Yo también quiero que me inviten
Entre mis rincones sencillos favoritos para disfrutar de un rato de relax os enseñaba la terraza de la casa de unos amigos en la isla griega de Andros. Una familia italoespañola muy cosmopolita, que ha vivido en muchos países a lo largo y ancho del planeta. Incansables viajeros que han elegido este lugar paradisíaco como refugio estival y lugar de encuentro con amigos y familiares.
Andros es una de las 220 islas Cícladas junto a Naxos, Paros, Íos, Citnos, Miconos, Santorini, Anafi y otras islas menores, convertidas en idílicos lugares de veraneo de lujo. La vivienda tiene siete años de antigüedad y fue proyectada por los propietarios, que en aquel entonces residían en Atenas y querían un lugar agradable para pasar los fines de semana. A dos horas de la capital griega, Andros se alzaba como favorita para construir una casa familiar con encanto.
La construcción sigue las tradicionales edificaciones de piedra de la zona, ya que se ha buscado pasar desapercibidos copiando los tonos que marca la naturaleza, sólo rotos por el suave color de la fachada. Tanto los marcos de las ventanas y las puertas como los interiores son totalmente blancos. La casa cuenta con dos dormitorios dobles con baño en suite en la parte de arriba, más uno individual con baño dentro, y un aseo de visitas. En la planta de los invitados, hay un dormitorio de matrimonio y otro doble con baño.
Aprovechando la difícil orografía de la isla, la casa tiene una sucesión de terrazas. En la más grande, se ubica la piscina y el porche con su barra de bar incorporado y con unas espectaculares vistas del mar. Tan sólo unos cómodos almohadones tamaño XXL y unas tumbonas de colores son suficientes para la zonachill out.
El porche tiene una mesa de comedor con sillas de diferentes tonos fluor alrededor, que han conseguido captar a la perfección el espíritu hippie chic que tan de moda está actualmente. Los taburetes de la barra son de diseño, transparantes, poniendo de relieve la mezcla de estilos que reina en toda la vivienda.
Según Belén, su propietaria:
La decoración la hicimos nosotros, con cosas compradas, aqui y allá, regalos de amigos que vienen y han venido cada año y que nos traen cosas porque piensan que quedarán bien, aunque nuestra idea ha sido siempre decorarla con lo esencial. Pocas cosas.Mi idea inicial al construir la casa fue no tener nada que no me gustara. No lo he conseguido del todo, pero casi. Hemos mantenido el espiritu cicladico y la sencillez además de las comodidaes modernas. Para una casa que se usa dos meses al año la idea fue invertir en calidad en las cosas que tienen que durar: puertas, ventanas, suelos…
El salón comedor es cómodo y fácil de mantener, no olvidemos que esta es una casa de vacaciones, que en ocasiones parece una pequeña torre de Babel, con visitantes de todas las nacionalidades y no se puede estar recogiendo y limpiando todo el rato. El una decoración pensada para disfrutar y relajarse.
La cocina no puede ser más funcional, pero se han cuidado los pequeños detalles, como el frontal de la vitro que está hecho con baldosines decorativos griegos de alegres colores que rompen la monotonía de la paleta de colores neutros o la mesa de desayunos con su decapé gris y sus sillas de aenea antiguas.
Los dormitorios siguen la sencillez del resto de la casa, no tienen puertas en los armarios, ni ornamentaciones superfluas. Los muros lisos dan sención de frescor y se busca ua conexión con el paisaje, procurando interferir lo menos posible con muchos objetos.
Si que encontramos detalles de diseño en lámparas del salón y el comedor (no nos olvidemos que el cabeza de familia es italiano), incluso la mesa de centro es de diseño moderno pero combina a la perfección con el resto del mobiliario y con ese espíritu del que nos hablaba su propietaria de sencillez un poco decante, como la propia Grecia.
Una casa familiar soñada, pensada, proyectada y construida con cariño y que se va “haciendo” poco a poco, con el tiempo, como los buenos vinos. Un refugio familiar con encanto en Andros.
