TRAS SUS POLÉMICAS DECLARACIONES SOBRE CHABELITA
Cuando Isabel Pantoja se sube a un escenario no solo canta, sino que muestra a su público fiel y entregado en qué momento de su vida se encuentra. Y esto lo que hizo el viernes en el Casino de Aranjuez ante mil doscientas personas y con la presencia estelar de Kiko Rivera, que se ha convertido en el verdadero apoyo de su madre una vez que Chabelita ha decidido ir por libre. Una emocionadísima Pantoja dio las gracias públicamente a su “pequeño del alma” por estar “hoy aquí”. Explicó que no lo esperaba esa noche y, dirigiéndose a él desde el escenario, apuntó que “pensaba que hoy tenías trabajo, mi vida”.
Kiko saludó a la concurrencia y su madre continuó con su interacción con el público, lo que mejor le funciona en sus conciertos. Con sentido del humor comentó: “Hoy no te subo al escenario”, en referencia a aquellos años en que el hijo era Paquirrin y, con su “piel de canela” y el pelo rubio cortado a lo tazón,se convertía en el broche de las actuaciones maternas. El muchacho, que llegó con su representante y una nueva amiga físicamente del mismo tipo que las anteriores, se emocionó al escuchar la Salve Rociera que cerró las dos horas de actuación.
Kiko Rivera, entre el público que acudió a ver a su madre (Gtres)
La gala resultó redonda y la Pantoja demostró que, a pesar de sus desajustes vitales, su trabajo resulta impecable y su voz irrepetible. En este sentido, quiso dejar claro que le gustaría que hubiera alguien que tomase el relevo y el estandarte de la copla pero que, “desgraciadamente por las razones que sea no las hay. Yo empecé con trece años a cantar flamenco y copla y aquí sigo”. Aplausos de apoyo y gritos de “Isabel, Isabel, Isabel, eres la más grande”. Pantoja conoce los ritmos y los tiempos de sus actuaciones y sabe como nadie hechizar a sus seguidores, que sufren y se alegran con ella, compartiendo sus desbarajustes emocionales. Cuando se enamoró de Julián Muñoz todo era alegría. Después, con la ruptura y los problemas judiciales, llegó el sufrimiento. Y ahora con la huida de Chabelita, la soledad. Y todos estos estados de ánimo han tenido siempre su letra y su música, que sus seguidores corean en cualquiera de sus conciertos.
Pantoja, en un momento del concierto (Gtres)
En el de este viernes hubo de todo: una puesta en escena sobria, cuatro cambios de vestuario y una orquesta que la acompañaba y que dejaba de sonar para que Pantoja cantara a capela, unas veces sus temas más emotivos y otras para que el público escuchara como cambiaba la letra de esas coplas que se convierten en el baremo de su estado vital. La noche de Aranjuez, el estribillo de No me vas a hundir o Sola, se interpretó por parte de algunos de los presentes como una alusión al desajuste que ha supuesto el cambio radical de la maternidad de su hija adolescente.
Es lo que tiene Pantoja que, a través de la interpretación de sus canciones, parece escribir el guión de su vida. No cantóMarinero de luces pero sí Mi moreno, que en los años de enamoramiento de Julián Muñoz siempre iba dirigida a él. Ahora su ‘moreno’ es su hijo Kiko. También hubo en la noche del casino un momento reivindicativo al saludar a la concurrencia y decir “¿Cuántos sois? La sala al completo ¿verdad? ¡Para que luego digan que Pantoja no llena!!!!”. Sin n nombrar a nadie, ni a ningún programa en concreto, envío su mensaje subliminal a Sálvame: “A mí no me quita nadie la silla, porque mi silla es este escenario”. Aplausos y de nuevo gritos de apoyo, de cariño y amor eterno, demostrando que Pantoja es única.