Salud y armonía pese a todo. Sin negatividad, sin cargar las tintas en lo malo. De eso se ha nutrido la carrera de Luz Casal, que ha sido meteórica desde sus inicios a finales de los años 70. Esta misma semana ofrecía en el fórum de Fnac Callao, Madrid, una mini actuación en la que repasaba los mejores temas de su nuevo disco, Almas gemelas. Tras cantar muchos de los temas, atendió las preguntas de aquellos que habían acudido al concierto a verla. Ella explicó los pormenores de sus nuevas canciones y también de su salud. “Si estuviese mal se me notaría en la cara. La cara es un reflejo de todo y si se está mal no se puede disimular”, aseguró a los presentes, recordándoles que las exigencias físicas a la hora de promocionar un nuevo disco son tan grandes que ahora puede cumplirlas de sobra.
Muchos de los temas que aparecían en el pequeño escenario eran tremendamente personales ya que, como ella misma confesaba, “aunque algunas de las cosas que suceden en mis canciones no me han sucedido a mí sí que son cosas que me tocan o que me afectan”, afirmó. La cantante afirmaba también que es “muy lenta” haciendo canciones, algo que aplica también a su vida personal, ya que se considera “precisa y ordenada”. "Sé que cuento con vuestro cariño y paciencia, estoy en buenas manos y esto es sólo una cornada de la que saldré pronto", aseguró en las redes sociales cuando se le detectó la enfermedad de nuevo; un cáncer de mama que le hacía aplazar nuevamente una gira que tenía pendiente para ofrecer a su público las canciones de La Pasión, un disco de boleros que la reinventaba como artista. Esta declaración la hizo después de que el alcalde Ruiz Gallardón le ofreciese la Medalla de Oro de Madrid, cuando hizo público el retorno de un mal que creía erradicado desde hacía tiempo.
No era la primera vez que sufría el zarpazo del cáncer. El 26 de enero de 2007 había sido operada de urgencia de un tumor en el pecho. El susto se lo llevaron más sus seguidores que ella misma, ya que no le van las quejas. De hecho, y como dijo en este encuentro, a ella no le gusta la gente “que viene a contarte sus problemas. Les preguntas “¿qué tal?” y no entienden que es un acto de cortesía y empiezan a contarte su vida. En esas situaciones te dan ganas de decirles que tú también tienes tus cosas”. Lo decía justo antes de entonar otro tema que también tiene mucho que ver con ella, No me cuentes tu vida, dirigido no tanto a un amor o desamor concreto sino a esa gente que emite quejas que no van con ella, a pesar de todo lo que ha vivido.
El buen humor de la gallega también se hace patente en cada uno de los momentos de sus actuaciones, ya que, en algunas ocasiones, olvidaba la letra de alguna canción. “Todo lo que dije presentando el anterior tema, ahora lo aplicáis a este”, dijo provocando las risas de todos los presentes. “Yo me despisto bastante, como habéis podido comprobar”, aseguró. Sea como sea, no perdió la sonrisa en ningún momento y aguantó pacientemente la fila de seguidores que esperaban para hacerse una fotografía con ella, preguntarle por su salud o interesarse por su vida. “¿No firmas discos?”. “Si me lo pedís, por supuesto que sí”, respondió ella ante la cuestión.
El disco es un paso adelante en la evolución de la gallega y una muestra de su recuperación vital, a la que tampoco le ha tanta importancia como el resto. Parece haber aprendido la lección de luchar sin que se note demasiadoy sin hacer alarde de ello. La discreción sigue siendo la nota predominante en una mujer de grandes silencios y pequeñas canciones íntimas.