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EDUCAR EN FELICIDAD
Educar en felicidad: Niños y atención plena
En el mundo occidental educamos a nuestros niños desde la más tierna infancia con un objetivo, acceder al mercado laboral, capacitarles y cualificarles para ejercer una actividad, una profesión remunerada. Tomamos decisiones en sus estudios, ¿ciencias o letras?, pensando qué opción tendrá más salidas. Pero nos olvidamos de algo muy importante. Educarles para ser felices, para tener paz interior, para gestionar adecuadamente sus emociones. La práctica de la meditación es capaz de cambiar nuestro cerebro gracias a su neuroplasticidad. Frente a esta visión de la educación únicamente basada en conocimientos sobre las materias tradicionales, cada vez están surgiendo más voces que se suman a una educación integral tanto de asignaturas curriculares como de aquellas que permitan desarrollar una infancia con una mejor educación socioemocional a través de la enseñanza de métodos como el Mindfulness en la escuela. Los ejercicios de Atención o Consciencia Plena, también conocida como la práctica de la meditación, nos permiten centrar de una forma simple y directa la mente en el aquí y el ahora, en el momento que estamos viviendo, prestando consciente y deliberadamente la atención a lo que estamos experimentando en el momento, sin someter dichas experiencias a juicio. |
Sabemos, porque así nos lo han dicho numerosos estudios científicos, que estos ejercicios o prácticas ayudan a sobrellevar e incluso mitigar el dolor físico y el sufrimiento sicológico, aumentan el bienestar y la resiliencia, así como la memorización, el aprendizaje y la regulación emocional, tanto en adultos como en niños. Está demostrado científicamente que los ejercicios de Consciencia Plena son beneficiosos en los menores para mejorar y mantener la salud física y sicológica, para las capacidades sociales, el rendimiento académico y el estrés, lo que implica una mejora de los alumnos en su aprendizaje, que es facilitado por el hecho de la mejora de su atención, su concentración y su relajación. La integración del aprendizaje y práctica de la Atención Plena en los programas de educación socioemocional mejora exponencialmente los beneficios en la conducta y en los resultados académicos, reforzando la gestión de las emociones, el control del estrés, las capacidades y competencias en la resolución de conflictos y la conducta prosocial, una mayor conciencia de sí mismos, mayor profundidad en la capacidad de exploración interior, y un fortalecimiento de la empatía. En dichas prácticas se ejercita la respiración consciente, observando mientras se produce la propia experiencia, y focalizando la atención sobre la misma. La mejora del autocontrol, de la empatía, de la actitud positiva y optimista frente a conflictos y en las actividades diarias y cotidianas, el conocimiento de cómo se produce y gestiona el estrés, se logra mediante actividades que permiten a profesores y alumnos poner en práctica virtudes como el optimismo, la gratitud o la bondad favoreciendo competencias socioemocionales y cognitivas. Estos ejercicios no han de restringirse a la meditación en la que el niño, en una posición confortable, cierra los ojos, realiza una respiración profunda y toma consciencia de su cuerpo, realizando un “barrido” del mismo de pies a cabeza, adquiriendo atención de su cuerpo, de las sensaciones que tiene, negativas o positivas, del peso, de su propia respiración o de su postura, sino que ha de llevarse a una experiencia más profunda y extensa en la que practique estos ejercicios en sus actividades cotidianas como desayunar, andar al colegio, ducharse y en aquellos momentos en los que se sienta preocupado ante un examen, en el estudio o en un conflicto con sus compañeros, amigos o padres. En definitiva, profundizar en ese estado del ser en el que las emociones están calmadas, los pensamientos son positivos y la serenidad está presente. No sólo fortalece la atención, el autocontrol, la empatía, la compasión o la resiliencia ante situaciones de conflicto o estrés, además calma la mente y centra la atención de los niños ante la sobreestimulación a la que están sometidos, si no que permite mejorar sus actividades curriculares, sus resultados académicos y, en global, su calidad de vida y su nivel de satisfacción personal. |
Los niños de hoy en día, reciben tanta estimulación externa, viviendo en modo “multitarea”, que están completamente volcados “hacia afuera” y en total desconexión consigo mismos, lo que les dificulta hacer una óptima toma de decisiones, una eficaz gestión de las emociones, un buen control del estrés y una buena relación con los demás. Esta circunstancia incide negativamente en su vida en general, y le impide tener una vida interior profunda, positiva y en permanente contacto con ellos mismos y con las necesidades de los demás. El estado mental presente, consciente, abierto, atento y pleno que produce en el menor la meditación promueve un estado mental más sereno, reflexivo, compasivo y abierto. El proyecto Lo Mejor de Mí lanza un programa gratuito para adultos, jóvenes y niños que deseen aprender esta técnica de Atención o Consciencia Plena con el objetivo de enseñar esta práctica en un lenguaje que los niños puedan entender. Una vez interiorizada, se trata de repetirla varias veces durante el día en espacios de tiempo cortos. Las ventajas que producen estas prácticas en los menores son múltiples, y entre otras se incluyen una mejoría del autoconocimiento, la empatía, las habilidades en la resolución de conflictos, la concentración, la gestión de las emociones, el control de los impulsos, el aumento de la calma y la serenidad, la disminución del estrés o de la ansiedad, y la creación de los fundamentos de una vida más plena y positiva y, en definitiva, a ser más felices. Porque la respuesta más saludable de la vida es la propia serenidad. |
Autor: Belén Rodríguez Fernández Web: www.lomejordemi.org |
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