlo en práctica. El perdón va siempre de la mano de la reconciliación con la memoria, a través de la sanación de los recuerdos dolorosos. Una de las cosas que he descubierto es que, para que el perdón sea profundo y sanador, es imprescindible comprender las razones, los porqués de las acciones que tanto daño nos causaron. 

Sabemos que hemos perdonado cuando sentimos compasión infinita por quien nos causó sufrimiento y declaramos su inocencia y recordamos sin dolor.

¿Conoces el concepto House-Sitting? Te prestan su casa si cuidas a su mascota

Queremos contarte de una maravillosa idea que a cambiado la manera viajar sin preocuparte por cuidar de tu mascota, el concepto se llama House-Sitting, y consiste en prestar tu casa a alguien que quiera ir al país donde vives con la condición de que cuide de ella y de tu mascota.

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Con esta idea, te ahorras dinero al no tener que pagar hoteles u hostales donde quedarte en tus vacaciones, ya que la persona que cuidará de tu casa te prestará la suya y no solo eso, sino que cuidará de tu mascota en tu propio hogar, algo que de verdad se valora. Las principales responsabilidades que ambas partes deben tener con las respectivas casas son:
  • Asear la casa
  • Si tiene jardín, darle mantenimiento
  • Cuidar de las plantas y mantener todo en orden
  • Si hay algún desperfecto, repararlo
  • Alimentar y cuidar de tu mascota
  • Sacarla a pasear 
  • En caso de emergencia o seguimiento de tratamiento en tu mascota, llevarla al veterinario
  • Recoger el correo, paquetería o servicios que reciba durante su estancia en tu hogar
  • Comunicación constante de ambas partes.
Muchas personas han argumentado que puede ser un poco peligroso hacerlo, ya que pueden presentarse los siguientes inconvenientes como los siguientes:
  • Estar expuestos a robo de casa
  • Destrucción total o parcial del hogar 
  • Maltrato animal
  • Descuido o desinterés de tu mascota
  • Fraude
 Sin embargo, al parecer esta idea a funcionado y cada vez la idea es mas aceptada en el mundo entero y una de las razones principales de aceptación es por la idea de poder dejar a su mascota en su espacio mientras viajas sin que sufra estrés.
Aquí te dejamos algunos portales donde puedes obtener información específicas y leer experiencias de personas que han experimentado la idea.
  •  http://www.housecarers.com/
  • http://www.homesitters.co.uk/
  • http://www.luxuryhousesitting.com/
Si te interesa el concepto, regístrate en la página que mas te agrade y ponte en contacto para que te cuenten en que consiste y suerte!.
Recuerda elegir perfectamente a alguien que te inspire confianza y si te es posible investígala, no queremos malas experiencias y sorpresas desagradables al regresar a tu hogar, es importante que entrevistes a las personas que vivirán en tu casa y cuidará de tu amigo peludo. también te recomendamos tener a un vecino como aliado que pueda reportarte si nota algo extraño en tu hogar.

LAS RANITAS EN LA NATA - JORGE BUCAY


12 PASOS PARA SIMPLIFICAR TU VIDA....


1-Ordena tu vida, sentirás una gran oleada de inspiración cuando te deshagas de cosas que ya no son útiles en tu vida:

• Regala las cosas que llevas uno o dos años sin utilizar.

• Regala esos archivadores viejos que ocupan espacio y que casi nunca utilizas.

• Dona juguetes, herramientas, libros, bicicletas y platos que no utilices a instituciones de carida.


Elimina todo aquello que te despierte el deseo de adquirir objetos que contribuyan a una vida desordenada. Recuerda lo que dijo Sócrates: "Está más cerca de Dios quien necesita menos". Así que mientras menos posesiones necesites asegurar, cuidar, desempolvar, organizar y mover, más próximo estarás a escuchar el llamado de la inspiración.

2. Elimina de tu agenda las actividades y obligaciones innecesarias e indeseables.

Si no estás preparado para el Espíritu, lo más probable es que no sientas el resplandor de la inspiración. Dios estará a tu lado, te enviará la orientación, y las personas, que necesitas; pero si estás completamente ocupado, te perderás de estos regalos que pueden transformar tu vida. Así que dile no a las exigencias excesivas, y no te sientas culpable de inyectar una dosis de tiempo libre a tu rutina diaria.

3. Asegúrate de que tu tiempo libre sea libre

Ten cuidado con esas invitaciones que pueden mantenerte en la cúspide de la pirámide social, pero que te impiden el acceso a una inspiración gozosa. Si los cócteles, las reuniones sociales, los eventos para recaudar fondos, e incluso charlar y beber con los amigos no es la forma en que realmente quieres pasar tu tiempo libre, no lo hagas. Rechaza las invitaciones que no activen sensaciones de inspiración.

Creo que pasar una tarde leyendo o escribiendo cartas, viendo una película con un ser querido, cenar con mis hijos o hacer ejercicio, es más inspirador que asistir a un evento en el que suelen abundar las conversaciones inútiles. He aprendido a rechazar esos eventos sin tener que disculparme, y eso me ha permitido tener más momentos de inspiración.

4. Saca tiempo para la meditación y el yoga

Saca por lo menos 20 minutos diarios, siéntate en silencio y establece un contacto consciente con Dios. Escribí un libro sobre este tema, “Cayendo al abismo”, así que no me extenderé más. Sin embargo, diré que he recibido miles de mensajes de personas de todo el mundo en los que me expresaron su agradecimiento por haber aprendido a simplificar su vida cuando comenzaron a meditar. Te invito a que busques un centro de yoga cerca de tu casa y comiences a practicar con regularidad. Las recompensas son maravillosas: te sentirás menos estresado y más saludable e inspirado por todo lo que podrás hacer con y por tu cuerpo en muy poco tiempo.

5. Regresa a la sencillez de la naturaleza

No hay nada que sea más inspirador que la naturaleza. La fantasía de regresar a una vida menos tumultuosa casi siempre implica vivir en el esplendor de las montañas, los bosques o de un valle, en una isla, cerca al mar, o al lado de un lago. Estos deseos son universales, pues la naturaleza ha sido creada por la misma Fuente que nos creó a nosotros. Estamos constituidos por las mismas sustancias químicas de la naturaleza (somos polvo estelar, ¿recuerdas?).

Tu deseo de simplificar y de sentirte inspirado es impulsado por el deseo de ser tu "yo" natural, es decir, la naturaleza de tu yo. Así que camina o acampa en el bosque; nada en un río, lago o en el mar; siéntate frente a una fogata, monta a caballo, o esquía en la nieve. Esto no significa que tengas que darte unas vacaciones largas ni planearlas con meses de anterioridad: no importa dónde vivas, a pocas horas siempre habrá un parque, campamento o sendero que te permitirá disfrutar de la sensación de estar conectado con todo el Universo.

6. Marca distancia entre tú y tus críticos

Decide alinearte con personas que también quieran encontrar una inspiración simplificada. Dales una bendición silenciosa a quienes andan buscando defectos o son amigos de las confrontaciones, y apártate de su energía tan rápido como sea posible. Simplificarás tu vida enormemente si no tienes que justificarte ante nadie, y si recibes apoyo en vez de críticas. No tienes por qué soportar las críticas; simplemente agradece con amabilidad y promete pensar en lo que te digan, pues representa un conflicto que no te permitirá sentirte inspirado. No necesitas justificar tus deseos ni tu personalidad, pues esas sensaciones internas son el Espíritu que te habla: son pensamientos sagrados, así que no permi­tas que nadie los destruya.

7. Saca un tiempo para tu salud

Recuerda que el mayor problema de salud en nuestra sociedad parece ser la obesidad. ¿Cómo puedes sentirte inspirado y vivir con sencillez si consumes cantidades excesivas de alimentos y no haces el ejercicio que tu cuerpo te pide? Recuerda que tu cuerpo es el templo sagrado donde vives durante esta vida, así que saca un poco de tiempo cada día y haz ejercicio. Si sólo puedes darle una vuelta a la manzana, simplemente hazlo. De igual manera, incorpora a tu consciencia las pala­bras control de porciones: ¡tu estómago tiene el tamaño de un puño, no de una pala! Respeta tu templo sagrado y simplifica tu vida haciendo ejercicio y comiendo con moderación; ¡te prometo que te sentirás inspirado si comienzas a hacerlo ya!

8. ¡Juega, juega, juega!

Simplificarás tu vida y te sentirás inspirado si aprendes a jugar en vez de trabajar toda tu vida. Me encanta estar rodeado de niños porque me inspiran con sus risas y su frivolidad. De hecho, muchos adultos me han dicho: "Wayne, no has madurado: siempre estás jugando". ¡Esto es algo que me enorgullece profundamente! Juego cuando hablo en el escenario, y juego mientras escribo ahora.

Quiero aprovechar para darle las gracias a Howard Papush, quien escribió un maravilloso libro titulado “Tiempo de receso: sorteando tu vida en medio de las tensiones”, el cual te recomiendo (Howard también ofrece seminarios en los que enseña a jugar y a divertirse). En su libro, Howard comparte esta hermosa frase de Richard Bach: "Tu vida está orientada por un aprendiz interior, por ese ser espiritual y juguetón que es tu verdadero yo". Estoy totalmente de acuerdo: ¡por favor, entra de nuevo en contacto con tu yo real y juguetón, y aprovecha la menor oportunidad para jugar! Verás que todo será más dulce y más simple.

9. Disminuye el ritmo

Una de las observaciones más iluminadoras de Gandhi nos recuerda que, "La vida es algo más que aumentar el ritmo". Este es un gran consejo para simplificar tu vida; de hecho, disminuye el ritmo de todas tus actividades durante un momento, aquí y ahora. Lee estas palabras lentamente. Desacelera tu respiración para que seas consciente de cada inhalación y exhalación...

Cuando vayas en tu auto, disminuye la velocidad y relájate. Desacelera tu forma de hablar, tus pensamientos y el ritmo frenético de todo lo que haces. Dedica más tiempo a escuchar a los demás; sé consciente de tu inclinación a interrumpir y a dar por terminadas las conversaciones, y opta más bien por escuchar. Detente y aprecia las estrellas en una noche despejada, o las formas de las nubes en un día gris. Siéntate en un centro comercial y observa cómo todas las personas parecen ir deprisa y sin rumbo alguno.

Si disminuyes el ritmo, simplificarás tu vida y te re­unirás con el ritmo perfecto con el que funciona la creación. Imagina que tratas de forzar a la naturaleza halando una planta de tomate que acaba de brotar: eres tan natural como esa planta, así que permítete estar en paz con la perfección del plan de la naturaleza.

10. Haz todo lo posible para evitar las deudas

Recuerda que estás intentando simplificar tu vida, así que no necesitas comprar objetos que la complicarán y la trastornarán. Si no puedes adquirirlos, olvídate de ellos hasta que puedas hacerlo; al contraer deudas, sólo agregas más capas de ansiedad a tu vida. Esa ansiedad te alejará de la paz, que es el lugar donde te encuentras cuando estás en Espíritu. Si tienes que trabajar más para pagar deudas, disfrutarás menos de tu vida actual; en consecuencia, estarás más lejos de la paz y la alegría, que son los símbolos de la inspiración. Te sentirás mucho mejor y disfrutarás tu vida si tienes menos en vez de contraer deudas que no te darán paz y tranquilidad, sino estrés y ansiedad. Y recuerda: el dinero que posees sólo es energía, así que niégate a conectarte con un sistema energético que no es real.

11. Olvídate del valor efectivo

Procuro no pensar frecuentemente en el dinero, pues he observado que las personas que lo hacen no piensan en casi nada más. Entonces, haz lo que tu corazón te diga que es lo que te hace feliz, en vez de pensar si será rentable o no. No te niegues a los placeres de la vida por razones monetarias; no determines tus compras por el hecho de obtener un descuento, y no te prives de sentir alegría porque no te hicieron una rebaja. Puedes llevar una vida feliz y satisfactoria, y si en este momento estás pensando que yo tengo el descaro de decirte esto porque tienes una situación financiera precaria, es porque tú mismo has levantado tu propia barrera de resistencia.

Deja de ponerle una etiqueta con precio a todo lo que tienes y haces: a fin de cuentas, en el mundo del Espíritu no hay etiquetas con precios. No hagas del dinero el centro de todo lo que tengas o hagas; más bien, descubre el valor inherente a todas las cosas: así simplificarás tu vida y regresarás al Espíritu. Un dólar no determina el valor, aunque vivas en un mundo que intenta convencerte de lo contrario.

12. Acuérdate de tu Espíritu

Si la vida te parece muy compleja, rápida, desordenada, frenética, o difícil, acuérdate de tu propio Espíritu. Estás enca­minado a la inspiración, un lugar sencillo y pacífico en donde estás en armonía con la sincronización perfecta de toda la creación. Viaja mentalmente allí y detente con frecuencia para recordar lo que realmente quieres.

Wayne Dyer

LA SOCIEDAD NO DEJA QUE LOS NIÑOS SEAN NIÑOS

Posted: 12 Jun 2015 04:22 AM PDT
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Quiero dar voz a esos niños y niñas muy sensibles al ruido, a la gente, a las etiquetas de la ropa, a las costuras, a esos niños tan motrices y con una gran necesidad de movimiento, a esas niñas tímidas, a los que necesitan su tiempo para adaptarse a los cambios, a las que no les gusta el olor o la textura de algunos alimentos, a los que cambian de actividad con frecuencia, a los que empiezan 10 cosas a la vez, a los más creativos y menos intelectuales… A todos y cada uno de estos niños y niñas maravillosos y únicos seres van dedicadas las siguientes líneas, más bien se las dedico a los adultos responsables de dichos niños y niñas (padres, madres, maestros, abuelos, tíos, vecinos y profesionales…).
Es difícil entender, comprender y aceptar que un niño no quiera ponerse los calcetines que hemos escogido, que no quiera terminarse el plato, que no le apetezca dar un beso a la abuela, que no nos dé las gracias, que le moleste la luz intensa o el ruido, que no pare quieto… Hay niños muy sensibles a las costuras y les molesta mucho el roce que producen los calcetines en el zapato. Hay calcetines sin costuras que seguro les gustaría llevar. O también se los podemos poner al revés. Conozco un niño que siempre quería ponerse los calcetines del revés hasta que su madre le trajo un día unos sin costuras.
Es tremendamente inquietante para algunos adultos ver a un niño moverse de un lugar a otro corriendo, saltando, brincando… Solemos decirles: “anda bien, siéntate bien, come bien…” Cuando para ellos ya lo están haciendo “bien”. Ellos están cómodos haciendo las cosas a su modo y a su ritmo. Somos los adultos los que no podemos ni sabemos cómo gestionar la actividad y espontaneidad de nuestros hijos o alumnos. Y yo me pregunto: “¿Por qué será?” Será porque de niños a nosotros tampoco nos dejaron mover ni nos respetaron… Hacer que un niño tenga que reprimirse motrizmente es algo que en un futuro le saldrá de una forma desplazada: tienen reacciones desproporcionadas ante sucesos, actúan desde la reacción emocional automática gritando o pegando. También pueden llegar a ser personas psicológicamente inseguras y con una autoestima muy baja. Académicamente no pueden rendir bien ni concentrarse si su necesidad motriz no es satisfecha.

Las emociones reprimidas en la infancia no desaparecen como por arte de magia al no ser satisfechas o negadas. Se intensifican al ser actualizadas. Las emociones son para ser expresadas. La naturaleza así lo diseño. No sentimos para luego reprimir, sentimos para poder expresar y sacar… Una emoción “guardada” sale en forma de “explosión emocional” cada vez que un adolescente o un adulto conecta con algo que le recuerda “eso” que ya vivió en su infancia. Le es familiar.

Yo solía encenderme por dentro hace 15 o 20 años cada vez que alguien me criticaba, juzgaba o me cuestionaba. Conectaba con la niña que había sido y con el desamparo, falta de atención y mirada. Cuando no podía sostener una situación explotaba y no me podía responsabilizar de aquello que estaba sintiendo ya que no lo comprendía ni sabía por qué me sentía así. Luego con los años, después de mucha indagación personal, estudio y observación me di cuenta de que todo me venía de mi infancia y de cómo había sido hablada y tratada. Las emociones que entonces debía reprimir se actualizaban en el presente. Con 5 o 7 años lloramos, de adultos explotamos… La vivencia interna es la misma pero la reacción es distinta.
Cuando oigo decir que hay bebes o niños de “alta demanda” me pregunto si no habrá madres de pocos recursos emocionales o a quienes les cuesta fusionar y conectar con sus hijos. Cuando hay una desconexión o falta de fusión emocional por parte de la madre hacia el hijo, (algo muy común, hoy en día, si ellas tampoco estaban fusionadas ni conectadas con sus propias mamas) este lo nota ya que el bebé o niño sí está fusionado emocionalmente a la madre. Al sentir dicha falta o carencia de conexión y fusión por parte de la madre hacia el hijo, él o ella empieza a pedir aquello que legítimamente la naturaleza programó: contacto, pecho, mirada, atención, presencia… Y como no lo recibe sigue pidiendo cada vez más y más… No se trata de culpar a la madre, ella no tiene recursos emocionales suficientes. Pero tampoco se trata de etiquetar al niño de demandanteHay un desequilibrio entre lo que el niño necesita y lo que la madre es capaz de dar. Nos es más fácil decir que el niño pide demasiado. Nadie pide lo que no necesita, nadie. Quizás necesite más de lo que nosotras emocionalmente podemos darle.

Solemos interpretar lo que el niño necesita y quiere desde lo mental y racional. También les comparamos y emitimos juicios. Interpretar no es sentir ni mucho menos estar fusionadas ni conectadas emocionalmente… Interpretar es dar lo que nosotras pensamos que el niño quiere, no lo que realmente está necesitando. Interpretar no es satisfacer sino suponer. Interpretar es desde la cabeza. Fusionar y conectar es desde lo instintivo, desde el corazón.

Podemos seguir etiquetando a los niños de hiperactivos, hipersensibles, de alta demanda, superdotados, de altas capacidades, agresivos, mal comedores, antipáticos, tímidos, extrovertidos, habladores… No dejan de ser niños y cada niño es diferente y tiene diferentes necesidades, intereses y ritmos.

Esas palabras, a mi entender, no son más que opiniones o juicios aunque sean diagnosticados por profesionales llamados expertos. Cuando un niño es llamado hiperactivo es porque un adulto cree que se está moviendo más de lo “normal” o más de lo que ese adulto puede soportar, tolerar  o gestionar… ¿Cómo  podemos saber eso? Comparándolo con otros niños, ¿verdad? Y ¿Que niños son esos? Yo me pregunto, son niños libres, respetados y aceptados y amados incondicionalmente o son niños adaptados a una sociedad hecha por y para los adultos… Muchos niños dejan de moverse por que no se les permite y han aprendido a reprimir esa actividad corporal desplazándola  en otras actitudes: violencia, morderse las uñas, necesitar ver mucha pantalla para no escuchar su cuerpo, comer… Incluso pueden llegar a somatizar se en su propio cuerpo. La enfermedad se manifiesta por síntomas.

A muchos adultos nos cuesta ponernos en el lugar de estos niños. Queremos y creemos que deben comportarse de un modo en particular y se nos olvida que ser niño es precisamente ser auténticamente espontaneo.

Por qué en vez de querer cambiarlos a ellos no intentamos cambiar nuestra forma de verlos y de relacionarnos con ellos. Cuando cambiamos nuestra forma de mirar, las cosas y personas que miramos cambian de forma. En vez de pedir ayuda para corregirlos y diagnosticarlos podríamos pedir ayuda para entenderlos y acompañarlos.
Etiquetar a un niño es dejar de responsabilizarnos y pensar que el problema lo tiene el niño. Ya podemos decir: “es que es esto o tiene esto o lo otro” como si nosotros no tuviéramos nada que ver con ese “diagnostico”.

Aceptar a un niño tal y como es nos cuesta mucho y pensar que le pasa algo es más fácil que intentar ver qué es lo que necesita y como satisfacer dicha necesidad sea de movimiento, silencio, contacto, escucha, mirada, descanso…

La sociedad en la que vivimos no mira a los niños sino que exige a los niños que miren a los adultos. No damos a los niños primero para que luego ellos estén llenos y puedan dar a su vez. Les pedimos, les exigimos, les ordenamos, les amenazamos, les castigamos, les gritamos, no les dejamos ser niños en un mundo de adultos. Necesitamos que se comporten como adultos aun siendo niños. Nos cuesta acompañarles y satisfacerles, no tenemos tiempo para ellos… Ellos son el futuro y sobreviven como pueden… Acaso se nos olvidó que nosotros también tuvimos que pasar por eso y precisamente ese olvido hace que la historia se repita.

Abramos los ojos de par en par y empecemos a recuperar el vínculo perdido. Si no lo hacemos en esta generación casa vez será más difícil.
Corre ves y mira a los niños con otros ojos.

Yvonne Laborda

LA CODICIA - JORGE BUCAY


El Diario de Ana Frank - Una historia para no olvidar

Mujer despues de los 40


Posted: 11 Jun 2015 01:21 AM PDT
Diario de Ana Frank
"Espero poder confiártelo todo como no he podido hacerlo todavía con nadie; espero también que serás para mí un gran sostén." Así comienza el Diario de Ana Frank, un catorce de junio, días después del cumpleaños de Annelies Marie Frank. Un regalo que recibió en su décimo tercer cumpleaños y en él que comenzó a escribir sin saberlo los últimos años de vida. Un testimonio estremecedor que se convertiría más tarde en el símbolo de la barbarie del Holocausto. Siendo una niña leí estelibro y para escribir este post he vuelto a hacerlo. Debo deciros que sigue encerrando esa fuerza, naturalidad, precocidad y angustia que ya me sobrecogieron la primera vez. Sirvan estas líneas para recordar a una prometedora escritora que aunque nunca quiso dar a leer sus escritos, sino sondear su corazón, ha conseguido dejar una huella perenne en nuestra alma. 

¡Ana! Hoy voy a escribir el final de tu historia que me hubiese gustado leer. Ese que te robaron la maldad y el antropófago Leviatán que moran en el corazón de muchos hombres.


Diario de Ana Frank.

Hay libros que calan hondo y el Diario de Ana Frank es uno de ellos. Da igual que lo leas siendo una niña o ya una mujer hecha y derecha lo terminas y te rompes por dentro. Más teniendo en cuenta que todos conocemos el fatal desenlace que tiene su historia. Porque todo lo que nos relata sobre sus dos años (desde julio de 1942 a agosto de 1944) de estancia en el anexo de una vivienda destinada a oficinas de la empresa de su padre en el número 263 de Prinsengracht, uno de los canales de Amsterdam. Dónde estuvo escondida junto a otras siete personas más, huyendo de la política de exterminio que vivió el pueblo judío durante la ocupación nazi de Holanda, no fue sino la antesala de un horror aún mayor y del final de una joven que se apagó en un campo de concentración en Bergen Belsen, dónde enfermó de tifus y nos dejó en febrero de 1945 .


Ana recoge con maestría en tres cuadernos, que aún se conservan, el día a día de ese confinamiento forzoso y las condiciones en las que vivieron el matrimonio Van Peels y su hijo Peter, el dentista Pfeffer y la familia Frank, formada porOtto su padre, al que ella llama cariñosamente Pim, Edith su madre con la que mantiene una relación difícil y Margot su hermana mayor. La sucesión de días y anécdotas se van impregnando de una mirada hacia su interior, sus miedos, sus anhelos, su sufrimiento..., que atrapa. Una lectura del hombre y de una época oscura que nada tiene de literatura, es la vida cruda y maravillosa al mismo tiempo. 

Diario de Ana Frank



Retrata el paso de los días aburrido, monótono, asfixiante, y como convivían hacinados en un espacio reducido, ocultos tras una puerta de entrada giratoria que simulaba un armario, compartiendo por turnos un barreño para su aseo personal, con ropa que se les quedaba pequeña dos o tres tallas, comiendo lo que a duras penas podían conseguir con cartillas de racionamiento, apretando los dientes para no gritar cuando los bombardeos y ametralladoras poblaban sus noches y temiendo ser descubiertos, torturados o enviados a un campo de concentración. No sé cómo reaccionaríamos muchos de nosotros, pero Ana consiguió liberar su alma que compartió con nosotros en su diario e incluso encontró espacio para el amor o para la ilusión del mismo. Peter y ella cogidos de la mano viendo las estrellas y sintiendo que todo era posible, una imagen preciosa que perdura en mi retina, como también lo hace la de una joven famélica y enferma que se reencuentra con su amiga de la infancia, Hanna Pick, en el campo de concentración de Bergen Belsen. Ambas jóvenes no se ven porque una valla cercada las separa pero Hanna reconoce a su amiga. Ésta ya no es aquella Ana que sonríe, ha perdido la esperanza separada de sus padres, hambrienta y sola, pues su hermana Margot había fallecido antes que ella. Lloraron juntas en ese reencuentro, oyéndose sin verse, y un mes más tarde Ana simplemente deja de estar, muere.

"Todo aquel que leyó el diario de Ana Frank dice que ella creía en lo bueno del hombre... y yo digo: ‘sí... pero eso era antes de Auschwitz", Hanna Pick, amiga de la infancia de Ana Frank.

Recientemente se han encontrado más datos sobre su muerte, que se databa a final de marzo, y que tras el análisis derelatos de testigos y documentos se cifra ahora en febrero, aunque se desconozca el día exacto. Muchos alivian así la rabia de saber que el campo de concentración de Bergen Belsen fue liberado el 15 de abril de 1945, y de acuerdo a las fechas anteriores Ana hubiese estado cerca de la salvación por unos días. ¡Quizás ese final hubiese sido el más probable si hablásemos de una historia de justicia, de equidad, de razón y de amor! Pero la historia de Ana es el retrato de la sin razón, de la crueldad, y de la injusticia elevada a la categoría de monstruo antropófago que expuso a la luz la oscuridad de la que es capaz el hombre. 
Diario de Ana Frank

Y es que además fueron delatados, un informante que no se ha podido identificar fue el que acabó con el sueño de esta joven que soñaba con ser escritora e idolatraba a su padre Otto. El 4 de agosto de 1944, por la mañana, la Policía de Seguridad Alemana irrumpió en su escondite y arrestó a las cocho personas que encontró en el anexo de la vivienda. Ana y Margot fueron enviadas al campo de concentración de Bergen Belsen, y su madre y su padre a Auschwitz. Las dos hermanas fallecieron enfermas de tifus, su madre de pura inanición y  su padre el único que sobrevivió al Holocausto. Tras la guerra, liberado de Auschwitz, regresó a Amsterdam dónde localizó a Miep Gies "la mecanógrafa", una de las personas que les habían ayudado a esconderse y ésta le entregó los cuadernos de Ana. El diario fue publicado en 1947 y algunos dicen de él que fue más determinante que el mismo juicio de Nuremberg para grabar en la memoria colectiva el horror nazi.
"Para el mundo, es un símbolo. Para mí, era mi amiga de la infancia", Hanna Pick, amiga de la infancia de Ana Frank.

En toda esta historia hay cuatro nombres que me gustaría destacar, son los de los cuatro empleados de Otto Frank. Miep Gies, Johannes Kleiman, Victor Kugler y Bep Voskuijl que se convirtireon en los protectores de nuestros refugiados. Más tarde el marido de Miep, y el señor Johannes Voskuijl, padre de Bep, tomarían parte también en la trama. Fue Miep quien consiguió salvar los diarios de Ana antes de que el refugio fuera vaciado, como era practica habitual, por los alemanes. Así lo encontró Otto cuando regresó en junio de 1945, vació. Éste trató de reflotar sus empresas Opekta y Pectacon, junto con sus antiguos y leales empleados, pero aún tuvo que hacer frente a algunos reveses como la amenaza de derribo del inmueble. La movilización fue masiva y así en 1957 se creó la Fundación Ana Frank para salvaguardar el legado y los ideales de nuestra escritora. La casa del 263 de Prinsengracht se abrió al público en 1960 y hoy es uno de los museos más visitados de Amsterdam, más o menos un millón de personas rinden un sincero recuerdo a nuestra querida Ana.
"Imagínate que yo publicase una novela sobre nuestro refugio. ¿No crees que seria interesante?... La historia de ocho judíos escondidos en un refugio, su manera de vivir, de comer y de hablar produciría un efecto extraño, años después de la guerra." 29 de marzo de 1944, Diario de Ana Frank.


Diario de Ana Frank
@ Allard Bovenberg
Algunos hablan de fraude, de incongruencias en la caligrafía, hasta el punto de señalar que es imposible que pertenezca a Ana, de la existencia de anotaciones a bolígrafo, invento posterior su muerte y de la intervención de otras manos en la redacción del diario que hoy conocemos. Sinceramente, lo que a mí me sobrecoge es su historia, su final... ¡Ojala nos dijese alguien que éste sí fue una falsificación y que Ana consiguió salvarse y hacer realidad sus sueños! Pero no fue así y no es que ella sufriese más por haber escrito un diario, simplemente despertó la empatía de millones de personas que a través de su experiencia se acercaron al horror que vivieron millones de personas en la Segunda Guerra Mundial. No creo que haya agravio comparativo, ni un lobby detrás de este libro, ni apoyo incondicional de los medios de comunicación, cada uno es libre de leerlo o no. El hecho de recordar a Ana no significa que olvidemos al resto, al revés este diario es un recordatorio que perdura en nuestros corazones de lo que ocurrió, de lo que jamás debería volver a suceder.
  

Mi final, ¡para ti Ana...!

4 de agosto de 1945

¡Querida Kitty!



Por fin te escribo para contarte buenas noticias. Una vez te dije que el papel es más paciente que los hombres, y al final así ha acabado siendo. ¿Recuerdas aquel farmacéutico? Si a través del que los señores Kleiman y Voskuijl conseguían hacer llegar los sobres franqueados dónde luego introducían las cartas manuscritas por papá para dar credibilidad a nuestra farsa. Pues al final con su ayuda vamos a lograr pasar a Suiza. El traslado no será sencillo y debemos llevarnos lo indispensable. Ya tengo hecha mi maleta y como casi toda la ropa nos queda pequeña, Miep nos ha tenido que comprar en el mercado negro una par de blusas y unos zapatos. No sabes las ganas que tenía de quitarme estas viejas botas, con este calor son insoportables. 

La señora Van Peels sigue protestando por todo y hoy está especialmente inquieta. No sé resigna a abandonar sus pocas pertenencias y dejarlas aquí. Pim y mamá han intentando hacerla entrar en razón, pero es imposible razonar con ella. El señor Van Peels y Peter, por el contrario han hecho su maleta en quince minutos y han pasado el resto de la mañana recorriendo el desván y las otras dos plantas para eliminar cualquier rastro comprometedor que podamos dejar. 

En la comida nos hemos estado riendo todos recordando lo que hace meses dijimos que haríamos al salir de aquí. Margot y el señor Van Peels, su maravilloso baño de agua caliente, la señora Van Peels el atracón de pasteles, mamá tomar un buen café, el señor Pfeffer ver a su amada Charlotte, Peter una película en el cine, papá visitar al señor Voskuijl y yo volver a tener un hogar y ser libre. Incluso te reconozco que añoraría regresar al colegio. Porque no veo el momento de dejar atrás este escondite, ya te dije que para mí es como una pensión provisional y que jamás podría verlo como mi casa. Llevamos aquí más de dos años, pero pesan como toda una vida. Ahora tengo quince y cuando todo esto haya pasado, me gustaría mirar atrás y ver como todo este tiempo, todos estos recuerdos se diluyen hasta hacerse casi líquidos, como si hubieran sido un mal sueño. 

No soy la misma Ana que un domingo 14 de junio comenzó a escribirte. Hay muchas cosas que han cambiado, algunas las llevaré conmigo en esta nueva vida que hoy comienzo y otras las dejaré enterradas entre estas cuatro paredes. Pero no a ti, ¡Kitty! Tú has sido la amiga que nunca tuve, mi apoyo, mi confidente, mi desahogo... Ha llegado el momento de despedirnos, no sé si es un adiós o un hasta luego. ¡Desconozco tantas cosas! Más cierro este diario con una gran sonrisa dibujada en mi rostro, esperando el mañana que ha de venir.

Tuya,                       

Ana.      

Cuando escribo me olvido de todo, mis penas desaparecen y renace mi ánimo. Pero la cuestión capital es saber si llegaré a escribir algo perdurable, si llegaré a ser periodista o escritora. Con esta esperanza vivo, pues al escribir puedo dejar testimonio de mis pensamientos, mis ideales y mis fantasías." 4 de abril de 1944, Diario de Ana Frank.
 Mujer después de los 40