AL CONTRATAQUE
Jordi Évole
Periodista.
Se vende
Lunes, 25 de noviembre del 2013
Me emociono al ver titulares como este: Por 650.000 euros, podrás convertirte en ciudadano maltés. Gracias a esta noticia, recordé la emotiva confesión que me hizo un tío con pasta antes de que empezara la crisis. Me decía: «¿Te has fijado cómo está todo? Ahora, hay un montón de gente que viaja al extranjero, que tiene un buen coche, que va a la universidad... ¡Pero esto qué es! Cada vez hay más igualdad. Y eso crea confusión. Cada uno en su sitio, como ha pasado siempre...» Pero vino la crisis, y a algunos ricos les tocó la lotería. Todo está volviendo a la normalidad: los de arriba, los de abajo y los que se están viniendo abajo. Pero, como ya se sabe, la alegría dura poco en la casa del rico. Y por eso me enfurecí luego al enterarme de que todo se había ido al traste. Resulta que el Gobierno, dicen que preocupado por las críticas recibidas, dio marcha atrás a la ley que permitía a los extranjeros comprar la ciudadanía de Malta. Y eso que la ley ya se había aprobado en el Parlamento... No me extraña, porque era fabulosa. No tenías ni que vivir en la isla. Aunque fueras un dictador chino y vivieras en China, pagando 650.000 euros te convertías en demócrata europeo en un abrir y cerrar de ojitos.
En España, como en otros países, no hemos llegado aún a poner a la venta la nacionalidad, pero sí el permiso de residencia. En septiembre, entró en vigor la nueva norma: si eres extranjero y compras un pisito por 500.000 euros, te dan el permiso. Empresarios del sector inmobiliario ya han ido a China a vender la ganga. Unos cuentan que la cosa pinta bien y otros, que es pronto para saber si van a pintar oros o bastos. Lo único fijo: los pobres no pintarán nada.
También la dignidad
Cuando un país está en crisis, ¿es ético vender cualquier cosa? ¿Qué más se podría vender en España? ¿Qué tal a los que dirigieron la mayoría de cajas de ahorros? ¿Y a algún político? Si nos dejan vendidos a nosotros, ¿por qué no venderlos a ellos? Ejemplo: recientemente, en eBay, portal de subastas online, se puso a la venta la Generalitat Valenciana por un euro. En el anuncio, cuyo autor es un usuario denominado «albertofabra», se indicaba que es «un producto usado que urge vender». Y se precisaba: «Nos quedan cuatro días en el cargo y hemos empezado a subastarlo todo». La iniciativa fue un éxito económico pese a que el anuncio no duró demasiado en la web. Las pujas superaron de largo el precio de salida. Hasta 3.000 euros ofertaron por la Generalitat. Sí, fue una broma. Pero esto otro no lo fue. Ocurrió a finales de los años 90 en EEUU. Un señor puso un anuncio para vender su dignidad. Sí, sí, su dignidad. Y se la compraron por 10 dólares. Al paso que vamos, acabaremos así. Nos lo venderemos todo: la nacionalidad, el permiso de residencia, la dignidad… Y si nos despistamos, nos venderemos hasta la democracia. No se sabe todavía si al mejor postor o al mejor impostor.
