IMAGEN HA MEJORADO CONSIDERABLEMENTE
que perdió con el 'caso Nóos'
Cuando en noviembre de 2011 estalló el caso Nóos a Iñaki Urdangarin le cambió la vida para siempre. De yerno ideal de Don Juan Carlos pasó a estar condenado al ostracismo y de conocer las mieles del éxito en sus negocios pasó a tener que ir buscando un nuevo empleo de puerta en puerta. Sin embargo, estos no fueron los únicos cambios que afectaron al duque de Palma. Su aspecto se volvió otro con su nueva situación judicial y el Urdangarin atlético, fibroso, radiante y atractivo dio paso a uno más delgado, demacrado y ojeroso.
Pero el tiempo lo puede todo y una vez superadas sus horas más bajas y con la instrucción del caso Nóos en stand by, Iñaki, a juzgar por sus últimas fotos en Bidart, parece haber recuperado la forma física y mejorado el aspecto de su rostro.
Iñaki Urdangarin en 2013 (Gtres)El duque de Palma ha pasado con su madre y su hermana unos días en la localidad francesa acompañado por la infanta Cristina y sus cuatro hijos. Allí a la familia Urdangarin se la ha podido verdisfrutando de las vacaciones en una relajada jornada de playa. Un ambiente propicio para lucir el renovado aspecto del ahora convertido en cuñado del Rey.
Iñaki en apenas dos años ha cogido varios kilos y ha recuperado la forma física que tenía cuando era un deportista de élite (salvaguardando la distancia temporal de casi 15 años). Ahora luce más saludable y recuerda más al joven rubio que enamoró a la infanta Cristina en 1996. Además su rostro ya no transmite ese desasosiego que le asomaba en los ojos el año pasado y las arrugas no son tan evidentes como entonces.
Su situación judicial no sólo le hizo adelgazar. También aumentó el número de canas en su cabellera y empezó a sufrir una incipiente alopecia que a día de hoy parece haber controlado. Esto, unido a que por entonces rehusaba afeitarse en más de una ocasión y vestir ropa, que por las circunstancias, le venía grande, dotaba al Duque de un aspecto deplorable que nada tenían que ver con los días de vino y rosas de antes del escándalo.
Entre el Iñaki Urdangarin de 2007 (izq) y el de 2014 (dcha) no hay apenas diferencia (Gtres)
Su peor momento físico lo vivió a principios de 2013 cuando Iñaki empezó a comprender que lo que le venía encima era imposible de digerir. En ese tiempo Anticorrupción le pidió una fianza millonaria que sólo podía asumir con la venta de Pedralbes, Casa Real le borró de su web en un claro intento de marcar distancias, Torres involucró a su familia política en el caso y el Juez Castro le llama para declarar por segunda vez, con el consiguiente escarnio público que aquello implicaba. En definitiva, un cúmulo de circunstancias que hicieron mella en el aspecto de Urdangarin.