El sábado pasado, María Zurita, sobrina del Rey, regresaba a su casa en torno a la una y media de la madrugada y se encontró que no podía acceder a su casa. La puerta estaba atrancada; un mueble colocado tras la misma le impedía acceder a su vivienda. Estaba sola y lo normal en estos casos habría sido darse la vuelta y llamar a la Policía o pedir ayuda a un vecino. No lo hizo y empujo hasta que pudo vislumbrar parte del interior, que estaba revuelto;incluso le pareció escuchar ruidos dentro.
Era muy posible que los ladrones continuaran dentro, como más tarde le dijo la Policía Científica. Como no quería asumir más riesgos de los necesarios y tampoco de pretendía encontrarse cara a cara con los delincuentes, hizo unas llamadas. Le aconsejaron que se marchara y que fuera directamente a la comisaría de Policía más cercana para informar de lo sucedido e interponer una demanda. Dadas sus características personales al ser hija de la infanta Margarita y, por tanto, familia directa del Rey, se siguió el protocolo habitual en estos casos.
Le acompañaron al domicilio y fue cuando María Zurita se encontró con la casa totalmente revuelta, los armarios abiertos y los cajones vacíos con su contenido desparramado por el suelo. Habían rebuscado a conciencia y tuvieron el suficiente tiempo para elegir los objetos más valiosos. El ordenador, la televisión, joyas –muchas de ellas de familiares, regalo de su madre e, incluso, de los reyes–, relojes también heredados con dedicatoria y dinero en efectivo. Entre las joyas se encontraban algunas que procedían del joyero de la reina Victoria Eugenia, bisabuela de Zurita. Según ha contado María, la Policía le ha dicho que lo más difícil iba a ser vender las joyas, ya que todas están identificadas y su antigüedad les delataría.
Según la información del Cuerpo Nacional de Policía, que analizó exhaustivamente la vivienda y tomó huellas por toda la casa, los ladrones entraron por una ventana, ya que la puerta no estaba forzada.
El disgusto de la hija de los duques de Soria es tremendo; al margen de lo que supone anímicamente que unos individuos puedan entrar en tu casa con total impunidad, la mayoría de los objetos sustraídos tienen un importante valor sentimental. Otras de las preocupaciones de Zurita era el ordenador, ya que en él guardaba documentos y fotografías personales, pero en este caso, como reveló en una ocasión Jaime de Marichalar cuando le robaron su móvil, los miembros de la Familia Real tienen un sistema de seguridad y una encriptación para que no se posible su manipulación y obtención de datos ilegalmente.
Para María Zurita son momentos emocionales complicados ya que era muy amiga de Irene Vázquez, la mujer de Michavila, que murió la semana pasada. Ese mismo sábado le comunicaron que el coma era irreversible. Este martes acudió a la misa funeral que se ofició en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón.