Se ha pasado casi dos semanas sin trabajo y, por tanto, sin aparecer públicamente. Sin embargo, su vuelta ha traído más polémica que su inexplicable ausencia. La duquesa de Cambridge apareció al fin este martes para visitar la escuela Blessed Sacrament de Londres. Lo hacía con un vestido rojo de la diseñadora americana Tory Bruch que dejaba en evidencia su extrema delgadez, lo que ha hecho saltar todas las alarmas en Reino Unido.
A esto se suma el aspecto físico que ha mostrado este martes. A la mujer del príncipe Guillermo se le ha visto en una conferencia de medicina con cara de malestar. Vistiendo nuevamente de Tory Burch, la duquesa aparece en las imágenes tocándose el cuello con una mano como si se estuviera tomando el pulso.
La duquesa de Cambridge en su último acto oficial (Gtres)La duquesa de Cambridge en su último acto oficial (Gtres)
“¿Qué le pasa a Kate?” se preguntan muchos medios en Gran Bretaña. Y es que aunque la duquesa siempre ha mostrado una esbelta figura nunca se la había visto tan delgada. Una de las posibilidades es que a  la esposa del príncipe Guillermo se le haya ido la mano con alguna dieta. Según el diario Daily MailCatalina estaría haciendo una estricta dieta para conseguir una piel más brillante y radiante y conservar su atlética figura. El régimen en cuestión consiste en comer alimentos crudos como el ceviche, el gazpacho o la ensalada de sandía y en beber sólo leche de almendras.
La obsesión del embarazo
Otros medios van más allá y ven en Kate claros síntomas de embarazo. Justifican su extrema delgadez alegando que es una posible consecuencia de las nauseas y vómitos propios del estado de gestación. Recordemos que la prensa británica es muy afín a embarazar a la duquesa. Tal como recopiló Vanitatis, desde que dio a luz en julio de 2013 la duquesa ha estado embarazada hasta en seis ocasiones según varias publicaciones inglesas y americanas. En todas ellas se afirmaba tener las pruebas en exclusiva de un nuevo embarazo de Kate Middleton e incluso decían conocer el sexo del bebé. Hay otras revistas que incluso se han aventurado a decir que los duques de Cambridge esperaban mellizos –un niño y una niña, más concretamente– para el mes de diciembre.