Mientras los rumores sobre un posible y cada vez cercano compromiso entre el príncipe Harry y su novia Cressida Bonas no dejan de sonar, la prensa británica aprovecha el tirón del nieto de Isabel II para poner en duda su paternidad. Según asegura el medio The Globeel príncipe Harry está inmerso en la dura decisión de pedir unas pruebas de ADN al príncipe Carlos para saber quién es realmente su verdadero padre.
A pesar de que el matrimonio entre Diana de Gales y el príncipe Carlos parecía de lo más idílico en sus primeros años, lo cierto es que las infidelidades entre los 80 y 90 fueron la comidilla de los medios de comunicación. Sin embargo, lo que parecía ficción se tornó en una realidad que ellos mismos tuvieron que reconocer. Mientras el hijo de la reina de Inglaterra ‘sólo’ pecó con Camilla Parker Bowles, la eterna amante y posterior esposa, Lady Di lo hizo con varios hombres, entre ellos el exmilitar y jugador de polo James Hewitt, que entraba y salía del palacio de Kensington con total libertad argumentando ser quien le ayudó a superar su miedo a los caballos enseñándola a montar. Desde ese momento, y conforme Harry crecía, los rumores sobre quién era su padre comenzaron a sonar por su tremendo parecido a Hewitt.
A la izquierda, el príncipe harry. A la derecha, James Hewitt (Gtres)A la izquierda, el príncipe harry. A la derecha, James Hewitt (Gtres)
Según publica The GlobeIan Halperin, uno de los amigos más íntimos de Lady Di, ha abierto la caja de los truenos sacando a la luz una confesión que podría trastocar los cimientos de la monarquía británica. Halperin ha asegurado que Diana de Gales, apenas dos meses antes de que dar a luz a su segundo hijo, “rompió a llorar en varias ocasiones ante mí. Me decía que no sabía qué hacer. Diana quería decir el verdadero nombre del padre pero tenía miedo a la reina y al duque de Edimburgo”.
La relación entre el príncipe Harry y James Hewitt se remonta a los 80 años. Con apenas tres años, Harry conoce al exmilitar, que conquista al pequeño contándole historias bélicas. Desde entonces, los juegos preferidos del príncipe fueron los soldados y los tanques de juguete y no se separaba de un uniforme militar que el propio Hewitt mandó hacer al sastre de su regimiento. Tras la muerte de su madre en 1997, el contacto entre ellos no cesó, sin embargo, la publicación del libro Nuestro amor prohibido: James Hewitt y Diana de Gales, escrito en 2006 por el propio capitán del ejército británico, fusiló su relación de amistad al contar los pormenores de su relación extramatrimonial. “Sí, me casaré contigo”, fueron algunas de las ‘perlas’ que, según él, le dijo la princesa de Gales cuando estaba destinado en Irak en plena Guerra de Golfo.
El príncipe Carlos y Diana de Gales con Harry en brazos (Gtres)El príncipe Carlos y Diana de Gales con Harry en brazos (Gtres)Cuatro años antes, Hewitt, cada vez más consciente de los rumores que apuntaban a que él era el padre de Harry, quiso cerrar la polémica. “Aunque su pelo es muy parecido al mío y sé que muchas personas hablan de lo que nos parecemos, yo nunca he alimentado esas comparaciones. No soy el padre de HarryCuando conocí a Diana él ya gateaba y sólo con verle se deduce que es mucho más guapo de lo que yo lo he sido nunca”, aseguró.
Desde que se conociera la relación amorosa entre Diana y James Hewitt, las cosas no le han ido del todo bien al exmilitar. Aunque tuvo sus años de gloria en la pequeña pantalla y en las revistas concediendo entrevistas, fue expulsado del ejército nada más salir a la luz su romance.
Inmerso en los negocios desde los años 90, se vio obligado a cerrar su escuela de golf a mediados de la década al igual que su bar-restaurante marbellí, The Polo House, a finales del año pasado. Ahora, más de 20 años después, ha regresado al piso de su madre, el mismo en el que se encontraba a escondidas con Diana mientras su madre cuidaba de los príncipes Guillermo y Harry.