Actualmente, los tratamientos farmacológicos para la artrosis se basan en aliviar los síntomas más comunes de esta enfermedad que afecta a las articulaciones, como el dolor, la rigidez y la inflamación. Además de la medicación, para aliviar el dolor articular también se puede optar por tratamientos complementarios, como la acupuntura, la kinesiología, la fisioterapia o el mindfulness. Pero hoy hablaremos de la magnetoterapia.
La magnetoterapia es una de las técnicas con menos efectos secundarios y puede ser utilizada para tratar múltiples patologías y, en especial, para aliviar el dolor de los huesos y articulaciones.
Esta técnica se basa en la regeneración celular mediante campos magnéticos, ya sean continuos o variables, y que pueden ser de alta o baja frecuencia. Estos campos interactúan con las células favoreciendo la recuperación de las condiciones fisiológicas del cuerpo.
Lo que diferencia este tipo de terapia es la intensidad a la que se modulan los campos magnéticos según lo que se quiera tratar. Los de baja frecuencia están indicados para el tratamiento de enfermedades crónicas y dolencias generales y se puede aplicar en cualquier parte del organismo. Por su parte, los de alta frecuencia están indicados para aplicarlos en zonas y dolencias localizadas, de manera que la acción sea más profunda y amplia.
De esta manera, se consigue reducir o aliviar el dolor porque actúa como un potente analgésico, mejora la oxigenación y nutrición de los tejidos, reduce las inflamaciones, desacelera el proceso de disminución de la densidad ósea,entre otras funciones beneficiosas para todo el cuerpo.
Este tipo de terapias también se pueden combinar con ejercicio moderado para fortalecer los músculos y dieta equilibrada para tener un control sobre el peso corporal. Mantenerse activo es la mejor manera de combatir esta enfermedad degenerativa crónica y el cuidado de nuestras articulaciones será clave para frenar su avance y mejorar así en calidad de vida.
