(37ª entrevista de Sarah Gibrán en la serie de mujeres que aportan)
A Odile la conocí hace tiempo gracias a su libro y especialmente su
blog del que hablé hace tiempo en el post
“ La farmacia en mi cocina”, su blog y el blog de
La Cocina Alternativa del que os hablé en el post de
“ los mejores blogs de cocina” me han inspirado para incorporar nuevos hábitos y
recetas en mi día a día, a concienciarme más y mejor.
Creo que la labor que están haciendo es muy importante para que
cada familia inicie el cambio que implica además de una mayor conciencia, un compromiso firme con la responsabilidad de nuestra propia vida. Nada de culpar a las farmacéuticas y los gobiernos, empecemos por ser responsables, es el paso más importante.
Querida Odile, te admiro por muchas razones pero especialmente por tu forma de ser, cercana y cálida, aunque no se conozca personalmente a alguien se puede captar su energía y me gusta mucho lo que capto de ti, para mí es un placer entrevistarte.
1. ¿Cómo era Odile de pequeña? ¿Cuáles eran tus juegos favoritos?
Odile era una niña muy inquieta, que no podía parar y necesitaba movimiento. Me ahogaba en el piso de 90 m2 en el que vivíamos. Tenía afán investigador, siempre me gusto leer y hacía “muchas preguntas”. En el cole era bastante competitiva y me frustraba cuando no conseguía el objetivo que me marcaba. Era muy tenaz, por no decir cabezota. En general, creo que era una niña alegre y amable.
Me gustaba jugar a los médicos. Adoraba jugar con los playmobil, también me gustaba jugar con mis “pepones” y desarrollar el rol de madre protectora. Los puzzles me encantaban y pasaba horas montándolos. Cuando con 9 años nos fuimos a vivir al campo cambiaron los juegos y por fin podía jugar a la pelota, montar en bici, buscar “bichos”… por fin me sentí “libre” y ya no necesité juguete de plástico para jugar, el campo era mi cuarto de juegos
2. ¿Qué cuentos te gustaba leer? ¿Con qué personaje de identificabas?
Me encantaba leer. En verano pasaba horas leyendo cuentos, sobre todo los de “el barco de vapor” y el enciclopedia “Erase una vez el cuerpo humano” (ya apuntaba desde pequeña). Devoraba todo tipo de libros, pero sobre todo me gustaban las historias de amor. Cuando era pequeña mis cuentos favoritos eran Blancanieves y la ratita presumida. Me gustaban los cuentos en los que las protas eran “muy guapas”. De pequeña no me veía como una “niña mona”, así que me gustaba fantasear con princesas o personajes que destacaban por su belleza
3. ¿Qué querías ser de mayor y por qué?
Quería ser médico desde que tengo uso de razón. Tres fueron los motivos que me empujaban a estudiar medicina, uno de ellos es mi fascinación por el cuerpo humano y todo lo relacionado con su funcionamiento, otra el deseo de ayudar y de ser de utilidad a los demás. Pero, la principal razón por la que quería ser médico es porque una de las personas que más quiero y admiro es médico, se trata de mi tío Miguel. El empezó a estudiar medicina cuando yo tenía 1 añito y ya desde pequeña pasaba horas mirando las imágenes de sus libros y fantaseaba con tener una bata y curar enfermos.
4. Eres muy conocida y reconocida por tu experiencia personal y tu lucha, que relatas en tu blog del que hablé hace tiempo que está ayudando a muchísima gente y eso es maravilloso. Después de tu diagnóstico ¿cómo fue ese momento en el que tomaste la decisión de investigar y actuar para curarte? ¿Crees que la intención tiene también un gran poder?
Tras el diagnóstico y tras reponerme del estado de shock y pánico inicial, decidí buscar todas las herramientas que me pudiesen ayudar a sanar. Decidí buscar pues
deseaba fervientemente sanar. Tenía un niño de 3 años que fue mi principal motivo para sanar. Sentía que la medicina convencional no era suficiente si quería sobrevivir y no solo paliar y alargar un poco mi vida. Así que busqué y busqué en las
bases de publicaciones médicas que podía ayudarme en mi proceso de sanación y así encontré información sobre alimentación y estilos de vida que apliqué en mi día a día
junto al tratamiento médico con excelentes resultados.
La intención y la motivación son fundamentales para la sanación. Cuando tenemos un motivo por el que luchar y ponemos toda nuestra energía en conseguir nuestro objetivo ya tenemos parte del camino hecho. Si estamos desmotivados, si nos abandonamos esperando nuestro final, el sistema inmune se deprimirá y nuestras posibilidades de sobrevivir serán menores. Sin embargo, si somos parte activa en nuestra enfermedad, si nos implicamos y
tomamos las riendas de nuestra salud y por ende de nuestra vida viviremos con mayor calidad de vida y probablemente tengamos más éxito y mejores resultados.
5. Cada día nos alimentamos peor, prisas, estrés, comidas procesadas etc ¿Qué pequeños cambios recomiendas para empezar a quererse y cuidarse con la comida?
Recuperemos la alimentación de antaño,
la de nuestras abuelas. Esos platos de cuchara preparados a fuego lento con mucho cariño. Consumamos productos frescos y de temporada. Digamos adiós a la comida envasada y precocinada rica en grasas, azucares y aditivos.
Apuesta por consumir fruta, vegetales, semillas, frutos secos, especias, legumbres y cereales integrales y di adiós a los refinados, al exceso de carne (sobre todo roja y embutidos), a los fritos y las barbacoas, a los salazones y ahumados.
6. Pienso que la alimentación es muy importante, incluyo alimentación emocional y alimentación física, porque nuestras emociones se alimentan también de los dramas que no dejamos ir, de las noticias que vemos cada día y de mil informaciones que nos llegan de todas partes. Observo que las semanas que tengo mucho estrés o me enfoco en situaciones negativas o decepciones, enfermo de anginas y es algo que me pasa desde pequeña ¿Crees que la enfermedad también tiene origen emocional y hay que cuidar las dos vías de alimentación? ¿Qué terapias recomiendas a la hora de afrontar una enfermedad?
La mayoría de enfermedades son psicosomáticas y están influidas por nuestras emociones y
si queremos sanar el cuerpo primero tenemos que sanar el alma como ya nos decía hace 2500 años Hipócrates.
Cuando sufrimos estrés agudo o crónico mal gestionado nuestro cuerpo responde con dermatitis, caída del cabello, síndromes gripales, etc. El cuerpo nos da llamadas de atención para que cambiemos, para que paremos y dejemos nuestra vorágine de vida.
Cuando se diagnostica a una persona cáncer y se le pregunta por los acontecimientos vitales en los últimos 2 años suelen aparecer acontecimientos vitales estresantes como una separación, la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo o el abandono del hogar de los hijos.
Cuando no manejamos bien nuestras emociones nuestro sistema inmune se debilita y somos más propensos a las enfermedades
Para procurar un adecuado bienestar emocional creo que la meditación y la visualización son claves. Rodearnos de nuestros seres queridos y diciendo adiós a quien nos hace sufrir también es vital para afrontar cualquier dificultad.
La risoterapia también nos enseña a olvidarnos de los problemas y ver la vida de una manera más amable y positiva.
7. Si Odile fuera una planta curativa, una receta, una ciudad, un libro, una película, una canción y un día de la semana, sería …
Una planta curativa…
una kalanchoe. Es la primera planta anticáncer que conocí. Se caracteriza por su inteligencia para aprender a defenderse de cualquier agresor. Es capaz de rebrotar con fuerza aunque la pisen una y otra vez
Una receta…
una ensalada arcoiris llena de pigmentos naturales de frutas, vegetales y semillas
Granada… soy granaina y estoy enamorada de mi ciudad. De esa mezcla mora y cristiana, de ese maravilloso y mágico monumento llamado Alhambra
Un libro… Mis Recetas Anticáncer. Es el libro que habría querido leer cuando me diagnosticaron mi enfermedad y era presa del miedo a morir. Es una enciclopedia anticáncer que puede ser de mucha utilidad cuando tienes esta enfermedad.
Una película… El Diario de Bridget Jones. Hubo una época de mi vida en la que me sentí muy Bridget. Además es una película que me hizo reír mucho.
Una canción… Caminante no hay camino de Serrat.
”Caminante no hay camino, se hace camino al andar al andar se hace el camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar caminante no hay camino sino estelas en la mar”
Un día… Sábado y sin guardia a la vista para poder disfrutar de la familia y del tiempo libre sin obligaciones, sin prisas y a ser posible seria un sábado en plena naturaleza.
8. Afortunadamente hay cada vez más concienciación y esperanza, distintas alternativas para enfrentar una enfermedad; leyéndote he visto que no sólo hay que enfrentar sino también hay que aprender ¿Qué has aprendido de la lucha y de la enfermedad?
Mucho, muchísimo.
La enfermedad me ha cambiado la vida en positivo. Ya nada es como antes. No soy la misma madre, amiga, compañera, hija. Mi relación con mis seres queridos ha cambiado, pero sobre todo ha cambiado mi relación conmigo. Ahora me quiero, me acepto y me amo sobre todas las cosas y no es narcisismo.
El cáncer te enseña a vivir la vida según los preceptos del CARPE DIEM, a aprovechar y agradecer cada instante, cada abrazo, cada amanecer, cada inhalación de aire
9. ¿Qué libro o libros te han motivado inspirado y emocionado?
Durante mi enfermedad fue crucial leer
Anticáncer de David Sevan. Fue clave para iniciar mi búsqueda.
Durante mi adolescencia me marco leer “El Club de los Poetas Muertos”. La importancia de aprovechar el momento y vivir el día a día
“Un mundo feliz” y “Animales en la granja” me hicieron reflexionar sobre los engranajes de nuestra sociedad y como nos programan para que seamos lo que “se espera de nosotros”, pero como la consciencia nos puede hacer despertar.
10. ¿Cuál es tu filosofía de vida?
CARPE DIEM… aprovecha el momento. Vive y deja vivir. Ahora soy feliz, estoy plena de energía y vitalidad. Me quiero, quiero a mis seres queridos e intento no juzgar ni molestar a nadie. Le doy relativa importancia a los problemas sin hacer un castillo de un grano de arena.
Odile Fernández
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