como estoy harta de malas noticias hoy quiero comenzar el día con un poco de frivolidad.
La princesa Letizia y Máxima de Holanda, duelo de damas en Zarzuela
Poco después del mediodía de este miércoles, los reyes de los Países Bajos,Guillermo y Máxima, han aterrizado en Madrid para estrechar lazos no sólo con sus homólogos españoles, sino también con otros miebros de la Familia Real española y las autoridades políticas del país, como ya han hecho en Inglaterra, Alemania, Dinamarca y Luxemburgo.
Sus asesores han medido al milímetro un viaje fugaz, de apenas 24 horas, en el que los Reyes y los Príncipes de Asturias -que les han recibido en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz- serán sus anfitriones.
Durante el mismo, Guillermo y Máxima se han reunido en privado con don Juan Carlos y doña Sofía en el Palacio de la Zarzuela para disfrutar después de una comida junto a los Príncipes y la infanta Elena. Una vez finalizado el almuerzo, 'los Orange' acudirán al Congreso de los Diputados y al Palacio de la Moncloa, donde mantendrán una reunión con Mariano Rajoy.
Varias han sido las veces en las que se ha comparado a la ya reina de los Países Bajos y a la princesa de Asturias en cuestión de estilo o a la hora de cumplir con sus obligaciones palaciegas. Este miércoles, ambas volverán a ser el centro de atención de todos los focos.
Tres semejanzas
Un polémico pasado. Muy pocos apostaban por Máxima cuando su ahora marido anunció su compromiso. Lo mismo le ocurrió a Letizia, ya que tras celebrarse la petición de mano, en noviembre de 2003, muchos comenzaron ahurgar en la hemeroteca para investigar la vida que llevó antes de convertirse en la 'heredera' al trono.
El padre de Máxima, Jorge Zorreguieta, que había sido miembro civil de la Junta Militar durante la dictadura de Jorge Videla y ministro de Agricultura, se convirtió en una mácula que costó años borrar del currículum de la que por aquel entonces estaba llamada a ser reina en uno de los países europeos con mayor tradición monárquica.
En el caso de Letizia, diez años después de su compromiso todavía hay quienes remueven su pasado. Divorciada, republicana y de izquierdas, la Princesa ha tenido que soportar los desaires no sólo de sus compañeros de profesión, sino también de sus familiares, que poco le han ayudado a allanar su camino a trono.
El fondo de armario. Máxima y Letizia cuidan al máximo sus apariciones públicas y saben que siempre son el objetivo de las cámaras. Por ello, no han dudado en recurrir a sus prendas fetiche para algunos de sus actos oficiales. Si bien Máxima utiliza de vez en cuando los mismos turbantes, el ejemplo más claro y cercano en el tiempo fue el pasado 30 de abril, cuando lució en la despedida de la reina Beatriz el mismo Valentino que llevó en 2008 en el 60 cumpleaños del príncipe Carlos de Inglaterra.
El caso de Letizia es más que conocido dentro de nuestras fronteras. Hasta nueve veces ha lucido ya un vestido gris de Felipe Varela. La Princesa ha utilizado varias veces algunas de las mejores creaciones para ella de su diseñador fetiche, al igual que alguna falda de Hugo Boss, prendas de Mango, Zara o Alianto. Ambas son, sin duda, referente de estilo en sus respectivos países.
Ambición laboral. Letizia y Máxima tienen una personalidad arrolladora que demostraron en su ámbito laboral antes de aterrizar en la vida palaciega. La princesa española forjó una carrera en el mundo del periodismo trabajando en Siglo 21, ABC, la Agencia EFE, Bloomberg, CNN y Televisión Española. Además de comenzar con un doctorado en México que no terminó, Letizia recibió en el año 2000 el Premio Mariano José de Larra de la Asociación de la Prensa de Madrid como mejor periodista menor de 30 años.
Por su parte, Máxima estudió Economía en la Universidad Católica de Buenos Aires, lo que le permitió mudarse a Nueva York, donde consiguió un puesto en el banco HSBC como vicepresidenta de Ventas Institucionales a Latinoamérica. Más tarde, y después de pasar por el Banco de Hong Kong y Shanghái, formó parte del Deutsche Bank en Bruselas, donde permaneció hasta marzo de 2001, fecha en la que se comprometió con el príncipe de Orange. Su último trabajo conocido, además del de princesa, es el de Abogada Especial para la ONU, cargo para el que fue nombrada por el propio Ban Ki-Moon en 2009. Además, habla casi a la perfección inglés, italiano y holandés.
Tres diferencias
Naturalidad. Considerada por la revista Vanity Fair como la princesa más natural de Europa, Máxima no ha experimentado un gran cambio desde que en 2001 saltara a las portadas de la prensa. Su altura -1,78 metros- y su complexión fuerte, en ocasiones le han acomplejado, sobre todo desde niña, cuando sus abuelos la llamaban "la regordeta", algo que ha sabido solventar a base de una dieta sencilla y equilibrada que ha conseguido que en los últimos años su figura sea más esbelta. Poco preocupada por el bótox y la cirugía estética, la reina de los Países Bajos muestra arrugas propias de la edad, algo que no impide que se haga algunos tratamientos a base de vitaminas para mejorar el estado de su piel.
Quien sí ha sufrido una importante transformación ha sido la princesa de Asturias. Pestañas postizas, operaciones de nariz y mentón, dicen que también de pómulos, bótox y corrección de la posición de sus dientes han sido los ejemplos de su esfuerzo permanente por mejorar su imagen.
Educación de sus hijas. Letizia y Máxima tienen sólo niñas y dos de ellas están llamadas a heredar el trono. Por ello, su educación es analizada con lupa por sus progenitores. Si bien los príncipes de Asturias han escogido elcolegio privado de Santa María de los Rosales para formar a las infantas Leonor y Sofía y desembolsan 7.000 euros al año por la educación de cada una de ellas, Máxima ha preferido la escuela pública. Catharina Amalia, la mayor, Alexia y Arianne estudian en Flower Camp, un centro financiado por el Estado.
Relación con la Familia Real. Tres meses después de que Guillermo conociera a Máxima, el actual rey se la presentó a su madre, que movió cielo y tierra para que un año más tarde la argentina se trasladara al Instituto Ceran de Bélgica para realizar un curso de inmersión total en el idioma y tradiciones holandesas. Desde entonces, Máxima ha sido un miembro más de la Familia Real holandesa y ha estado “a las duras y a las maduras” -según declaraciones de Guillermo-, sobre todo tras el accidente del príncipe Friso en febrero de 2012 y su reciente muerte tras llevar más de un año en coma.
Esta idílica estampa no es compartida por la princesa de Asturias. Su relación con las infantas Elena y Cristina es prácticamente inexistente, sobre todo con la duquesa de Palma, tras las informaciones que surgieron a raiz del 'Caso Nóos'. Con el Rey, Letizia tiene sus más y sus menos. Sólo en Doña Sofía ha encontrado un verdadero apoyo.